Año nuevo, ¿blog nuevo?

Primer post del año para este blog que allá por agosto cumplió ni más ni menos que 10 añitos. Casi nada, todo un hito de longevidad en un mundo como este de los blogs en el que la edad difícilmente supera la de la lactancia infantil. Pero lo importante no es la edad, sino la salud, ¡no pesan los años, pesan los kilos!, que nos contaba la publicidad. Y en el caso de todo lo relacionado con el arte de escribir, o, para no ser pretencioso, con el acto de escribir, no importan los años, sino las ganas. Y estas permanecen intactas, si bien han podido variar los intereses, los asuntos tratados o las formas de contar una historia. En mi caso particular, me interesa todo lo audiovisual a la hora de contar una historia, aunque carezca de los medios o el conocimiento. Pero así terminé el año, con una especie de corto documental para contar la historia de Peter, el enfermero de Kokuselei, y ojalá no sea la última:

No faltó el resumen del año para los allegados, como en los años anteriores, a lo Indiana Jones o como un puñetero hobbit. Un resumen en el que es inevitable que se cuelen varios de los asuntos que han salido en el blog con anterioridad: Star Wars, Darth Vader, la literatura y el cine, las últimas viñetas de Ibáñez, el viaje a Kenia, el proyecto de mi hija Raquel en la India, las cosas que hacen que la vida valga la pena o el fútbol con los amigos del barrio.

El primer post del año ha servido habitualmente para contar a los suscriptores del blog los logros del año anterior, los textos que más han gustado y plantear los (des)propósitos del año en curso, tanto para el blog en general como para los «cuatro amiguetes». Así que, vamos allá, y comienzo con un «Me cago en Elon Musk». Perdón, perdón, perdón. Me corrijo: «me cago en el algoritmo de Elon Musk». El blog ha reducido el número de visitas con respecto al año anterior en unos 4.000 lectores, lo cual no preocupa en exceso porque son unas buenas cifras, por encima de las 31.000 visitas, que aumentarían notablemente si se añadieran las 10.000 semanales que estuvieron siguiendo la Anatomía de un Negreirato en La Galerna durante los meses que se publicó en la web. Por cierto, uno de los grandes proyectos que (espero) verá la luz este año:

Me cago en el algoritmo de X, o de Twitter, como lo seguiré llamando siempre, porque de un año a esta parte, el número de visitantes que han accedido al blog a través de la red de Elon Musk ha bajado desde los 13.000 del año anterior a la tercera parte. No lo culpo, X debería ser un negocio que no era cuando el multimillonario lo compró y nos anima a los que subimos contenido a que nos hagamos Premium, paguemos sus cuotas y nos «posicionemos» en la red. Y no me apetece. Algo parecido pasó en su día con Facebook, que pasó de ser una red en la que algunos acudíamos a leer contenido de calidad o de otros amigos, a un sitio en el que ya apenas entramos porque solo ofrece publicidad.

Por otro lado, Twitter se ha llenado de usuarios creados con Inteligencia Artificial que pagan su cuota, te aparecen en los primeros lugares y suben hilos como churros: a veces con información interesante, y otras, manipulaciones interesadas. No es mi guerra, ni pienso entrar. No sé cómo se «trabaja» el algoritmo, ni me apetece conocerlo. Creo que condiciona al autor y empeora los textos. Hace unos meses me lo comentaba un amigo que trabaja en un medio digital: «el SEO lo condiciona todo». El Search Engine Optimization, el «optimizador para motores de búsqueda» ha llegado a los medios y condiciona las palabras que hay que escoger, los titulares que más pueden tocar la fibra para generar clicks y hasta el tono que deben llevar los artículos. Para los lectores habituales, el SEO de este blog seguirá siendo «Siempre Escribir mi Opinión». Y aportar información de calidad, aunque eso disminuya el tráfico de visitas. A la larga, uno puede conseguir incluso aparecer en el diario Marca y en un podcast de su canal, como ocurrió en uno de los grandes logros de 2024:

Los textos más leídos de 2024 fueron:

  1. Propuestas para cambiar el Reglamento del fútbol (II). Otra de las curiosidades de los algoritmos que demuestra mi desconocimiento: desde hace unos meses hay un grupo muy numeroso de personas que acceden desde México a este post que se publicó ¡en abril de 2021!
  2. Watchmen (II): la película.
  3. Las rayas del VAR.
  4. La Premier se pone seria.
  5. Las auditorías de Real Madrid y Barça (II).
  6. La naranja mecánica (II): la película.
  7. Frases de cine para usar en el trabajo (II).
  8. Esclavo de sus palabras.
  9. La reducción de jornada (I): esa cosa no tan chulísima.
  10. Gratitude Bootcamp: un viaje de la razón al corazón.

Y en el 15, no quería pasarlo por alto: Kokuselei (I): la zona. Para los amigos que me han dicho que no encuentran textos antiguos que recuerdan haber leído y que querrían rescatar, hay dos modos de hacerlo, al menos en el ordenador:

  • En el índice que hay a la izquierda, que este año promete estar actualizado y en sentido cronológico inverso.
  • En la columna de la derecha, bajo los textos más leídos de los últimos días. Basta con poner en «Buscar» las palabras clave («Inflación», «Mbappé», «Scorsese», «Pedro Sánchez»…) y debería aparecer.

Y para los que no acceden habitualmente al blog, puedan caer ocasionalmente hoy en este texto, y (sorprendentemente) les haya interesado, hay una manera de suscribirse. En la parte inferior de cualquier post, moviéndose con el cursos, aparece la opción de suscribirse y recibir un email cada vez que se publique un texto:

Nada más. Y nada menos. Muchas gracias por el interés a todos y solo me queda animaros a suscribiros, a comentar más, a cuestionar lo que aquí se diga (pero con ánimo constructivo, que nadie venga a tocarme las p…) y a pasar un rato entretenido. El año comienza con una nueva colaboración en el canal de Kollins, y en esta ocasión soy yo el que va a tocar las narices a alguno de sus amigos del Atleti:

Un fuerte abrazo a todos y vamos a por otro año repleto de proyectos.

10 años de «Cuatro amiguetes y unas jarras» (II)

Dicen que el elogio debilita, pero no vamos a engañarnos, apetece, los halagos siempre se reciben con agrado, incluso cuando no son merecidos. Tras la celebración de los primeros diez años de este blog, pensé que estaría bien ceder un espacio a algunos de los colaboradores que han pasado por aquí, o bien, a algunos de los lectores más fieles desde los orígenes. Me interesaba conocer qué les gustaba más, qué tipo de temas les interesaban menos, o si eran tan valientes de atreverse con todo, y ha habido respuestas variadas. Por ejemplo, esta de RPI:

Era consciente de que podía ocurrir, que hay textos farragosos que echan para atrás al lector. Por eso precisamente cada personaje representaba una temática diferente, para que el lector identificara lo que iba a encontrarse. Tengo un amigo que tiene su propio blog, sobre temas deportivos, que se abrió uno nuevo para poder hablar sobre economía, porque, según razonaba, los públicos son diferentes y no puedes confundirlos. Pues este blog debe tenerlos bien confundidos, me imagino que habrá quien quiera leer algo sobre fútbol y se habrá encontrado textos sobre la inflación o los impuestos, o a quien le interese leer relatos y se encuentre a un tipo hablando de una peli rara. En cierto modo, es lo que me comentaba Pepe:

«Sobre los temas que tocas en tu blog, como comprenderás, no los leo con atención todos, te diré que los deportivos y aquellos que tratan temas sociológicos o de actualidad son los que más leo, los demás los ojeo por encima. Tengo que felicitarte por la clara y prolija exposición de datos en los que te basas para tus conclusiones, lo que define una base de datos importante y tiempo para obtener la documentación necesaria. En fin, te felicito y te doy las gracias porque sin duda dedicas tiempo de algunos sitios que otros dedicamos al dolcce far niente«.

Me parece normal lo que dice, aunque hay otros que sí se lanzan a por todas, como Robert, un gran amigo de años ha, que me escribió «teniendo en cuenta que tu nivel de pedagogía, documentación y habilidad literaria son acojonantes»:

  • Barney (deporte): me entretienen mucho. Tu memoria para los datos y los detalles me parecen alucinantes (esto es aplicable a todas las categorías de relatos). Me ha encantado la serie sobre el Negreirato, y también los textos destinados a romper el falso relato histórico culé. En cuanto al resto de deportes, me sigue alucinando tu memoria prodigiosa (y la de tu hijo en sus aportaciones sobre la NBA).
  • ⁠Josean (política y economía): en general me parecen muy interesantes, y suelo compartir tu punto de vista en la mayoría de ocasiones. Los textos sobre legislación y regulaciones también me interesan, ya que los dos trabajamos en ese sector, pero considero que pueden ser, a veces, demasiado áridos para un público más general.
  • ⁠Travis (cine): sin ser un gran aficionado al cine, me encanta leerlos. Al no ser conocedor del proceso creativo que da lugar a una película, me han parecido muy interesantes tus apuntes sobre ello. Creo que es la categoría que más me ha hecho aprender sobre un tema que apenas conocía.
  • ⁠Lester (varios): al tratarse de temas tan diversos, mola no saber qué te vas a encontrar. Personalmente, me encantan los dedicados a viajes, sobre todo porque tus textos me parecen escritos con brillantez y recrean muy bien la experiencia del viaje. Los que se refieren a asuntos más personales (maratones, voluntariado), igual me cuesta un poquillo más, precisamente porque están escritos desde una experiencia más íntima, pero también he disfrutado mucho con ellos. En cuanto a los relatos varios, cada vez son mejores (desde mi humilde opinión) y tus recursos literarios son más y más variados e interesantes.

Así da gusto, cuando ves que hay gente que entra en el juego propuesto, aunque a veces algunos de los textos les resulten soporíferos . Con evitarlos, vale, Tadelpo:

«Al principio debo reconocer que «me ralló» eso de un blog compartido por 4 fulanos que creía cada uno de su padre y de su madre. La sorpresa fue mayúscula (y esclarecedora) cuando supe quién estaba detrás de esos cuatro seres. Desde entonces he admirado cada artículo por el trabajo que sé que hay detrás, por su sorna, su análisis, su capacidad de sorprenderme, de abrumarme a veces, de resultar un tostón (también, también), por la sonrisa que siempre me hace emerger. Ser capaz de hacer el viaje interior para meterse en la piel de cada personaje, para que cada uno se exprese en su especialidad, me ha parecido siempre envidiable. Así que feliz 10° aniversario a Josean (hoy sé que no fui inspiración), Lester, Travis y Barney. Y especialmente a uno que firma poco: ¡felicidades Rafa!»

Esto me ha recordado una frase del libro que estoy leyendo ahora mismo: «Mi personalidad tiene muchas facetas». Claro que, si tengo en cuenta que esa frase la escribe Ignatius J. Reilly, el necio más necio de La conjura de los necios, quizás no sea para presumir. Se agradecen las palabras, José, como las de nuestra amiga común Ángeles, que pocas veces ha dicho que «vaya truñaco» he soltado:

Se ha pasado con lo de «miles de admiradoras», ni son miles, ni mucho menos admiradoras, pero ese escaso puñado está conformado por las mejores. Sin duda. Como Sara, una de las colaboradoras del blog (Amigas del Reciclaje en Piura), una joven ingeniera con un talento creativo brutal que estallará pronto, seguro:

«Comenzaré con una frase del escritor de ficción Clive Staples Lewis: “No podemos cambiar el pasado, pero podemos comenzar un nuevo capítulo con un final diferente”.

Ya que el pasado del blog ha sido todo un éxito (70.000 lectores no está nada mal), os propongo a los cuatro un reto. Como indica Lewis en su frase, la siguiente etapa del blog deberá tener un final diferente… que en la mitad de tiempo (cinco años) consigáis superar la media de los lectores del blog. ¿Os animáis? Sé que lo podéis conseguir. Al igual que os doy mi enhorabuena por la cantidad de publicaciones que me han hecho sonreír. Reconozco que mis preferidos sois Lester y Travis (ups… se me escapó), pero estoy segura de que el éxito del blog es gracias a los cuatro. ¡¡Alcemos las jarras de cerveza y brindemos por más años disfrutando de este blog!! Un abrazo fuerte».

Travis y el cine tienen otra gran lectora/colaboradora en Reggie, autora de tres posts a cuatro manos en este blog, sobre los libros y las películas, o sobre las decisiones incomprensibles de Hollywood. Otra joven con un talentazo enorme y un bagaje cultural impropio de su quinta, alguien que te sorprende porque en tu primera conversación se pone a hablarte de Hitchcock, ¡pero si nadie de tu generación lo ve!

«Queridos amiguetes, ¡Enhorabuena por 10 maravillosos años! Gracias por entretenernos, hacernos reír, reflexionar y aprender con vosotros. Si bien mi amiguete mas cercano es Travis con nuestras conversaciones sobre cine, tengo que destacar el ingenio y naturalidad de los componentes de mi cuarteto favorito.

Gracias por sacar tiempo en vuestra ajetreada semana para que disfrutemos de vuestras palabras y podamos desconectar y reírnos un poco por vosotros. ¡Por diez años más!».

Y de una gran cinéfila a una enorme lectora. Devoradora de libros como afición y auditora a tiempo completo para ganarse la vida. Con Alice (y ella sabe muy bien de dónde sale ese nombre y no es el suyo, obivamente) preparamos un texto/entrevista sobre el proceloso mundo de la auditoría:

«Que bonito es cumplir años y 10 son unos cuantos (ya dos dígitos). Este blog empezó gateando y ya anda solo. En todo este tiempo hemos podido disfrutar de grandes posts en el blog, hablando de deporte (sobre todo de fútbol y del Madrid) de economía, haciendo análisis detallados y explicando conceptos básicos quizás desconocidos por algunos, desgranando grandes clásicos de películas y de libros, con alguna metáfora de por medio.

Llegados a este punto, solo puedo esperar a ver cuál será el próximo post y disfrutar de él. Por otros 10 años más (mínimo). Felicidades, amigo!

Je, je, je… sé que lo del Real Madrid lo dice con cierto aburrimiento (es lo que tiene ser del Rayo y tirando a antimadridista) y en cuanto a esa «metáfora de por medio» todavía no me ha perdonado la comparación de su trabajo con La metamorfosis de Kafka, ¡qué le vamos a hacer!

Dejo para el final a las dos personas cuya opinión podía preocuparme más: mi padre y esa «mujer de Lester», que tiene que aguantarlo. En cuanto al gran crítico de entre los críticos, mi padre escribió lo siguiente:

«Lo primero que me viene al teclado hoy, en el décimo aniversario del blog, es felicitar a los cuatro amiguetes Travis, Barney, Lester y Josean, y al que mueve sus hilos de marionetas, responsable de todo, por el éxito de su blog, demostrado por esos tantos años de vida y la cantidad de seguidores que se ha ganado. Como causas de ese éxito, se me ocurren las siguientes:

  1. Actualidad y oportunidad, siempre tratando temas interesantes del momento.
  2. Ecuanimidad y sencillez, que en estos tiempos son más de agradecer que nunca.
  3. Erudición, porque impresionan tantos conocimientos de cine, deportes, economía, política, asuntos de cada día, etc.
  4. Trabajo y tiempo, empezando por estar atento a todo y tener que leer mucho de variadas fuentes, para grabarlo en las neuronas y luego formatearlo y sacarlo en el momento oportuno.
  5. Esfuerzo, el que supone regatear el tiempo para ganarse el pan de cada día, para disfrutar del merecido descanso y para dar la debida atención a familia y amigos.

Me gustaría incluir alguna crítica, destructiva o constructiva, pero no se me ocurre. Pues lo dicho: enhorabuena. Y que los cuatro amiguetes duren muchos-muchos años. Muchas gracias y un abrazo a todos ellos».

Uffff… pasamos el examen más difícil, el de alguien que también apareció reflejado en estas páginas, en los especiales del Día del Padre, o como colaborador-cómplice necesario en la única vez que aquí se ha hablado de toros:

Mabú, mi mujer, apareció por este blog desde el mismo día de la presentación, en la propia Declaración de intenciones: «A Lester siempre le hemos admirado por la mujer que tiene: “tío, ¿qué has hecho para que te aguante tantos años?”. Es guapa, elegante, simpática, inteligente, graciosa,…». Desde el principio del blog ha tenido ese ojo para decirme lo que le gustaba, lo que no y lo que le parecía que podía aburrir a las ovejas. El lector no sabe lo que se agradece esa sinceridad, y por eso, como ilustre acompañante en varios de los posts de estos diez años, quizás no debería extrañarme que me dedicara estas palabras:

Aquí una fiel admiradora de Lester te da la más sincera enhorabuena. Por proyectar esa mirada divertida, irónica y ocurrente sobre acontecimientos cotidianos y sin aparente interés. Por convertir episodios de esa rutinaria vida, que en muchas ocasiones comparto contigo, en relatos y anécdotas inolvidables como aquella historia con el ucraniano, o nuestra experiencia como voluntarios, o asistiendo a algún concierto, viajando o relajándonos en un tranquilo y bucólico Spa.

He de reconocer en Lester a mi gran amiguete, sí, sin duda, es mi favorito. Eso no quita que admire profundamente el rigor, la sabiduría y el manejo de datos y estadísticas de Josean, así como la surrealista memoria cinematográfica de Travis.

A Barney no lo trago mucho, je,je… lo siento. Se mete en todos los fregados deportivos con su ojo crítico, y me resulta un poco plasta. Y eso que es al que la mayoría adora y sigue con fervor retuiteando sus post hasta hacerlos casi virales. En fin, amiguetes, seguid así por otros 10 años por lo menos, y a ti, Lester, ya sabes que te adoro.

Muchas gracias a todos. Y al resto de lectores, ¿entonces… seguimos dando la turra un poco más?

– Sí, cariño, lo que tú quieras, pero apaga la luz de una vez.

10 años de «Cuatro amiguetes y unas jarras» (I)

Así empezaba este blog hace ya la friolera de diez años. ¡Diez, 10!, para quien prefiera los números:

La idea era probar suerte en el mundo de los blogs durante un año y luego, casi con seguridad, dejarlo. El 99 por ciento de los blogs no pasan de ese primer año de vida, por agotamiento, por hastío de sus autores, por no obtener el resultado esperado… por lo que sea. Quería ver cómo funcionaba, entenderlo, exponerme abiertamente, aunque fuera «desde el economato» (Gomaespuma dixit), interactuar con los lectores y aprender. Sobre todo eso, aprender. Mejorar la escritura, el modo de relacionar ideas, de contar historias, de resumir información muy diversa, de enganchar al lector… Y supongo que ese objetivo se ha ido logrando, como he comprobado por el número de lectores, entre los 30.000 y 50.000 anuales desde 2019, con puntas de 70.000 en el año de la pandemia. El proceso también ha interesado bastante a quien suscribe, pues de otro modo no habría tenido la motivación para escribir tantos textos, ni durante tanto tiempo.

Datos

La casualidad ha querido que el último texto, sobre los Juegos Olímpicos de París, fuera el 665 de los publicados en este decenio, así que, con el que estoy completando ahora, alcanzo el 666, The number of the beast, que cantaba Iron Maiden. Y que se mencionaba en el Libro del Apocalipsis. Pero aquí, supersticiones las justas, así que no creo que el 666 suponga ninguna especie de maldición para el blog. Y además, ¡ya alcanzamos el Apocalipsis en los episodios de Terminator y Soylent Green! En resumen, han sido:

  • 154 de Barney, sobre el mundo del deporte.
  • 150 de Josean, sobre política y economía.
  • 151 con «la rutinaria vida «de Lester, viajes, relatos, maratones y aventuras solidarias.
  • 150 con las películas de Travis y varias frikadas particulares.
  • 32 textos conjuntos sobre un tema común, aunque con las peculiaridades de cada personaje.
  • Y los 28 capítulos de El club de los currelas muertos.

Por seguir con las cifras, hay 186 suscriptores que reciben una notificación cada vez que se publica algo en el blog. Estoy muy contento por ello, pero hoy toca hacer algo de autobombo y promoción, y tratar de llegar a más gente.

Amiguetes Travis, Lester, Josean y Barney, me gustaría que me respondierais a estas preguntas:

  • ¿Cómo han sido estos diez años?
  • ¿Cuáles son tus grandes éxitos o tus «Yo ya lo dije» hace tiempo?
  • ¿Y las meteduras de pata o los pronósticos más errados?

JOSEAN: es curioso, porque desde que arrancó este blog en 2014 hasta mayo de 2018 gobernaba el Partido Popular, y lógicamente escribí varios textos muy críticos que hicieron que algunos de mis amigos me tildaran de «rojeras» (la Gürtel, las «cosas» de Montoro, las tomaduras de pelo de Cospedal…). Desde entonces, no he dejado de denunciar las barbaridades del gobierno actual, con lo que he pasado a ser considerado del «Team Facha» para otros (el populismo, los pactos de la vergüenza, las mentiras, las ansias regulatorias…) Las pocas veces que me he mojado sobre mis convicciones o sobre a quién prefería votar ha sido para hablar de todos aquellos partidos que han desaparecido por, precisamente, no caer en esa polarización de la sociedad en la que «todo lo que hagan los míos está bien y todo lo de los demás es una mierda».

«Yo ya dije» que los pleitos por los cambios regulatorios en el sector de las renovables se iban a perder, como lleva ocurriendo estos años, del mismo modo que «yo ya dije» que el impuestazo de Montoro en 2016 tenía toda la pinta de que sería considerado inconstitucional, como ocurrió. Pero me equivoqué en varios asuntos, como en la «porra» del Impuesto de Actos Jurídicos Documentados (increíble resolución) o con los intereses de demora de los planes de pago a proveedores (más increíble aún).

En los últimos tiempos, me he decantado por tratar de entender y explicar la prolija normativa laboral y fiscal, tan cambiante, tan contradictoria, y quizás debería recuperar esos «grandes errores de las escuelas de negocios» que en su momento tuvieron bastantes lecturas.

LESTER: pues yo qué voy a decir, que estos diez años han sido muy productivos. De las historias que comenzaron a surgir en este blog han salido tres libros y hay otro proyecto en camino que ya medio anticipé hace unos meses.

Solo puedo estar satisfecho. Muy satisfecho. Comencé a publicar con cierta timidez algunos de los relatos que tenía escritos desde hacía años, y al final me he atrevido a publicar más de 30 (con dos premios menores en algún concurso). Los proyectos solidarios también han tenido cabida en el blog y, como herramienta para su difusión y para los crowdfunding, este blog ha sido estupendo:

Intentaremos repetirlo ahora con el Gratitude Bootcamp en la India.

«La rutinaria vida» de Lester suele contar viajes ya pasados (Uyuni, Islas Feroe, Panamá, Abu Dhabi) o los maratones, crónicas que dieron lugar al libro Volver al asfalto, así que ha habido pocos pronósticos y aún menos aciertos. Habrá novedades en breve, eso espero, tengo entre manos algo ilusionante.

BARNEY: cuando comencé a escribir en este blog, el Real Madrid acababa de ganar la Décima Champions, así que he tenido la suerte de vivir y escribir sobre cinco más, acojonante. En cuanto a lo negativo, había escrito tantas veces sobre las anomalías arbitrales del campeonato español que no me extrañó cuando saltó el caso de los pagos del Barça a Negreira. «¡Por fin!», me dije, lo que siempre sospeché/sospechamos tantos. Era tan obvio que el CTA estaba controlado como que sus culpables se van a ir de rositas, así que preferí sacar partido a esta historia de mentiras, chapuzas, excusas imbéciles para gente muy hooligan, y lo conté en modo farsa judicial: Anatomía de un Negreirato. Todo ese trabajo tendrá sus frutos y hace unos días he tenido la suerte de confirmar que se publicará como libro.

También acerté otras cosas muy obvias, como que Medina Cantadelejos mentía como un bellaco o que la sentencia de la Superliga sería favorable. De mis textos en este blog han surgido las colaboraciones recurrentes con La Galerna y con el canal de Kollins en YouTube, casi nada. Por otro lado, no he sido nunca el mejor a la hora de pronosticar resultados, ni me gustaba hacerlo, y he perdido lastimosamente con mi hijo cada vez que hemos debatido a conciencia sobre los playoffs de la NBA.

TRAVIS: es el personaje con el que más disfruto y que más tendría que crecer, pero hay tanta gente y tan buena en blogs y podcast que es difícil destacar, hacerse un hueco en ese mundillo. Y luego está la celeridad, la gente que ya escribe sus textos cuando las películas aún no se han estrenado para la mayoría del público. Ahí es imposible competir, y por esa razón, este guionista en potencia ha dedicado buena parte de sus post al cine clásico (Kirk Douglas, Jack Lemmon, Qué bello es vivir, Taxi driver…), curiosamente, los de mayor número de lecturas, junto con los formatos libro+peli (Watchmen, Fahrenheit 451, V de Vendetta, La naranja mecánica, Mucho mejor la peli…).

Me da igual la crítica especializada, procuro no fijarme mucho en lo que escriben, sobre todo en los actuales, porque creo que les falta la capacidad de disfrutar en el cine (cuando no es una pose). Se ha publicado ya tanto que cuesta contar algo que no haya aparecido previamente en artículos o libros. Pero hablamos de cine y todo en el cine es opinable, así que por aquí seguiré soltando mis ideas acerca de lo que vea o lo que me parezcan los nuevos argumentos, cada vez más repetitivos, menos originales. Y algún día, en otra vida probablemente, sacaré ese pedazo de guion que me ronda la cabeza. De ahí a la pantalla grande, ¡solo faltarán varios milloncejos!

Muchas gracias a todos los lectores. La segunda parte de este post irá dedicada a varios de los lectores más fieles y a algunos de los colaboradores que han pasado por aquí. A por otro año más. O diez…

Retos, curiosidades y despropósitos

Terminó 2023, ese año definido en el vídeo inicial de manera nada modesta como «un año a lo Indy» y arrancó ya 2024 con energía, así que vamos a por ello.

2023 fue el año con menos post publicados hasta ahora, 48. Menos de uno a la semana que, por lo general, suele ser el objetivo marcado. Claro que, a esta cifra, hay que añadirle los 29 publicados en La Galerna y las apariciones en el canal de Kollins, que restan tiempo de preparación para el blog. La mayoría de las veces, los vídeos coincidan en los temas con lo tratado aquí por el amiguete Barney. En total fueron 16 colaboraciones en 2023 (lista de reproducción), en su mayoría centrados en la difícil convivencia de la salud económica con los resultados deportivos.

En cuanto al número de lectores, ha sido el segundo mejor año de la historia de este blog, con casi 35.000 lecturas, por detrás de un 2020 que solo fue magnífico en esta estadística. Casualmente, 2020 fue el segundo año con menor número de artículos publicados, luego se confirma que no es tanto una cuestión de cantidad como de calidad de los contenidos. O de dar con la tecla en el momento adecuado. Menos de un artículo a la semana, pero cerca de 100 lectores diarios, luego tendré que darme por más que satisfecho. Si reviso el top-ten de artículos más leídos, me encuentro con que muchos de ellos son de años anteriores, casi siempre de asuntos polémicos relacionados con el fútbol que no pasan de moda:

  1. Las rayas del VAR, de mar-22.
  2. Propuestas para cambiar el Reglamento del fútbol (II), de abr-21.
  3. El «autoproclamado» mejor periodismo deportivo del mundo, ¡sep-19! y sigue tan vigente.
  4. Finanzas ridiculés (I).
  5. Otras maneras de disfrutar Psicosis.
  6. Hiperregulación (I): situación.
  7. Faltan piezas por salir, faltan los peces gordos. Publicado nada más estallar el caso Barça-Negreira, casi como «por fin, llevaba años diciendo que aquí pasaba algo raro».
  8. La naranja mecánica (II): la película, de dic-21, un texto con muchos adeptos cada semana.
  9. Profesor Tamames.
  10. LaLiga (II): el declive económico y deportivo.

Mucho fútbol y eso que a uno, el personaje que más le gusta desarrollar es el de Travis, hablar de cine, de historias, de cómo enlazan unas con otras o de los grandes clásicos que nunca envejecen. Por poner en contexto las estadísticas mencionadas, todas las lecturas de este blog de un año entero alcanzaron el mismo número que el vídeo de más éxito en el canal de Kollins, de poco más de media hora. En el canal hay tres vídeos por encima de las 20.000 visualizaciones y uno de ellos, el que trataba la posibilidad de competir en otros campeonatos, alcanzó las 34.000. Son otros lenguajes más directos, más visuales, quizás más cercanos para mucha gente. Y también cuenta que cada vez se lee menos, que todo hay que decirlo.

Para comenzar el año en este blog, en lugar de plantear retos, lecturas o despropósitos como otras veces, lo que me inspira 2024 es sobre todo curiosidad. Es un momento convulso, de muchos cambios en muy poco tiempo, de incertidumbre, y lo que tengo no es miedo o dudas, sino curiosidad por saber cómo van a avanzar algunos temas.

Es un año clave para ver si la sentencia favorable a la Superliga supone la creación de una competición en la que desaparezca esa mafia llamada UEFA y en la que los fondos de petrodólares no arramplen con todo a su paso. Que sean los clubes los que establezcan las reglas de la competición, que hagan de la misma un torneo más interesante (al estilo de la apasionante Superliga de baloncesto) y que haya un equilibrio que ahora es imposible con los fondos ilimitados que reciben clubes como el PSG, el City o el Chelsea.

Año olímpico también. París 2024. Como cada cuatro años, me gustará acercarme a deportes que no sueles tener la oportunidad de ver durante el resto del ciclo olímpico. Y curiosidad por saber si las autoridades francesas son capaces de controlar el barrio de Saint Denis y de evitar que el estadio olímpico repita la vergüenza que fue la final de Champions de 2022.

Curiosidad y expectación por el retorno de Rafa Nadal a las pistas, por ver si nos regala una última temporada memorable, como lo han sido todas las suyas desde hace veinte años. La misma curiosidad que tengo en la evolución como jugador de Carlos Alcaraz y de otros del circuito (Jannik Sinner, fundamentalmente), en especial, para ver si son capaces de derrotar con solvencia a un Novak Djokovic que cada temporada parece más fuerte, joven y mejor jugador.

2024 debería ser un año en el que el caso Negreira o las irregularidades financieras del Barça le costaran un disgusto a este club que ha hecho de la corrupción su modo de actuar, pero no lo verán mis ojos. Todavía no ha empezado el juicio del caso Soule (que arrancó ¡en verano de 2017!) y antes de que arranque el de Negreira seguirán destruyéndose pruebas (las últimas, de esta misma semana, en la sede de la Federación Catalana) o falleciendo implicados (Contreras y Sánchez Arminio). No espero nada.

2023 ha sido un año en el que hemos podido ver los últimos estrenos de Nolan (Oppenheimer), Fincher (The killer), Scorsese (Los asesinos de la luna) y Spielberg (Los Fabelman, realmente de 2022), que, si bien no son sus obras más redondas, sí han hecho que el ejercicio dejara una buena cosecha. Me faltan muchas por ver, de entre las recomendadas por la crítica: Godland, Anatomía de una caída, The creator… Vi ese truñaco recomendado en Cannes titulado El triángulo de la tristeza, una tomadura de pelo infame, y no tengo el más mínimo interés por Barbie ni por las sucesivas secuelas, precuelas, spin-off, metaversos paralelos, etc. de superhéroes. Y entre lo que más he disfrutado del año, La sociedad de la nieve, la alemana Sin novedad en el frente y Babylon (aunque ambas sean de 2022).

Tengo curiosidad por saber qué nuevas tramas prepara Hollywood tras la huelga de guionistas y actores durante varios meses por sus protestas contra el uso de la Inteligencia Artificial y el reparto de derechos. La Inteligencia Artificial es una herramienta más para un guionista, pero siempre he tenido mis dudas acerca de si se puede utilizar para crear algo tan novedoso y bien urdido como un guion de Billy Wilder, tan rompedor como Tarantino, o con finales que te descolocan tanto como Shyamalan. La Inteligencia Artificial se entrena con todo lo ya existente, se alimenta de lo ya creado por otros, y hoy en día sin su uso ya podemos predecir el noventa por ciento de las tramas de las películas precisamente por el poco riesgo que asumen, luego no sé hasta qué punto resulta tan peligrosa para el gremio de escritores y guionistas.

El caso de los actores es diferente, porque ya hemos visto que con programas entrenados se puede hacer que Tom Hanks, Brad Pitt o Jessica Chastain «aparezcan» en una película sin haber pisado el plató y sin ver un chavo por su aparición. Quizás la respuesta a mis dudas esté en ese capítulo de Black Mirror que anticipa estos avances y su posible impacto en la creación cinematográfica: Joan es horrible. Interesante, divertido, perturbador. Un programa informático puede utilizar los rasgos de actores de carne y hueso para componer tramas casi en tiempo real. Quizás los actores vivos hayan ganado la batalla por el control de su imagen, pero tengo curiosidad por saber si veremos «nuevas obras» con los rostros de James Stewart o Katharine Hepburn. Ya se habla de resucitar a Elvis, menuda estupidez, ¡si todos sabemos que no murió!

Vaya año nos espera. La invasión de Ucrania, la guerra salvaje en Gaza, los piratas hutíes en el mar Rojo y su afectación al comercio mundial, el parón económico y en el horizonte de final de año, elecciones en Estados Unidos. Sorprendentemente, parece que repetirá Joe Biden como candidato demócrata y, de manera aún más sorprendente, las encuestas ponen a Donald Trump como favorito. Joder, la primera potencia del mundo, dadme fentanilo y me retiro una temporada.

Tengo curiosidad por los resultados de las elecciones, pero casi más por los meses previos y la guerra mediática que vamos a ver, y sin embargo, lo que más expectación despierta en mi yo economista es ver el resultado de las medidas ultraliberales que Milei se propone aplicar en Argentina. Un país rico que no funciona desde hace décadas, como Venezuela, y un empobrecimiento de la población más que evidente. También como en Venezuela. Los argentinos se han puesto en manos de quien promete revertir la situación o reventarla del todo. Me recuerda a aquel chiste de Hermano Lobo en los setenta, cuando un político cuestiona a sus seguidores: «¿Nosotros o el caos?». A lo que todos respondían:

Milei se ha propuesto cambiarlo todo, meter mano a unas estructuras arcaicas que no funcionan, vaciar todo lo posible el aparato del Estado y la carga pública, luchar contra la corrupción sistémica y la población subvencionada, revertir decenas de «derechos adquiridos»… Lo veo muy difícil, y la batalla interna va a ser cruenta, pero, como decía, tengo más que curiosidad.

La Fundación del Español Urgente, perteneciente a la RAE, seleccionó al final del año 2023 la palabra del año y esta fue «polarización». No podía ser otra. La sociedad está cada vez más distanciada y enfrentada en sus posturas. En Estados Unidos, en Argentina, por supuesto en todos los conflictos armados, pero, por desgracia, también en Europa (Países Bajos, Suecia, Polonia, Hungría, Italia, Francia…) y en España. En nuestro país los principales líderes políticos agitan el fantasma de las dos Españas con una desvergüenza absoluta, tratando de sacar réditos electorales. Tengo cierta curiosidad por saber cuánto va a durar este gobierno en el que cada medida que se trate de aprobar va a ser un dolor de muelas por las exigencias de los socios, partidos cada vez más cerrados en «su mundo» y nada interesados en los efectos globales o generales de dichas medidas. En este blog y en el año recién terminado, la mayoría de los post se han centrado en las medidas fiscales, casi todas con la creación de nuevos impuestos para incrementar la recaudación (ya en cifras récord), pero se trabaja muy poco en la contención del gasto público.

Este blog nació con la idea de mantenerse un año, probar y poco más. El noventa y nueve por ciento de los blogs duran menos de esos 12 meses. Empiezan con fuerza, con ideas, pero el entusiasmo inicial se agota y desaparece. Como los textos. Este blog de los «Cuatro amiguetes y unas jarras» cumplirá diez años en agosto, y quizás sea el momento de distanciarse también, de enfocarme en ese «otro proyecto» al que no soy capaz de dedicarle tiempo. Para entonces el blog llevará cerca de 700 post, en ese tiempo he publicado tres libros y las ganas no escasean, sino todo lo contrario. Para la celebración de esos diez años habrá que ir pensando en algo especial y, llegado el momento, decidir hacia dónde tirar. Hasta entonces, mil gracias a todos los lectores por seguir ahí, al otro lado, interesados en las propuestas que van surgiendo entre cervezas imaginarias de cuatro amiguetes inventados.

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2018: Ahora más que nunca

¿Qué pasó con…? (IV)

¿Qué pasó con Antoni Asunción? Siempre se dice que en este país no dimite ni el Tato. Aunque te hayan pillado con las manos en la masa, aunque algunos de tus nombramientos hayan sido unos delincuentes indeseables, aunque se te haya fugado algún político importante por descuido, dejadez o conveniencia, o aunque hayas promovido una ley que ha acabado con mil agresores sexuales en la calle: aquí no dimite nadie. Pero siempre que se dice esa frase, me acuerdo de Antoni Asunción, ministro de Interior en uno de los últimos gobiernos de Felipe González, el surgido tras las elecciones de 1993.

Aquella fue una legislatura muy convulsa, en la que se acumularon los casos de corrupción uno detrás de otro con vergonzosa constancia, y a todos ellos se añadió la lacra de los GAL, el uso de los fondos reservados y el deterioro general de un gobierno y un PSOE muy tocado por todos los frentes. En aquel gobierno apareció un ministro de Interior de un perfil más técnico y posiblemente más bajo que los anteriores (Barrionuevo y Corcuera), un valenciano llamado Antoni Asunción.

“La primera impresión es siempre la buena, sobre todo cuando es mala”, decía Oscar Wilde. El caso es que este ministro me dio buena impresión cuando fue nombrado, al contrario que muchos otros de los personajes que en aquellos años poblaron el Ministerio de Interior: Corcuera, Barrionuevo, Rafael Vera, Julián Sancristóbal, Amedo y Domínguez… y Luis Roldán. Luis Roldán fue nombrado director general de la Guardia Civil en 1986 y fue un gran desconocido para los medios hasta que Diario 16 comenzó una investigación sobre el notable incremento de su patrimonio. No solo eso, sino que otros medios empezaron a publicar noticias sobre la falsedad de los títulos de su currículum. La frase de Oscar Wilde me viene al pelo para mis pensamientos cuando vi su jeta en los telediarios. Y más cuando le escuchamos defenderse con absurdas excusas como las que utilizan tantos corruptos cuando los pillan: sus cuatro o cinco millones de euros se debían fundamentalmente a la herencia que le dejó su padre, taxista de profesión. Una excusa que rivaliza con el millón de euros que se dejaron los montadores de Ikea en un altillo de Paco “Púnico” Granados por la imbecilidad más grande jamás contada por un golfo.

El escándalo de Luis Roldán le saltó en plena cara a Antoni Asunción nada más ser nombrado ministro de Interior. Destituyó de su cargo a Roldán mientras continuaban las investigaciones, si bien, con lo que seguramente no contaba, era con la huida del prófugo más famoso que tuvimos aquellos años. Y miren que los tuvimos: el Dioni, Pepe el del Popular, Ruiz Mateos, Rodríguez Menéndez… En abril de 1994 saltó la noticia de que Luis Roldán se había fugado de España. Recuerdo una entrevista al ministro Asunción en la radio en la que, en directo, desconcertado, negaba los hechos. En cuanto se confirmó la noticia de la huida del país, dimitió. Y a mí, como supongo que a tantísima gente, me pareció adecuado. Lo que hay que hacer cuando uno no ha cumplido con sus obligaciones.

Antoni Asunción desapareció de la vida pública y política por una larga temporada, aunque se presentó a las elecciones en la Comunidad Valenciana en 1999. Poco después abandonó la política, volvió a su carrera en la empresa privada y no volví a saber de él hasta que apareció una noche en un plató de LaSexta. Era septiembre de 2013 y poco después, las vueltas ideológicas que da la vida, presentó Movimiento Ciudadano con Albert Rivera y Juan Carlos Girauta, el germen de lo que sería Ciudadanos.

Nunca tuvo un perfil populista, ni muy dado a los medios, y quizás sea por eso por lo que, cuando he buscado qué había sido de su vida, he descubierto que falleció de manera prematura en 2016, con solo 64 años, tras una enfermedad detectada pocas semanas antes.

Como bien dice este titular, “el ministro que supo dimitir”. Rara avis, sin duda.

Nunca he sido aficionado a Eurovisión, ni he seguido con especial interés lo que ocurría con la participación de los nuestros, más allá de haberme acercado con el rabillo del ojo a la pantomima de las puntuaciones o haber preguntado a mis hijas por el resultado final del concurso. Y desde luego cada año me entero de a quién mandamos para allá, si bien no por interés propio, sino por el bombardeo de imágenes y espantosos soniquetes con el que nos aturullan día tras día durante las semanas previas al concurso.

Pero en aquella época de la televisión única y los dos canales de los setenta y ochenta, formaba parte de la tradición familiar sentarse frente al televisor el día del concurso para ver si ese año «rascábamos» algo. Al igual que con la selección de fútbol, casi todos teníamos una opinión crítica sobre nuestro representante, pero en 1983 todos aquellos con quienes hablé coincidíamos: no nos gustaba nada. El año de Remedios Amaya y su ¿Quién maneja mi barca? Aquí dejo su actuación en Múnich, porque habrá a quien le guste:

Cero puntos. No solo no gustaba aquí, es que la apuesta «revolucionaria» de Televisión Española tampoco entusiasmaba más allá de nuestras fronteras. No me gustaba entonces, ni me gusta ahora, que he tenido que adelantar con el ratón para no escuchar los tres minutos del vídeo. Será porque nunca me ha gustado el flamenqueo y mucho menos sus mezclas «fusión» con el jazz, el tecno o el pop, pero qué sabré yo. El flamenco tiene su público, despierta devoción en millones de personas y no hay «quejío» en un plató de televisión que no termine con aplausos y sonoros «eles». Como puede leerse en los comentarios de YouTube, se anticipó a su tiempo, no estábamos preparados para algo tan rompedor, es de las mejores actuaciones de la historia, bla, bla, bla… Cuestión de gustos.

El caso es que la joven gitana veinteañera que representó a España en aquella edición desapareció de la escena durante muchos años. Tenía tres discos publicados por entonces y buenas críticas entre los entendidos, pero al parecer el rotundo «cero» pesó como una losa en su carrera. Volvió a sacar un disco en 1997 y varios más a principios de este siglo. El título de su último disco, de 2016, parece una referencia a esa prolongada ausencia de los escenarios: Rompiendo el silencio. Recuerdo algunas de sus canciones en algún programa y… buffff, a mí seguía sin gustarme, me sonaba igual, a lo de siempre. Pero qué sabré yo, un analfabeto en el arte de las bulerías.

Sin embargo, me llamó la atención la exageración de algunos elogios de expertos musicales, varios de los cuales hicieron referencia a la canción de la barca y el show descalza en tierras alemanes. No era una mala canción, es que nosotros no entendíamos, era una adelantada, una canción visionaria. En fin. No recuerdo quién fue, pero había un tipo en la radio hablando de ella como el gran genio de la canción, la reencarnación de Camarón y no sé qué historias más. Se debía de creer una especie de Quentin Tarantino de la canción, alguien capaz de encontrar oro en una actuación pésima varias décadas atrás.

I. Antonio Peñalver y Claudia Wells.

II. Antonio Hernández Mancha y Pedro Maestre.

III. C. Thomas Howell y Santi Pérez.

El club de los currelas muertos (XX)

Planes propuestos por el club de lectura, cine y documentales El club de los currelas muertos para no ver el mundial de la infamia de Catar.

El hijo del trampero nació el 9 de diciembre de 1916, en el seno de una familia de campesinos rusos emigrados a Estados Unidos. Hoy habría cumplido 106 años, si la muerte no se lo hubiera llevado por delante hace dos años. Su nombre al nacer fue Issur Danielovitch Demsky, y vino al mundo en Ámsterdam, no la capital neerlandesa, sino un pequeño pueblo del estado de Nueva York.

El hijo del trampero fue vendedor de refrescos en la calle, repartidor de periódicos, dependiente, jardinero y bedel (a cambio de una plaza en la universidad Saint Lawrence, de Nueva York), campeón de lucha libre universitario, profesor de Arte Dramático y oficial de telecomunicaciones en pleno Pacífico durante la Segunda Guerra Mundial. Uno esos currículums de película que ya mencioné en alguna ocasión. Nunca renunció a sus orígenes humildes y de ahí el título de su biografía, El hijo del trampero, mundialmente conocido como Kirk Douglas.

Anoche hice la prueba de buscar en la tele «a la carta» una película suya, y me apareció una decena a cual más apetecible: Cautivos del mal, El último tren de Gun Hill, 20.000 leguas de viaje submarino, El extraño amor de Martha Ivers, El loco del pelo rojo, Senderos de gloria y Los vikingos, que me apetece mucho porque hace años que no la veo. Por desgracia no estaban disponibles Espartaco ni El gran carnaval, las que más me apetecían para un viernes de cine. Mucho para elegir. Muchísimo.

Happy birthday, Mr. Douglas.

El club de los currelas muertos (IX)

Planes propuestos por el club de lectura, cine y documentales El club de los currelas muertos para no ver el mundial de la infamia de Catar.

Acaba de finalizar la Semana Europea para la Reducción de Residuos (del 19 al 27 de noviembre), centrada en este año en la industria textil, una de las más contaminantes. No solo es una de las que más perjuicios causan al medio ambiente por la enorme cantidad de residuos que genera, sino también por el consumo de agua y productos químicos. Se estima que hacen falta unos 7.000 litros de agua para producir unos vaqueros y aproximadamente 2.700 litros para una camiseta, prendas que en muchos casos acaban en poco tiempo en un vertedero. El bajo coste de algunas prendas (camisetas a tres euros producidas en Bangladés, por ejemplo), las modas imperantes y cada vez más fugaces, y las dificultades para reciclar los materiales empleados provocan que cerca del noventa por ciento de los productos de la industria textil acaben en los vertederos. Un millón de toneladas al año.

Los residuos suponen otro más de los problemas no resueltos y de lentísimos avances en esta lucha que teórica y «marketinianamente» tenemos por la sostenibilidad. Si se avanza poco o con exasperante lentitud en las Cumbres del Clima (El Día de la Marmota del cambio climático), con los residuos puede estar pasando algo parecido. Hace un año por estas mismas fechas dedicamos un post entero al asunto: Reducir, reusar, reciclar… residuos, ¿recursos?. En este año no se han licitado los proyectos de tratamiento de residuos tan necesarios, los países no se han puesto de acuerdo en fijar aranceles verdes para los productos que vienen de fuera de la Unión Europea y que no cumplen los criterios medioambientales mínimos y solo se ha avanzado en la creación de nuevos impuestos: sobre el plástico y sobre el depósito de residuos en vertedero. Está bien eso de hacer pagar más por los residuos no tratados, pero no invertir en instalaciones necesarias para el reciclaje.

Como este es un club que se autodefine de lectura, cine y documentales, hoy proponemos un fabuloso mediometraje de Javier Fesser ambientado en un vertedero de Filipinas. El monstruo invisible, o cómo crear belleza en un vertedero putrefacto y con unos niños que carecen de lo más elemental.

Sobrecogedor. Maravilloso. Con la sensibilidad de Javier Fesser. 39 premios internacionales desde su estreno en septiembre de 2019. Tuve la suerte de ver un pase privado con uno de los productores de la película. La piel de gallina todavía.

3, 4, 200, 40000

limonada-tranquilidad

A punto de comenzar las terceras Navidades del blog de los cuatro amiguetes, esta entrada habla de la buena salud del mismo, pues se trata de la número 200. Igual que en su día celebramos la entrada 100, el visitante 10.000, en esta ocasión estamos a punto de llegar al lector 40.000. Lo que significa dos cosas: Sigue leyendo

Blog, Año 3

Blog1

Lo siento, amigos lectores: hemos renovado. Si este blog dependiera de un jefe o de un experto independiente que decidiera desde fuera, seguramente nos habrían liquidado la página, pero como el único requisito es que los cuatro amiguetes sigan teniendo ganas de tomarse unas jarras de cerveza y contarnos sus cosas (y pagar la cuota anual, claro), el blog va a continuar un tiempo más.

Leí hace tiempo que el 99 por ciento de los blogs suelen morir antes de llegar al año de vida, Sigue leyendo

Los números de 2015, by WordPress

Los duendes de las estadísticas de WordPress.com prepararon un informe sobre el año 2015 de este blog.

Aquí hay un extracto:

La sala de conciertos de la Ópera de Sydney contiene 2.700 personas. Este blog ha sido visto cerca de 18.000 veces en 2015. Si fuera un concierto en el Sydney Opera House, se necesitarían alrededor de 7 presentaciones con entradas agotadas para que todos lo vean.

Eso es lo que dice WordPress, Barney prefiere comparar con el Palacio de los Deportes en el que el Madrid de basket ha arrasado este año, y decir que hubiéramos llenado pabellón y medio. Travis dice que hubiera llenado unas 20 veces la sala 25 de los cines Kinépolis. Josean hubiera llenado 4 ó 5 plazas de toros al modo de un político en campaña. Y yo, Lester, me conformo con decir que no solo mis amigos y familiares se han pasado por aquí, sino que habéis sido muchos más. ¡Gracias!

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