El (pen)último baile de la BMK y la CRL

BARNEY, 14/05/2023

The last dance de Michael Jordan y los Chicago Bulls del sexto anillo en la temporada 1997-98. The last waltz, el concierto de despedida de The Band en 1976 y el documental de Martin Scorsese sobre dicho concierto. The last picture show (1971, Peter Bogdanovich), como símbolo de una época que terminaba en un pequeño pueblo de Texas.

Todas estas obras representan momentos únicos, el final de una era y el comienzo de otra que será distinta, que no tiene por qué ser peor, pero que hace inevitable sentir nostalgia o añoranza por aquello que ya no veremos más en vivo. Sinceramente, yo creía haber visto ya la temporada pasada the last dance de Benzema, Modric y Kroos, los cuales ganaron la Liga con facilidad y nos regalaron la Champions más emocionante que recuerdan nuestros ojos. También creía haber presenciado el último baile de Sergio Llull y Rudy Fernández, campeones de la ACB y privados del triunfo en la Euroliga por una sola canasta. Todos estos viejos rockeros, grandes mitos del madridismo, parecían haber dado lo mejor de sí en una grandísima temporada y que en la siguiente tocaba renovar el equipo, reconstruir el futuro.

A este sentimiento de «final de una era» contribuyeron las salidas de Casemiro y Marcelo en el equipo de fútbol, como anteriormente lo habían sido las de Cristiano Ronaldo, Ramos y Varane, o la salida de jugadores importantes durante años como Taylor y Thompkins, o el hecho de que fuera la primera temporada en ¿siglos? sin la presencia del incombustible Felipe Reyes en la sección de baloncesto.

La renovación del equipo de fútbol lleva varios años en marcha y la edad media de los titulares se ha rebajado de manera considerable con la incorporación de Vinícius, Rodrygo, Fede Valverde, Camavinga, Militao o Tchouameni. El equipo tiene que adaptarse a un fútbol moderno más físico, que demanda mayor potencia y velocidad, un fútbol en el que los sabios gurús habían pronosticado la retirada de Luka Modric (cumplirá 38 años en septiembre), Benzema (35) y Toni Kroos (33).

Al equipo de baloncesto le está costando más la renovación, puesto que la lista de salidas en los últimos años ha sido incesante: Campazzo, Carroll, Ayón, Slaughter, Nocioni y los jóvenes que emigraron a la NBA, Luka Doncic y Usman Garuba. Ahí se mantienen desde hace años dos tipos de los que se lleva anticipando su retirada varias temporadas: Rudy Fernández (38 años), Sergio Llull (36 en unos pocos meses) y Fabien Causeur (otro que roza los 36). A ellos se ha unido esta temporada otro ilustre veterano de la «temporada perfecta» de 2015, Sergio «Chacho» Rodríguez, a punto de alcanzar los 37 palos.

Pues bien, todo hacía presagiar que la transición estaba en marcha en ambas plantillas y que el equipo sufriría si seguía depositando su confianza en los veteranos, en esos veteranos que parecían habernos regalado ya su último y glorioso baile la temporada pasada. Y sin embargo, aquí estamos los madridistas, ilusionados de nuevo en una semana decisiva en la que el Real Madrid está a un partido, a una sola victoria en ambos torneos, de repetir finales en la Champions y la Euroliga. Hay indicios racionales que nos hacen pensar que este año está más complicado que nunca.

En fútbol, la dejadez en Liga ha sido desesperante por momentos. Bien es cierto que a esa aparente desidia parece haber contribuido el escándalo que supone que, una vez destapado el caso «BarçaCTAgate», o «Negreira», como quiere la mayoría de la prensa vendida, las instituciones del fútbol profesional se han puesto al servicio del Barça para decir que aquí no ha pasado nada (LFP y Javier Tebas, «el Barcelona podría ser una víctima»), que Negreira no era nadie (Medina Cantalejo, CTA) o que de momento no se ha demostrado nada (Rubiales). Todos ellos alentados por una prensa más preocupada por los gestos de Vinícius que de investigar o hablar día tras día de la bochornosa ausencia de sanciones en este caso de corrupción deportiva. El Madrid está a 14 puntos del Barça, y aunque el sistema se ha encargado con sus decisiones, designaciones y manipulaciones de VAR de hacernos ver que todo está igual que antes con los pagos a Negreira, esa no es la diferencia real entre ambos equipos, como se vio en la eliminatoria reciente en semifinales de Copa del Rey. Pero al Madrid, jugando como ha jugado numerosos partidos de esta Liga, no le daba para adelantar a este flojísimo Barça, que se ha dedicado a cerrar su retaguardia (solo 14 goles en contra) y esperar sus oportunidades. Y ha merecido ganar la Liga por delante del Madrid, me cabrea, pero es así.

Otra cosa muy diferente es lo ocurrido en Europa. Al Barça de Xavi no le daba, como se vio al caer de nuevo en fase de grupos y luego en la Europa League. Por el contrario, si el Real Madrid bordeó o superó el milagro en varias eliminatorias de la temporada pasada (PSG, Chelsea y City), en este año ha demostrado una solvencia incontestable: 6-2 sobre el Liverpool en el global, y 4-0 sobre el Chelsea. Contra el todopoderoso City de los 1.500 millones en fichajes y Haaland para rematar cualquier cosa que caiga en el área, el equipo jugó con solvencia y pudo llevarse el partido del Bernabéu perfectamente.

El equipo de baloncesto no está teniendo su mejor temporada, su primera temporada post-Pablo Laso. A las críticas a Chus Mateo por la gestión de la plantilla, se unen unos resultados discretos hasta la fecha (al margen del título en la Supercopa en septiembre): eliminados en semifinales de Copa del Rey, terceros en Liga y en fase regular de la Euroliga, y sobre todo malas sensaciones tras haber bajado las prestaciones en los últimos meses de competición. La hecatombe parecía cercana tras el 0-2 en la eliminatoria de playoffs con el Partizán de Obradovic. O tras la machada de vencer en los dos partidos de Belgrado, cuando el equipo caía por dieciséis puntos al descanso. Muchos lo daban muerto, aunque alguno aún creíamos en el milagro:

«No era posible», como describe Emilio Dumas, pero «lo que no era posible se hizo posible». Y se logró con los tres veteranos en pista, con Llull, Rudy y el Chacho, que se quitaron quince años de encima cada uno y reventaron el partido. El Chacho Rodríguez anotó 19 puntos en 19 minutos, su mejor actuación en mucho tiempo. Rudy no anotó un solo punto, pero robó dos balones importantísimos en defensa y rebaño dos rebotes en ataque cuando el equipo estaba lanzado. Se dejó el hombro en una jugada con Exum, tuvo que ser asistido en la banda y circula por las redes un vídeo en el que Chus Mateo le pregunta en los últimos segundos: «Rudy, ¿estás para defender?». Joder, no puede tirar a canasta, ni levantar el brazo más allá del hombro, pero le pregunta si puede ser la mosca cojonera que es en defensa. Y Llull, qué decir del denostado Sergio Llull. Llevaba 0 de 4 intentos, y en los últimos cinco minutos anota ocho puntos sin fallo, mandarina incluida. Los cracks de la nueva hornada, Musa y Mario Hezonja, se subieron al carro de la remontada inverosímil y se dejaron hasta el último aliento para hacerlo posible. «No puedo describirlo», como dijo el bosnio Musa al finalizar. O como dijo el croata Hezonja: «Tenemos tantos lesionados que ya no sé ni quién juega. Se nota el corazón ganador, estábamos hablando de subir el nivel, lo hemos subido en defensa y hemos ganado». «El Real Madrid siempre ha sido un equipo así».

Pues en esas estamos, «veteranos y noveles», como reza el himno, a un paso de plantarse en dos nuevas finales de las máximas competiciones europeas. El reto es mayúsculo, seguramente aún más complicado que hace un año.

El Manchester City lleva una racha brutal en su estadio, con 14 victorias consecutivas. Y 22 de los últimos 24 partidos ganados. El Madrid no ha pasado nunca en una eliminatoria en la que jugó la vuelta en campo contrario con el 1-1 de la ida. En mi memoria retumba la noche de pesadilla del 5-0 en Milan, el que podría decirse que fue «el último baile» de la Quinta del Buitre en Europa. El City parece intratable, y en el Madrid llegan tocados Camavinga y Vinícius, y dos jugadores clave en su peor momento de la temporada: Benzema y Militao.

Actualización: pues no pudo ser y lo peor fue la sensación de que no estábamos en condiciones de competir. No me sale cabrearme con este grupo irrepetible de jugadores que tantas alegrías nos dieron en el pasado. 5 Champions desde 2014, qué maravilla. Par alguien que vivió su primera Champions con 28 años, lo anormal es lo que hemos vivido. Fin de ciclo, a reconstruir de nuevo, sobre una base de jóvenes con talento, que los tenemos ya instalados en el top mundial.

En baloncesto se ha confirmado hoy la ausencia casi segura de Vincent Poirier, el único jugador de la plantilla que podía ofrecer minutos de descanso a Edy Tavares. Su baja se suma a la de Deck por lesión tras la segunda batalla en Belgrado, y de Yabusele por sanción tras la tangana de Madrid. Tres bajas clave en un puesto básico. Enfrente, el F.C. Barcelona de Jasikevicius y Mirotic, el único equipo que solventó su eliminatoria por la vía rápida (3-0 al Zalgiris). Tendrán una baja destacada, la del base Cory Higgins, para mí, quizás su jugador más temible, aquel al que peor defiende el Madrid.

Claro que algo parecido nos temíamos en las semis de 2014 y los nuestros batieron el récord de la mayor paliza en la Euroliga a esas alturas de la competición (100-62). Con unos incomensurables Rudy Fernández, Sergio Llull y Chacho Rodríguez (21 puntazos), a los que se unió un gran Nikola Mirotic, por aquel entonces en el «lado bueno», jejeje.

Puede que estos grandes jugadores nos regalen otras victorias épicas. Lo normal sería lo contrario. Si lograran acceder a la final, sería el penúltimo baile para una generación única. Y sería el penúltimo, porque sé que todos les pediríamos uno más. The last dance.

Apéndice:

El Madrid tendrá que competir contra todo esto. Y también contra lo que predice la Inteligencia Artificial, el popular ChatGPT, que otorga pocas posibilidades a los nuestros. Aquí os dejo un ejercicio que hice con esta aplicación:

El Madrid también tendrá que derrotar a ChatGPT.

La financiación del Espai Barça

BARNEY, 29/04/2023

A petición de algunos de los seguidores del canal de Kollins, preparamos una charla sobre la reforma del Camp Nou y la financiación de ese concepto más amplio que es el (cambiante) Espai Barça. Como me gusta prepararme siempre los temas de los que vamos a hablar, y pese a lo largo de la conversación, siempre se quedan asuntos sin contar o sin desarrollar de manera conveniente, luego este post viene a cumplir una doble tarea de «bibliografía» y de ampliación de los asuntos tratados.

  1. La aprobación del proyecto Espai Barça

El 23 de octubre de 2021 la Asamblea de socios del Fútbol Club Barcelona aprobó un importe máximo de financiación de 1.500 millones de euros para el Espai Barça, una ambiciosa modernización de las instalaciones deportivas del club. El Camp Nou tiene problemas visibles de seguridad para los espectadores en algunos graderíos superiores, aparte de los vídeos que han circulado sobre la existencia de ratas, el mal estado de los asientos o las cagadas de las palomas cerca del área de restauración. Un estadio indigno para un club que ganó cuatro Champions en este siglo. Por su lado, el Palau Blaugrana se encuentra en un estado tan calamitoso que el club es multado por la Euroliga en cada partido que se juega allí.

Ambas reformas son necesarias, y no solo por la urgencia de adaptarse y modernizarse como han hecho ya los grandes equipos de Europa del fútbol y el baloncesto, sino por la fuente de ingresos futuros que puede ser una instalación de estas características con el deporte como gancho, como atracción para el turista y el espectador habitual. El proyecto inicial presentado a los socios consideraba las siguientes partidas:

  • 900 millones para la reforma (o reconstrucción) del Camp Nou.
  • 420 millones para el Palau.
  • 100 millones para la urbanización del entorno del Espai.
  • 60 millones para inversiones en la Modificación del Plan General Metropolitano.
  • 20 millones para el Miniestadi, o Estadio Johan Cruyff.

En el mismo precio, Joan Laporta incluía el aparcamiento para autobuses, la pista de hielo (el antiguo Palau de Gel financiado por el régimen franquista, al igual que el Palau Blaugrana) y el Petit Palau. Son datos extraídos de la propia web del club y, todo hay que decirlo, por mucho que se trate del máximo rival, «el proyecto mola», el vídeo estaba fenomenal y es muy recomendable.

2. El acuerdo de financiación firmado

La situación financiera del Barça es calamitosa, como ya hemos hablado en otros vídeos y post, y por mucho apaño contable que trate de camuflar la realidad, el drama financiero aflora, salta a la luz. La deuda con la que el Barça cerró el último ejercicio asciende a 1.045 millones de euros, con unas obligaciones a corto plazo que solo ha podido cumplir vendiendo el futuro del club. Las famosas «palancas». Las dos primeras, la venta del 25 por ciento de los derechos de televisión durante los próximos veinticinco años, constituyen dinero real hoy, que gastaron en su mayor parte en fichajes como si de un Abu Dhabi City o un Qatar Saint Germain se tratara, pero un lastre para los próximos ejercicios, en los que al Barça le faltarán unos 40 millones de euros anuales. Los derechos de televisión suponían en la actualidad para Madrid y Barça unos 160 millones al año.

Respecto a las otras dos palancas, bastante extrañas, me espero a la publicación de las próximas cuentas del club para ver si ese dinero procedente de la venta del 49 por ciento de Barça Studios realmente entró en la caja del club (sigo pensando que fue un maquillaje contable realizado en colaboración con Roures). Con esta situación, y con el riesgo de que el escándalo «Barça-Negreira-gate» suponga varias sanciones que agraven el casi seguro colapso financiero del club, como un descenso a Segunda (no lo veremos, seguro) o una expulsión de la Champions durante varias temporadas (no le queda otra a la UEFA, pero son tan corruptos que sospecho que lo cambiarán por una renuncia expresa a la Superliga), parecía complicado que el Barça pudiera acometer la reforma del estadio y cerrar la financiación. Pero lo ha hecho, lo cual no deja de ser un éxito para sus gestores. Si bien, habrá que ver a qué precio. Las firmas que han alcanzado el acuerdo están entre lo más selecto del mundo financiero y legal: Goldman Sachs, JP Morgan, DLA Piper, Pérez Llorca, Legends, Key Capital Partners,…

El presidente del Barça se presentó en una rueda de prensa el pasado jueves pensando que iba a despachar a los periodistas con las mismas triquiñuelas que el día que dio las explicaciones sobre los informes de Negreira, pero no contaba con que a dicha rueda de prensa acudieron periodistas del área de Economía de varios medios y no los paniaguados (y subvencionados durante años por el club) redactores de la sección de Deportes, los autoproclamados «mejores del mundo». Si aquel día en el que habló de los pagos a Negreira e hijo, los periodistas dieron vergüenza ajena al no entender que les estaban mostrando los pseudoinformes del hijo (Soccercam) como si fueran del padre (Dasnil y Nilsad) y no percibir el engaño, los que provocaron el bochorno de los asistentes el pasado jueves fueron los propios directivos culés. Por su facilidad para mentir y mantener la cara de cemento.

Hay varias preguntas en las que pillan a Laporta en un renuncio, pero hay una clave que es la referida al Palau Blaugrana. Coño, que no es una bolita que esconde un trilero, que es un polideportivo con capacidad para 15.000 personas y un futuro centro de congresos y posibilidades de negocio, y Laporta afirma rotundo que «sí». Siguiente pregunta, casi, intentando esquivar la cuestión. «Valoramos opciones. El tema va con retraso y estamos estudiando varias propuestas. Y si son interesantes les haremos partícipes». No tiene ni proyecto y dice que sí sin más. Pero los periodistas repreguntan y entonces explican el desglose de partidas dedicadas al Espai Barça:

  • Coste del estadio: 1.071 millones.
  • Costes financieros: 179 millones (entiendo que esta partida incluye varios de los intereses que llevaban más de doce meses aplazando).
  • Contingencias: 200 millones.

No hay Palau, se ponga como se ponga Laporta. Y repreguntados de nuevo por la cuestión, Maribel Menéndez, directora corporativa del club, respondió: «Gastaremos 400 millones para el Palau y Petit Palau, pero los intereses no estaban contemplados. Tenemos 200 millones para contingencias y creemos que tenemos espacio para hacerlos». Y añade que todavía podrían emitir 50 millones de euros adicionales en bonos para completarlo. ¿Pretende hacer creer a los socios que lo van a hacer con lo que sobre de las contingencias y con la partida destinada a intereses?, ¿de verdad se lo ha creído alguien? Desconozco la normativa del club, pero es muy posible que los socios puedan impugnar este acuerdo porque la financiación que tenía autorizada la Junta era para un proyecto muy diferente al que se ha firmado finalmente. Por si algún seguidor culé sigue creyendo que está incluido, esta es la valoración que la agencia de rating de bonos Kroll realizó sobre la emisión que va a lanzar el club para sufragar la operación:

El vicepresidente económico del club, Eduard Rumeu, dejó otra cifra llamativa en la rueda de prensa: 2.820 millones de euros. Será el coste total del Espai Barça una vez abonados los intereses durante treinta años, a razón de 94 millones de euros anuales. Según los directivos del club, la financiación tendrá un coste neto del 5,53 por ciento, y destaco la palabra «neto» porque es muy posible que el coste de la operación ronde el 7% (en torno al 6% de nominal, más costes) y el tipo indicado por el club haga referencia al mismo después de descontar el 25 por ciento de impuesto de sociedades.

No tengo ninguna duda de que el proyecto saldrá adelante. Los firmantes están en la élite del mundo financiero, profesionales muy serios, extremadamente rigurosos con el control de las cifras y no habrán dejado nada a la improvisación de la que suele hacer gala el presidente Joan Laporta. Pero se hará según sus condiciones y eso supondrá sacrificios para el club. El primero se vio ayer mismo: el cierre de Barça TV. Unos 130 profesionales que se quedan sin empleo en junio. No la necesitaban. Con el «cariño» de GolTV (Roures) y el control de prácticamente todos los medios de comunicación escritos y audiovisuales, era un despilfarro. Estoy seguro de que va a haber un recorte serio en las secciones deportivas del club, muy deficitarias. Según las últimas cuentas del club, las secciones de baloncesto, balonmano, hockey, fútbol sala, etc. perdieron conjuntamente más de 50 millones de euros:

Los 481 millones de euros de pérdida no son «totalmente» ciertos, se debieron en parte a un maquillaje contable al deteriorar el valor de varios jugadores en el balance. Como tampoco son «totalmente» reales los beneficios del presupuesto del siguiente ejercicio, motivado por la venta de varios derechos económicos futuros del club, y vuelvo a las palancas:

Es una percepción mía, pero sospecho que los fondos americanos no van a permitir que el club siga perdiendo anualmente esos 50 millones de euros en secciones deficitarias, salvo que ahí el club esté contando con el apoyo de fondos públicos, como tantas veces ha ocurrido en el pasado. Que si la catalanidad del club, que si el apoyo de la Generalitat al deporte catalán y la difusión de la marca por el mundo… Soy un malpensado, lo sé. Pero en sus momentos de mayor crisis ya lo ayudaron tanto Franco como la Generalitat a través de TV-3, así que creo que todo es posible.

En la rueda de prensa, los responsables del Barça hablaron de muchas más cosas, aunque en estilo «laportiano», sin contar toda la verdad. Es cierto que el estadio no se hipoteca, pero los ingresos obtenidos de la explotación del estadio sí operan como garantía del préstamo, un 55 por ciento al menos. En función de determinados hitos o ratios de cumplimiento, este porcentaje podría incrementarse, incluso hasta el cien por cien si el Barça tiene que jugar una segunda temporada en Montjuic. Este es otro asunto peliagudo para la economía del club, puesto que está previsto que las obras arranquen en junio de este año y que el Barça dispute la temporada 2023-24 en este campo, lo que supondrá una merma de los ingresos de otros 93 millones de euros.

También dijo Laporta que no habrá coste alguno para los socios, pero esta semana se ha sabido que las cuotas subirán entre un treinta y un cuarenta por ciento, lo que ha causado un enorme malestar entre los suyos. Más caros y en un campo que no es el suyo. Con todo lo aquí explicado, este suma y sigue de costes, y este «resta y sigue» de ingresos, el futuro del Barça parece muy complicado. Quizás por eso esta misma semana el club ha lanzado una encuesta entre los suyos para sondear el modelo futuro de sociedad deportiva, incluyendo la conversión en sociedad anónima. Quizás no tenga otra alternativa. Quizás sea la única viable para combatir los clubes-estado y el poder de los petrodólares, y esto va también por el Real Madrid.

3. La designación de la constructora turca Limak

Desde hace años nada en el Barça parece ajustado a los cánones, o nada resulta previsible. Las obras no fueron adjudicadas a FCC (encargada de la reforma del Bernabéu y en el pasado, del Metropolitano y el Allianz Arena de Múnich), ni a Ferrovial (reforma del Camp Nou en 1997, estadios de Anoeta y Los Cármenes), ni a Acciona (nuevo San Mamés), ni a Vinci (estadio de Saint Denis), empresas contrastadas en instalaciones de este tipo, sino que se han firmado finalmente con la constructora turca Limak, cuya máxima experiencia en la construcción de estadios es el Mersin Arena, en Turquía, con capacidad para 25.000 espectadores.

La sorpresa fue mayúscula al conocerse la elección de Limak y han sido muchos profesionales del sector de la construcción los que han puesto en duda la capacidad de la empresa turca para ejecutar este complicado proyecto. Salvando las distancias (una enorme distancia), me recordó a lo que dijeron las empresas americanas sobre la capacidad de Sacyr para ejecutar el nuevo canal de Panamá, con comentarios bastante despectivos, y la realidad es que ahí está, funcionando a pleno rendimiento desde hace siete años (Panamá: abierto en canal). Xavier Vilajoana, actual presidente de Construmat y antiguo directivo del Barça, manifestó su incredulidad sobre el cumplimiento de los plazos y sobre el precio de las obras: «Porque las constructoras de aquí son muy profesionales y ofrecían el precio ajustado de quien conoce bien el sector, el país, los costes, los riesgos… ¿Y llegan los turcos y ofrecen realizarlo por un 30% menos?».

Lo cierto es que Limak es una empresa grande (la nº 56 del mundo en facturación), potente y con experiencia contrastada en varios países. Ha ejecutado obras más complejas que un estadio de fútbol. En su portfolio he encontrado gasoductos, presas, puentes colgantes y numerosos aeropuertos. No es conocida en Europa porque ha realizado el grueso de sus trabajos en Oriente Medio, Rusia y países asiáticos, lugares en los que el modo de trabajar es muy diferente al europeo, en especial en lo relativo a la normativa laboral y en materia de prevención de riesgos laborales.

Pero lo que está claro es que si los fondos americanos han dado su aprobación es porque han validado su capacidad técnica y financiera. Para los turcos es una gran oportunidad de entrada en el mercado europeo y para darse a conocer, y por eso su consejero delegado, Haldun Firat Köktürk, hablaba recientemente de que están dispuestos a asumir riesgos en el precio ofertado o pérdidas en el proyecto, porque los va a situar en el mapa para el futuro.

Algunas noticias que he encontrado estos días hablan de Limak como una empresa perteneciente a lo que llaman «la mafia de las cinco», las cinco grandes constructoras que se reparten el pastel de las contrataciones públicas en Turquía. También tienen la sombra de la duda por su modo de trabajar y los doscientos muertos en las obras del aeropuerto de Estambul, dato que desmiente el propio Haldun Firat Köktürk. Además, los culés pueden estar tranquilos, Limak pasó la revisión jojojo de la comisión de Compliance jojojo del club, ¡juasjuasjuas!, la misma que lleva años pasando por alto todo lo que se ha visto en estos últimos años.

Respecto al modo de trabajar de los turcos, que prevén construir parte del estadio en Turquía como bloques, trasladarlo por mar a Barcelona y montarlo como una especie de Lego, según el símil de algunos periodistas, mencioné durante la charla con Kollins que las empresas hacen auténticas virguerías de ingeniería y construcción, y puse de ejemplo el dique de Mónaco que Dragados y FCC construyeron en Algeciras y trasladaron posteriormente al principado de los ricachones. Claro que se puede hacer de ese modo.

Hay un último punto sobre Limak que tratamos durante la conversación y es la posible relación de la constructora con el turco Senes Erzik, antiguo vicepresidente de la UEFA, responsable de los árbitros de la UEFA de 2007 a 2015 (período en el que el Barça gana tres Champions) y responsable de proyectos de Unicef durante los años en los que el Barça lucía la publicidad de este organismo. Erzik, el que algunos han apodado «el Negreira turco». Algún periodista afirmó que Erzik estaba entre los principales accionistas de la constructora, pero por lo que he podido buscar no es así, o no he encontrado ninguna referencia.

Limak pertenece a las familias Özdemir y Bacaksiz. Nihat Özdemir fue presidente del Fenerbahce y de la Federación turca de fútbol de 2019 a 2022. Erzik fue presidente de la federación de 1989 a 1997. Es evidente que se conocen, de hecho hay algunas fotos de ambos juntos, pero no parece que su relación vaya más allá. Y tampoco se sabe si es buena o no, porque Erzik como cargo de la UEFA tuvo posibilidad de rebajar la sanción de dos años al Fenerbahce por amaño de partidos durante la presidencia de Özdemir y no hizo nada por apoyar a sus compatriotas. Muy ilustrativa la información de Helena (@HdeHelena_RM) sobre este asunto.

Y nada más. Solo espero hablar del acojoestadio del Real Madrid en próximos post, que me interesa mucho más. Entre otras cosas, si es posible que Madrid albergue tal cantidad de espectáculos al año en un recinto de estas dimensiones.

Finanzas ridiculés (II)

Debido al seguimiento que tuvo la primera parte, centrada en las chapuzas contables del Barça y en la huida hacia delante en la que el club lleva años inmerso, Javier «Kollins» Alberdi me pidió que mantuviéramos otra charla, en esta ocasión sobre los litigios que mantiene el «mès que un club» con la Agencia Tributaria.

El vídeo lleva 12.000 visitas en su primer día y por los comentarios que dejaron los seguidores del canal se ve que algunos de los asuntos tratados, fundamentalmente los de los años noventa, eran desconocidos para el gran público, seguramente porque esa parte fundamental del «Tinglao», la prensa, «la mejor del mundo», no se enteraba de nada o era untada para no difundirlo y dar esa imagen bucólica-idealizada del Barça.

La pillada del «Barçagate» o el «caso Negreira»

En el escandalazo del que llevamos hablando el último mes, al Barça lo pillan por un delito fiscal. Como a Al Capone. Había indicios de criminalidad en muchas de sus actuaciones, pero no podía probarse nada. La «omertá», la cercanía con el poder, el retorcimiento de la contabilidad, las disputas entre famiglias… veo muchos paralelismos. La Fiscalía acusa al Barça por corrupción continuada en los negocios y administración desleal (Rosell y Bartomeu), pero también por falsedad documental.

La denuncia de la Fiscalía concluye que el Barça se había deducido facturas por servicios no prestados. Cada excusa que da el club es peor que la anterior: que si había vídeos, que si asesoramiento verbal, que si coaching con los árbitros, que si informes de jugadores de divisiones inferiores… Todo mentira. El propio club firmó un acta de conformidad tras la inspección de Hacienda en el que reconoce que no podía acreditar los servicios pagados a la empresa de Enríquez Negreira, y por tanto, tuvo que devolver el IVA que había deducido y ajustar el gasto en el Impuesto de Sociedades de los ejercicios objeto de la inspección. Para que un no experto en materia fiscal lo entienda, voy a utilizar la medida del «Negreira», es decir, una factura de 40.000 euros más IVA por los servicios de lobby arbitral, por utilizar un eufemismo:

Y así muchas facturas y muchos euros por servicios no prestados de los que trataban de recuperar el IVA y la deducibilidad del gasto. Según el artículo de El Confidencial, solo en los ejercicios inspeccionados, de 2016 a 2018, la propuesta de regularización del Impuesto de Sociedades es de 404.249 euros, más 52.324 euros por intereses de demora. En cuanto al IVA, la inspección regularizó 473.050 euros, con sus correspondientes 84.991 euros de intereses. Si hacemos la cuenta en «Negreiras», tendremos la realidad de los pagos totales realizados a favor del vicepresidente del Comité Técnico de Árbitros solo en tres años.

Con la regularización de Hacienda, «las facturas perdieron la presunción de validez», según indica la Fiscalía en su querella. En mayo de 2022, y la fecha es importante, ante los indicios de delito por los pagos no justificados, el expediente de la Agencia Tributaria fue enviado a la Fiscalía. Mayo de 2022, repito. La Ley del Deporte se cambia en diciembre, perpetrada por, entre otros, Albert Soler, director general del Consejo Superior de Deportes hasta enero de 2023 y directivo del Fútbol Club Barcelona entre 2014 y mayo de 2021. La Ley del Deporte amplió los plazos de prescripción de los delitos deportivos, pero solo de los leves y graves, y mantuvo la de los muy graves en la ridiculez de los tres años. Qué puñetera casualidad.

El Barça podía haber ajustado el gasto en el impuesto de sociedades (considerarlo no deducible) y a lo mejor hoy no tendríamos constancia del caso. Por poner un ejemplo, el Barça sí puede deducirse el gasto y el IVA de los pagos a detectives, periodistas y medios de comunicación, porque quedó acreditado que habían prestado un servicio. Se puede cuestionar su ética o no, su conveniencia o no, pero no la deducibilidad fiscal. Son los socios del club los que podrían denunciar a sus dirigentes por administración desleal o quebranto patrimonial, pero con Hacienda no habría problema alguno.

Hacienda investiga el destino de esos fondos

Como ya dije en este blog desde el primer día, aquí falta gente por salir, «faltan los peces gordos». Negreira era posiblemente solo un nexo de unión. Según la investigación de la Agencia Tributaria, el ex árbitro, ex vicepresidente y «lobbista», no ha tenido un incremento importante en su patrimonio. El dinero era retirado «en efectivo o mediante cheques al portador que cobraban terceras personas por encargo del árbitro». Hoy se ha sabido por El Confidencial que el dinero era retirado por la secretaria de Negreira y un empleado de la sociedad pantalla. Solo durante el período de 2016 a 2019 fueron 550.000 euros en efectivo. Y seguramente fue mucho más en los años anteriores. Pero si no hay un incremento sustancial del patrimonio de Negreira, si sus gastos de desplazamiento y dietas eran asumidos por la Federación Española de Fútbol durante los años del villarato, ¿dónde fueron a parar esos fondos, hay más implicados? ¿Podría ser un desvío de fondos con Josep Contreras, como algunos han tratado de justificar ya?

Por otro lado, la tenencia de dinero en efectivo no es prueba suficiente para acreditar la corrupción. En el vídeo recuerdo el caso Ciempozuelos, a cuya sorprendente sentencia dediqué un post (Coño, es un pato, 2ª parte). Falta por acreditar que los fondos fueron pagados para comprar los favores del estamento arbitral, que es lo que en el Moggigate se pudo demostrar con las horas ty horas de grabaciones de los directivos de la Juventus. En la sentencia del caso Ciempozuelos, pese a los cientos de miles de euros que ingresaron los ex alcaldes del municipio en Andorra, pese a los 800.000 euros que tenía uno en su caja fuerte, y pese a los acreditados intentos de soborno de un promotor inmobiliario, el juez consideró que “no puede descartarse que el dinero que llega al ANDBANC sea un dinero, “negro”, si se quiere, oculto a la Hacienda Pública, pero lícitamente ganado, (o incluso ilícitamente ganado pero no en razón de los hechos objeto de acusación)”.

Hay una parte peligrosa de aquella sentencia que me hace pensar en lo que podría llegar a ocurrir en este Barçagate o en el caso Soule, y es que la investigación se lleve mal de manera interesada. Ya sabemos que es muy complicado meterse con «el ejército de un país desarmado» y con la propia Cataluña o sus símbolos (recomiendo leer el artículo de Joaquín Manso Barça: ejército simbólico y corrupto). La carta del victimismo frente al Estado opresor ya ha empezado a jugarse en algunos medios. En aquella sentencia se decía que «Existían en la causa indicios de delito. El hecho de que la investigación haya sido incompleta o mal orientada y no permita, incluso pese al claro esfuerzo del Ministerio Fiscal, imputaciones suficientemente precisas, no significa que los hechos no revistieran indicios de presuntos delitos». 

Y ahí se quedó, en indicios, y los investigados, absueltos de todas las acusaciones. Habrá que acreditar la compra de favores y aunque no será fácil sin grabaciones, la propia declaración de Negreira, su famoso burofax o la advertencia sobre cómo podía controlar el VAR podrían ayudar a alcanzar dicha conclusión. Respecto a la defensa del Barça como víctima de una estafa continuada, no soy jurista, pero si lo que se pretende argumentar es que entre Negreira y Contreras saquearon al Barça por servicios que el vicepresidente del CTA no podía dar, eso no eximiría al Barça del delito de corrupción continuada en los negocios, puesto que el destino de los fondos tenía un objetivo claro, según la Fiscalía: influir en la competición, en la designación de los árbitros y en presionarlos a base de decidir ascensos, descensos o promociones a internacionalidades.

Las actas de Hacienda de los noventa

Durante la revisión que hice de las cuentas del Barça para la primera charla (Finanzas ridiculés), pude remontarme hasta el ejercicio 2003-04. En el informe de auditoría se hace referencia a las actas de inspección de los ejercicios 1990 al 93 y 1996 al 99, por las que la Agencia Tributaria reclamó al club 22,3 y 30,5 millones respectivamente.

Lo sorprendente es saber a qué se debían dichas actas de inspección. El Barça había ideado un sistema para pagar las fichas de sus futbolistas mediante el cual pagaba una parte del salario de manera oficial, y los derechos de imagen suponían más del cincuenta por ciento del salario de los futbolistas, que tenían una tributación menor. De esta norma se beneficiaron la mayoría de clubes, el Real Madrid también, por supuesto. El «problema» radica en que los derechos de imagen de los jugadores del Barça (de fútbol, baloncesto y balonmano) eran abonados directamente por TV3 en sociedades radicadas en los Países Bajos.

El responsable de la sección de Deportes de TV3 en aquellos años era el que siempre aparece en estos temas: Jaume Roures. El problema es que aquí no ejercía de presidente de una empresa privada, sino que era un gestor de dinero público, de todos los catalanes, los culés y los del Espanyol, el Sabadella, el Nástic o el Girona. Fue un escándalo mayúsculo que pasó bastante desapercibido, sin mucho ruido mediático. Josep María Minguella ha presumido en varias ocasiones de cómo se fraguaron algunos fichajes de estrellas por el Barça… sin coste para el Barça. Con dinero público. Y de nuevo Jaume Roures y Tatxo Benet como hacedores o intermediarios.

El Barça terminó de liquidar las actas de Hacienda entre finales de 2009 y principios de 2010, y con los intereses la deuda se disparó hasta los 60 millones de euros. Casi veinte años para liquidar una herencia de Josep Lluís Núñez. «El club borra un pasado oscuro en el que ha habido deudas con Hacienda…», jajajaja, me deshuevo, «borra», dice.

Y ya que hablamos del Barça, de Hacienda y aparece el nombre de Núñez, es inevitable recordar que el ex presidente del Fútbol Club Barcelona estuvo dos años y medio en prisión por sobornar a inspectores de Hacienda. El delito fue cometido en sus negocios particulares, pero si un tipo sin escrúpulos fue capaz de sobornar a inspectores de Hacienda, y además era un redomado hooligan culé, sabemos que era capaz de cualquier cosa. Además del soborno, fue condenado por cohecho, por lo que tuvo que pagar 1,5 millones de euros. ¿Hay algún delito en el que no hayan incurrido los presidentes del Barça?

Y tras Núñez llegó Joan Gaspart, quien a la presidencia del Barça añadió los cargos de vicepresidente de la Federación Española de Fútbol y representante del Comité de competiciones de la UEFA. Pero estoy seguro de que se comportó de manera honesta y honrada durante todos estos años y en todos sus cargos. Claro que sí, wapis. Lástima de años perdidos, de ¿por qués? sin responder que prescribieron y desaparecerán en el tiempo como lágrimas en la lluvia, penaltis de Mascherano o agresiones de Suárez.

Finanzas ridiculés

Más de ocho mil visitas en tres días, me tiene sorprendido. El canal de Kollins de YouTube ha publicado esta semana la charla que mantuvimos acerca de determinadas prácticas contables y financieras del Fútbol Club Barcelona, del cual dejo copia en este post. El canal de Kollins (Javier Alberdi, antiguo editor de La Galerna) huye del «ruido» habitual de la prensa deportiva, de las exageraciones «chiringuiteras», de la desinformación o el desconocimiento de los asuntos y de la manipulación del «autoproclamado mejor periodismo deportivo del mundo». Lo recomiendo, no solo a madridistas. De hecho, esta semana me han dicho en privado algunos amigos del Atleti que se sorprendieron al ver que estaban de acuerdo conmigo. En este vídeo al menos, ya sé que en la mayoría de temas no coincidiremos jamás.

Como tocamos muchos palos en el vídeo y en algunos de ellos solo dimos pinceladas o puede que no quedaran suficientemente claros, y como he visto interés en estos temas, quería ampliar la información facilitada con este post.

El Barça, «víctima»

Por desgracia, y lo estamos viendo desde el primer día, el Barça se va a ir de rositas de este escándalo. Que haya pagado 7 millones de euros al vicepresidente de los árbitros, que cinco presidentes hayan mantenido estos pagos justo hasta el instante en que el susodicho Negreira dejó el cargo, no significa nada, según parece. La versión que circula es que el Barça ha sido estafado por un señor que vendía unos servicios que no podía dar (como los corruptos, en el Barça prefieren quedar como gilipollas que como golfos), o que los pagos eran para garantizar neutralidad arbitral, o que no se sabía muy bien qué se pagaba porque eran cantidades irrelevantes o menores para un gran club con un presupuesto cercano a los mil millones de euros. «Es que el Barça tiene más de 300 proveedores», he llegado a escuchar a un indocumentado periodista, como si ese número fuera elevado.

A ver, una gran empresa tiene mecanismos de control interno para evitar el fraude o para garantizar que se prestan servicios reales y no «comisiones» a cambio de favores. Los pagos a proveedores por importes de medio millón de euros (los Negreira llegaron a cobrar más de 700.000 euros en algunos ejercicios) tienen que superar una serie de controles rigurosos para comprobar que se ajustan a la legalidad, que presentan un precio competitivo, que no hay riesgo para los que lo contratan, que no hay connivencia o fraude con los firmantes, etc. En el caso del Barça, como explicó Carles Tusquets, presidente de la comisión económica del club entre octubre de 2020 y marzo de 2021, estos pagos «no constaban en los presupuestos, ni tampoco en la auditoría». Lo cual implica saltarse sus propios procedimientos de control interno, o peor aún, que se hacía de manera deliberada, directamente desde la presidencia.

Los que hemos trabajado con informes de consultores de más de 300.000 euros sabemos el trabajo que hay detrás y el soporte que existe para esas tareas en el caso de que Hacienda, la auditoría externa o la interna solicitaran la justificación de los servicios prestados. Son informes muy exhaustivos realizados por un ejército de abogados o consultores con unas tarifas hora elevadas, con una documentación de megas y megas de contratos y archivos revisados hasta la última coma, con reuniones constantes durante meses, con soportes muy profesionales que demuestran el análisis realizado. Los Negreira facturaban importes superiores a los mencionados entre el padre y el hijo, y la justificación de sus «informes» no aparece por ningún lado: entrenadores como Ernesto Valverde o el Tata Martino dicen que no los vieron nunca, y el vicepresidente deportivo del club desde 2014 hasta 2019, Jordi Mestre, afirma que los recibía, pero que pidió que dejaran de enviárselos. Indicó que se los entregaba Josep Contreras, responsable de la Comisión deportiva, un tipo juzgado por corrupción, pero que falleció de manera conveniente para la trama en diciembre.

Será muy complicado demostrar que esos pagos tuvieron incidencia real en los arbitrajes, por muchas anomalías de las que ya hemos hablado sobradamente en este blog, pero aunque solo fuera por el intento de controlar el Comité Técnico de Árbitros la sanción debería ser ejemplar. El bochornoso show de Medina «Cantadelejos» el pasado jueves ya indicó por dónde van los tiros: los árbitros han sido honestos, nunca jamás se equivocaron a favor del Barça y Negreira no pintaba nada. Curioso, cuando el propio Negreira estaba en las designaciones arbitrales como la del propio Medina (para el Clásico del cochinillo, por ejemplo) o en las comisiones que decidían los ascensos y descensos. Las hemerotecas le dejan en pelotas:

La situación financiera del club

Hablamos a continuación de «las palancas» y los balances del Barça, de si realmente estaban tan mal o no como contaban algunos medios, y la realidad es que están peor. Que nadie olvide que el apalancamiento es un eufemismo de endeudamiento (Lección 2 de los Grandes errores de las escuelas de negocios). El año del covid terminó de rematar la mala gestión que se venía arrastrando desde hacía años. Esta es la parte del balance que comenté brevemente de palabra. Las columnas con cifras corresponden a los cierres de junio de 2020 (las del lado izquierdo) y junio de 2019 (a la derecha).

Para los no entendidos, el activo corriente refleja los saldos a corto plazo (12 meses) existentes en tesorería o pendientes de cobrar, es decir, aquellos activos que pueden hacerse líquidos de manera relativamente rápida. El pasivo corriente recoge las deudas que hay que afrontar en los siguientes doce meses. El Barça ya tenía el balance desequilibrado en 2019 (687 millones de deudas frente a 402 millones «disponibles»), pero este desequilibrio se disparó en solo un año: 970 frente a 368 mill. Llaman la atención algunas partidas, como los 164 millones pendientes de abonar al «Personal deportivo» (los famosos aplazamientos de salarios), o los 126 millones adeudados a otras entidades deportivas (pagos de fichajes aplazados, fundamentalmente).

Con esta situación, llamó mucho la atención que el Barça fichara de manera compulsiva el pasado verano, o que cerrara varias «palancas» en cuestión de días. No tengo nada que decir sobre la venta de los derechos de televisión por 25 años a través de Sixth Street, una operación que se venía negociando desde meses atrás, pero sí sorprendieron las operaciones finales con Barça Studios y Socios.com y Orpheus Media. Jaume Roures en el horizonte, como siempre. Quizás trate de buscar información en las cuentas del club en próximos ejercicios, porque ahora mismo no he podido encontrar muchos detalles. Lo que ha hecho el Barça con la venta de los derechos de televisión por los próximos 25 años no ha sido otra cosa que anticipar el 25% de los ingresos de uno de sus mejores activos futuros. Si en próximos ejercicios tiene menos dinero para fichar, será por estos anticipos, pero las urgencias de Joan Laporta por montar un equipo competitivo eran muchas, y de ahí el destrozo que le ha supuesto caer en la Champions y en la Europa League a las primeras de cambio.

En cuanto a la deuda con entidades financieras, comentamos que la situación del F.C. Barcelona le ha llevado a incumplir todos los ratios a los que se había comprometido, entre ellos, el del préstamo de 90 millones de euros para arrancar ese Espai Barça que no parece arrancar nunca. El club consiguió aplazar el plazo para ampliar el cumplimiento de las mismas, y la última noticia publicada hace referencia a la entrada de nuevos posibles bancos financiadores para (¿quizás?) cancelar los préstamos actuales y acometer uno de mayor importe. Se habla de 1.500 millones de euros.

Los bancos americanos analizan con detalle los riesgos reputacionales de las compañías a las que financian, y en el Barça se está gestionando con JP Morgan y Goldman Sachs, luego el Barçagate o Caso Negreira les viene en un momento muy malo. A los que digan que esto aparece ahora de manera interesada, se les podría contestar que ha habido casi veinte años para investigar y frenar este escándalo, así que cualquier momento es bueno, aunque llega con muchísimo retraso.

Las chapuzas contables

El siguiente punto que tratamos fue el de los apaños contables del Barça con los trueques de jugadores. En el vídeo explicamos en qué consistían los intercambios Neto-Cillessen y Pjanic-Arthur. Los dos porteros, sin ser de primer nivel, están entre los 10 traspasos de porteros más caros de la historia, luego son precios inflados, no hay gran cosa que analizar. Con la plusvalía ficticia contabilizada (de unos 25 millones de euros), el club esquivó los números rojos y sus directivos evitaron tener que avalar las pérdidas con su patrimonio:

El intercambio Arthur-Pjanic con la Juventus se hizo por unos importes aún mayores, de unos 70 millones de euros. Precisamente este traspaso, considerado fraudulento por las autoridades italianas, es el que ha motivado la sanción de pérdida de 20 puntos para la Juventus. En el país origen de la mafia se sanciona a los infractores. En España no ha pasado nada. Y la omertá impuesta es la envidia de la Camorra.

Dejamos otros temas en el tintero, como los apaños que toleró LaLiga para que el Barça pudiera inscribir a sus fichajes el pasado verano. El Barça tenía que rebajar su masa salarial para ajustarse a los parámetros económicos de LaLiga y de ahí su empeño por quitarse a jugadores con sueldos altos, como Frenkie De Jong o Piqué. El Barça había llegado a acuerdos para diferir los salarios de los futbolistas y en algunos casos, sus sueldos eran crecientes como el del neerlandés. Pero este no quiso aceptar el traspaso propuesto y el Barça tuvo que buscar otras fórmulas de dudosa legalidad. El despido sin indemnización de Mattheus le permitió quitarse de golpe una ficha, aunque no se entiende que LaLiga admitiera ese movimiento, porque apenas cuatro meses después, como era de esperar, la Justicia dio la razón al jugador. O que se rebaje de la masa salarial la cesión de Umtiti al Lecce cuando la ficha sigue corriendo íntegramente por cuenta del Barça.

Pero Tebas tragó con todo y aceptó que el Barça inscribiera a todos los jugadores, si bien los culés rescataron su papel favorito: el de víctima perseguida por el sistema.

Las guerras internas entre clanes

A los que menos entiendo en todas estas historias es a los socios del Barça. Entre Laporta, Bartomeu, Rosell, Gaspart y Núñez están arruinando el club y terminarán en manos de un fondo extranjero, pero parece no importarles. Casi todo lo que sale del Barça es fruto de filtraciones internas o de ataques del otro «bando». En este segundo mandato, Joan Laporta encargó una due diligence sobre la gestión de Bartomeu y lo acusó de «administración desleal, apropiación indebida, alteración contable y simulación contractual», así como de haber causado un agujero injustificado de 30 millones de euros.

En su día fue Sandro Rosell quien realizó una due diligence sobre el primer mandato de Laporta y detectó pagos muy extraños, como entradas para conciertos de U2, jets privados o gastos excesivos asociados con una final de Champions. Luego todo se tapó porque seguramente de ahí no podía salir nada «bonito». Una vez visto lo que ha ocurrido con los Negreira, nos podemos temer cualquier cosa, por desgracia.

Hay una última historia que nunca he podido entender de manera completa y es la que llevó a Rosell a quitar la presidencia de Honor del Barça a una figura indiscutible en el barcelonismo como Johan Cruyff. Joan Laporta tenía negocios con Johan Cruyff en su despacho privado y firmó una sociedad en la que la pasta la pone el de siempre: Jaume Roures. Un socio culé, abogado para más señas, presentó una demanda contra el presidente y solicitó que se investigara si había habido administración desleal, falsedad documental y apropiación indebida, ¿les suena?

El artículo de opinión de hoy mismo de Salvador Sostres en el que acusa veladamente a Joan Laporta de cocainómano y de estar llevándose dinero de la comisión del fichaje de Lewandowski o de las futuras obras con la constructora Limak son un capítulo más de esta crónica sobre unas finanzas chapuceras, lindantes con el delito y que llevarán al club a convertirse en una sociedad anónima en manos de un fondo norteamericano. O catarí.

Quedan varios capítulos por escribir de esta historia, quizás para un siguiente vídeo. El escándalo de la compra de favores quedará en nada, para vergüenza de nuestra competición, pero la prensa no dirá nada. Está adormecida. Por cierto, el Barça pagó más de 7 millones de euros a medios de comunicación solo durante la era Bartomeu.

Faltan piezas por salir, faltan los peces gordos

BARNEY, 19/02/2023

Era demasiado evidente que algo ocurría en el estamento arbitral, demasiadas anomalías estadísticas como para considerarlas normales, parte del juego, pero lo que está saliendo es algo mucho más chapucero de lo que esperábamos. Cutre, mal montado, poco inteligente. Lo más gracioso, si es que este asunto puede tener algo de gracioso, es comprobar la cortedad de mente de los que están tratando de justificar lo injustificable, así como la coordinación que muestran en sus acciones. Por ejemplo, en solo dos días han conseguido que no se hable del «Barçagate», sino del «caso Negreira», que así pronunciado, suena más a una operación contra un cártel de la droga que a un escandalazo de proporciones mucho mayores al Moggigate, el caso que llevó a la Juventus y al Milan a la segunda división italiana .

Se están retratando numerosos periodistas (otros me han sorprendido gratamente), directivos del fútbol, ex árbitros y la cúpula del barcelonismo, tanto su presidente Laporta, como el entrenador actual, Xavi Hernández. No se dan cuenta de que con el Barçagate va a ocurrir como con la corrupción política: que cuanto más lo intentes encubrir o desmarcarte, mayor va a ser el chapapote corrupto que te va a impregnar. Entre las líneas de defensa que se manejan hay dos, a cuál más absurda:

  • Todo es un intento organizado desde Madrid para desestabilizar al club, ahora que marcha destacado en LaLiga. El argumento cae por su propio peso en el momento en que compruebas que todo se origina por una investigación de Hacienda que arrancó en enero de 2021 y prorrogada en octubre del año pasado, así que no cuela. El Madrid no es responsable de que el Barça haya pagado al vicepresidente del Comité Técnico de Árbitros durante veinte años.
  • Enríquez Negreira no era nadie en el CTA, no pintaba nada, era poco más que un bedel, luego en el fondo no es más que un estafador que se ha lucrado a costa del Barça. Pobrecillos, si ya sabía yo que al final el Barça acababa como víctima de todo este bochorno.

El presidente de LaLiga, Javier Tebas, abogado de profesión, no lo olvidemos, tardó unas horas en salir a la palestra para afirmar con rotundidad el daño que causaba este caso a la credibilidad del fútbol español, pero a la vez indicó claramente que no se iba a desposeer al Barça de ninguno de sus títulos porque los presuntos delitos estaban prescritos. Llega tarde, con varios años de retraso, puesto que éramos muchos los que creíamos que la credibilidad de la competición llevaba varios años en entredicho. Llama la atención que se uniera a esa corriente según la cual, todo un vicepresidente durante 24 largos años, no era nadie.

El actual presidente del CTA, el sevillano Medina Cantalejo (en este blog convenientemente rebautizado en su momento como «Cantadelejos»), afirmó el jueves que Enríquez Negreira tenía un papel testimonial en el organismo, que apenas le veía un par de veces al año y que no tenía poder ejecutivo alguno. Vamos, que se estuvo embolsando entre 150 y 500 mil euros anuales del Fútbol Club Barcelona por unos asesoramientos por los que el resto de clubes de Primera pagan unas diez veces menos. Pero es que además, a ningún otro club (que sepamos) se le ocurre contratar directamente a un directivo del Comité de Árbitros.

Es la misma versión que han defendido ex colegiados como Iturralde González (el opinador arbitral antimadridista de As), y Jesús López Nieto, quien estuvo durante 15 años en el opaco Comité de Designación de Árbitros.

«Mandaba menos que el conserje de Valladolid o de Málaga», soltó de manera contundente. Otro ex árbitro antimadridista, Andújar Oliver, quien durante años opinó con su doble vara de medir en el Marca, comentó esta semana que el hijo de Enríquez Negreira asesoraba a los árbitros en sus partidos del Camp Nou, los recogía en el hotel, los llevaba al estadio y ejercía de coach y psicólogo de los mismos. Mister Rabillo Andújar nunca fue el más listo de la clase, pero si con estas declaraciones pretendía echar un cable al estamento o asegurar que los Negreira cobraban por un servicio real, lo cierto es que ha sembrado más dudas. «Iba a todas las reuniones del Comité Técnico con todos los árbitros. Iba a dar instrucciones a todos los colegiados. Hasta el 2018 ha sido ‘coach’ de ellos, es decir, los árbitros le han dado a este señor toda su información y pensamientos mientras él les tenía en sus manos».

Uno de los periodistas palmeros del sistema, Juanfe Sanz, lanzaba el otro día esta pregunta en Twitter:

Se supone que son periodistas, pero su pereza es infinita, no han investigado nada en años y no iban a hacerlo ahora. En Italia, durante la investigación del Moggigate, o el Calciopoli, quedó demostrado que numerosos periodistas formaban parte de la corrupción del sistema. Hay una línea de investigación muy clara que espero que alguien esté siguiendo: el sistema de ascensos y descensos de los árbitros. Cómo se hacía, quién decidía, de qué factores dependía, y sobre todo, si Enríquez Negreira pintaba algo en ello. La figura clave en el Comité Técnico de Árbitros ha sido Victoriano Sánchez Arminio, presidente durante más dos décadas, aquel que en una charla ante el resto de árbitros de primera y segunda división se despachó diciendo:

Sánchez Arminio dirigía el Comité con puño de hierro y con los años logró rodearse de un grupo de fieles acólitos que siguieran sus directrices casi al pie de la letra. Cuando escribí que el VAR no funcionaría en España (en 2017, un año antes de su implantación), colgué la carta de apoyo a Sánchez Arminio que todos los árbitros firmaron. Resultaba obscena y vomitiva entonces, y hoy es muy indicativa de lo que ha sido el CTA durante estos años:

«No queremos hacer un escrito de agradecimiento sino de reconocimiento y apoyo a tu trabajo […] creando un grupo unido y sin fisuras con una cabeza visible que eres tú».

«Presidente, estamos contigo. Estamos orgullosos de tu trabajo, de cómo diriges el colectivo arbitral y de cómo nos tratas a todos y cada uno de nosotros. Has llevado el arbitraje hasta un nivel al que cuando tomaste tú el mando ni se sospechaba que pudiera ser alcanzado. El listón está muy alto y sigue creciendo gracias a ti».

«Sabemos que estamos en un momento difícil para todos y, como ya dijimos en el mes de julio, las dificultades se superan trabajando y estando juntos. Créenos, nosotros lo estamos, contigo siempre a la cabeza. Victoriano, TE QUEREMOS».

¿Se puede influir en los árbitros? Pues no tengo ninguna duda. Alfonso Pino Zamorano dejó el arbitraje asqueado del sistema y dejó esta entrevista en 2017 en la que se despachaba a gusto contra Sánchez Arminio y Ángel María Villar. En ella habla de la «fidelidad» requerida de los mandamases, y del índice corrector, que no es otra cosa que la puntuación que se da a los colegiados tras cada partido y que decide al final de cada temporada quién desciende, quién promociona o quién es ascendido a internacional. Entre los árbitros, este índice nada transparente ni objetivo, que no se quiere hacer público, era conocido como «el dedo índice corrector» de Sánchez Arminio. Pino Zamorano denuncia que los árbitros que se negaban a firmar escritos de apoyo o repulsa contra quien les indicaba el sistema veían automáticamente rebajada su posición en el ránking: «Cuando acabó la temporada, Pérez Lasa, que iba a ser árbitro internacional, dejó de serlo y metieron a Velasco Carballo. Y Arturo Daudén Ibáñez, que era top class y podía pitar una final de Champions, lo bajaron a Segunda. Eso lo he vivido yo, que no me lo ha contado nadie. O estás conmigo o estás contra mí».

Recuerdo las desafortunadas declaraciones de Sánchez Arminio sobre el árbitro Muñiz Fernández tras el error de este al señalar un penalti en Elche a favor del Real Madrid, aquel sobre Pepe en el último minuto del partido: «No sé si Muñiz Fernández ha tenido algún problema familiar, alguna cosa que le provocara, a lo mejor, no estar en el momento propicio». Jamás le escuché ninguna declaración similar cuando el error se dio a favor del Fútbol Club Barcelona, y ha habido numerosos «errores» groseros durante muchas temporadas.

Paradas Romero presentó su renuncia al arbitraje tras las críticas del CTA por no expulsar a Mourinho en un partido frente al Rayo. Precisamente él, que fue el único árbitro que expulsó al portugués en su paso por la Liga española. Juan Manuel Brito Arceo fue en su día el árbitro más joven de Primera (24 años), pero su meteórica carrera se vio marcada, como la de Guruceta, el día que pitó un penalti fuera del área en contra del Barça en el Camp Nou. Llonch Andreu dejó el arbitraje en 2001, harto de las presiones del colectivo arbitral y despotricó de sus dirigentes. Entre sus «delitos», como señalaba el As, que el Madrid no había perdido en siete partidos con él al silbato.

Por el contrario, el sistema premiaba sistemáticamente a los que cometían errores a favor del Barça o en contra del Real Madrid. Ya he escrito mucho sobre HH y BB, Hernández Hernández y De Burgos Bengoetxea, pero para mí es digno de destacar el día que HH acudió a un plató de Movistar al final de la temporada para lamentar un error que había cometido. Solo comentó uno de los que tuvo en toda la temporada. Era junio y se acordó de manera lastimera de aquel gol que no concedió en el Betis-Barcelona jugado en febrero. Fue un error grave que le costó dos puntos al Barça, sin duda. Pero apenas una semana antes, el mismo HH había pitado el Penalba, uno de los muchos penaltis vergonzosos que se han visto en estas ultimas temporadas. Y no dijo nada. Ni se lamentó de todos los errores que cometió en ese partido en contra del Éibar. Ni se ha lamentado nunca después de todos aquellos que han perjudicado al Real Madrid, entre ellos, la mano de Felipe en el Atleti-Real Madrid de la temporada 2020-21. Por cierto, la única vez de 18 que no atendió lo que le indicaron desde el VAR:

Buscaba el perdón del establishment. Sabía cómo funcionaban las cosas en el CTA de Sánchez Arminio. Clos Gómez, hoy director de este VAR que es otra vergüenza más de esta Liga, con el que nunca había perdido el Barça en sus 22 partidos pitados, fue premiado con la final de Copa frente al Alavés de 2017. Y Hernández Hernández como cuarto árbitro, como quien tiene un refuerzo en el banquillo. Hay designaciones que no parecen casuales, como los dos árbitros de campo que acompañarían a Mateu Lahoz en la final de Champions de 2021. «Casualmente», e insisto en la casualidad, fueron los dos árbitros cuyas controvertidas decisiones posibilitaron que el Real Madrid no se hiciera con la Liga de esa misma temporada: Hernández Hernández (la mano de Felipe, flagrante) y Martínez Munuera (la mano de Militao, el gol anulado a Benzema, el penalti a Casemiro no concedido). Como dije en su momento:

Y esto no es de ahora. Si nos remontamos un poco más, podemos ver «errores» de designación como el ocurrido tras el Tamudazo de 2007. O mejor dicho, tras el gol con la mano de Leo Messi en la penúltima jornada de la Liga 2006-07 frente al Espanyol. Aquel partido acabó 2-2, pero que nadie olvide que en aquella Liga, Real Madrid y Barça acabaron empatados a puntos, y que de no haber sido por el gol de Tamudo, el Barça habría salido campeón del torneo. El árbitro que cometió el error fue Rodríguez Santiago. Pues bien, a los diez días, fue premiado para pitar la final de Copa.

Los árbitros son influenciables, por supuesto que sí. Ocurrió en Italia, en Portugal y en Alemania, y aquí ha salido el colectivo a defender su honorabilidad con argumentos que se caen por su propia inconsistencia. Un árbitro de Primera cobra 12.500 euros mensuales fijos, más 4.200 euros por partido, y 2.000 por estar en la sala VAR. Si además llegan a internacionales, cada partido les supone 7.000 euros. Entre unas cosas y otras, oscilan entre los 200.000 euros y los 300.000 euros anuales de los internacionales. Sin embargo, un árbitro de Segunda cobra la mitad, unos 100.000 euros. La diferencia entre tener satisfechos a los jefes o no tenerlos, entre ser bien puntuado por el índice corrector que no se publica o no serlo, es grande. Y los árbitros de categoría «élite» europea, Mateu Lahoz y Gil Manzano, no descienden, luego son menos manipulables. Quizás por eso llamara tanto la atención los pocos Real Madrid-Barça que han pitado en comparación con otros colegiados de la categoría. Y que conste que son dos árbitros que me gustan entre poco y nada, sobre todo por su afán de protagonismo.

Pretender que Enríquez Negreira era un estafador sin cargo real en el CTA parece una broma, un insulto. Investiguen por ahí, señores periodistas. Ya han empezado a salir algunas conversaciones.

Al parecer, el señor Negreira comunicaba los ascensos y descensos de categoría a los colegiados. Así lo ha asegurado Rafa Guerrero, ex árbitro y ahora colaborador en televisión, y así lo informaron en Radioestadio Noche, de Onda Cero:

Vaya, vaya, vaya, esto se anima. Según la emisora, el mismo Enríquez Negreira era el controler de Sánchez Arminio, el mismo cuyo hijo «asesoraba» a los árbitros antes de los encuentros, el mismo propietario de de una empresa en la que el 95 por ciento de los ingresos provenían del Barça, el mismo que «estafó» sucesivamente a Gaspart, Laporta, Rosell y Bartomeu. El dueño de una empresa con grandes salidas de efectivo, según la Agencia Tributaria, el mismo que amenazó al Barça por burofax con destapar las irregularidades (¿qué irregularidades, si no hubo nada?), el receptor de unos pagos que no figuraban en los presupuestos ni en las auditorías del Barça, según Carles Tusquets, anterior presidente de la comisión económica del club.

Van a tratar de cargarle toda la culpa, pero ahí falta mucho por seguir investigando. Si todo esto se hizo a espaldas de Sánchez Arminio y Ángel María Villar, y de Joan Gaspart, vicepresidente de la Federación, me quito el sombrero, menudo crack.

«Sportswashing» by Arabia Saudí

JOSEAN, 21/01/2023

El sportswashing es el término inglés utilizado para denominar la práctica de aquellos países o regímenes dictatoriales que utilizan el deporte para lavar su imagen (whitewashing). Con unos años de retraso sobre los cataríes, Arabia Saudí se ha lanzado a tumba abierta (u opaca, en el caso de los trabajadores fallecidos en régimen de semiesclavitud) a mejorar su imagen internacional con la organización de grandes eventos deportivos.

La firma con los organizadores del Dakar por diez años (15 millones de euros anuales), la celebración de un Gran Premio de Fórmula-1 en Jeddah durante los próximos diez (se habla de un monto global de 650 millones), el circuito de golf con premios multimillonarios para atraer a los mejores profesionales, la celebración de veladas de boxeo con varios de los mejores púgiles del mundo y bolsas estratosféricas, la compra del Newcastle, las Supercopas de España e Italia y como colofón, el fichaje de Cristiano Ronaldo por el Al Nasr por un salario anual de 200 millones de euros, todo forma parte de la promoción del país y su Saudi Vision 2030. Una agenda de eventos y promoción internacional que pretende atraer el turismo al país y de paso, mejorar su imagen en el exterior. El objetivo final es la organización de un Mundial (han presentado la candidatura de 2030 junto con Egipto y Grecia) o unos Juegos Olímpicos en 2036.

Utilizar el deporte para vender la imagen de tu país es algo tan antiguo como el propio deporte como fenómeno de masas. Los dirigentes deportivos nunca se han llevado mal con dictadores o jefes de estado de todo tipo y moral, y si nos remontamos en el tiempo, llegamos al menos hasta Hitler y los Juegos de Berlín en 1936 como escaparate internacional para la difusión de la idea de la raza aria como superior. Pero realmente me pregunto siempre: un estado totalitario, o una dictadura en los índices más bajos en materia de derechos humanos, ¿de verdad consigue lavar su imagen al atraer a los mejores deportistas del mundo?

Acabamos de tener la prueba más reciente con el mundial de la infamia y la vergüenza en Catar. Por mucho empeño que pusiera el presidente de la FIFA Gianni Infantino en elogiar los avances del país, millones de espectadores han podido saber qué dicen las leyes acerca del papel de la mujer, el colectivo gay, los derechos de los trabajadores inmigrantes o las libertades más fundamentales como la de expresión, de prensa o de asociación. Lejos de blanquear la dictadura catarí, el que ha querido conocer la realidad del país ha podido hacerlo de numerosas maneras, con reportajes durísimos, documentales estremecedores o leyendo el Informe de Amnistía Internacional al que aquí nos referimos durante el propio mundial del que nos negamos a hablar.

Arabia Saudí pretende abrirse al mundo y mostrar sus maravillas naturales (que no dudo de que las tendrá) del mismo modo que se abrió a recibir turistas hace apenas tres años, pero a lo que sus dirigentes parecen reacios es modificar sus políticas en materia de derechos humanos. A mí, y supongo que debería ocurrir con toda persona de bien, el hecho de que Cristiano Ronaldo vaya a jugar allí los próximos dos años, o que ahora vayan los «deseados» Messi, Modric, Sergio Ramos o Di María, no me va a cambiar la opinión sobre el país. Dejo estos ejemplos extraídos de la página de Amnistía Internacional:

  • Se calcula que han muerto unas 233.000 personas en la guerra de Yemen, en la que Arabia Saudí encabeza una de las coaliciones internacionales en conflicto. la UEFA y la FIFA expulsaron a Rusia de inmediato de todas las competiciones internacionales tras la invasión de Ucrania, pero Arabia Saudí lleva años participando con regularidad en cualquier torneo, mundial incluido.
  • No hay libertad de expresión y se siguen dando casos como la condena a Shalma al-Shebab a 34 años de cárcel por tuitear a favor de los derechos de las mujeres en el país. Sus blanqueadores occidentales dicen que se ha avanzado mucho en este campo en los últimos años. Claro, ahora ya pueden conducir, algo insólito vedado hasta hace un lustro, «gran avance». Pero sigue rigiendo el derecho de tutela del varón (padre o marido) sobre la mujer, y se alcanza la locura más desesperante con el hecho de que una mujer que sufre violencia de género necesita el consentimiento de su marido para poder solicitar acogida en un centro.
  • En 2022 se ejecutó a 128 personas, pese a que los dirigentes habían prometido derogar la pena de muerte para determinados delitos de opinión o narcotráfico. Los juicios siguen sin contar con todas las garantías necesarias para los acusados.
  • Arabia Saudí no ha firmado el tratado internacional contra la tortura y la sigue practicando contra los presos. El defensor de los derechos LGTBI Mohamed al-Bokari fue condenado a recibir 500 latigazos acusado de violar la moral pública.
  • Figura en el país 127 de un total de 142 en materia de igualdad de género.
  • Los trabajadores inmigrantes siguen sometidos al régimen de la kafala (igual que en Catar), lo que los convierte en mano de obra barata, sin apenas derechos. Pasan a ser «propiedad» de sus empleadores que los obligan a trabajar en condiciones precarias. Da igual el calor que haga.
  • No hay libertad de prensa, ni de asociación, por lo que no hay oposición a los dirigentes, ni mediática, ni política. En la actualidad hay al menos 26 periodistas detenidos por ser críticos con el régimen. Según Reporteros Sin Fronteras, Arabia Saudí ocupa el puesto 166 sobre un total de 180 en libertad de prensa.

El nuevo dueño del Newcastle no es otro que el príncipe heredero saudí Mohamed Bin Salman, el mismo que ordenó el envío de agentes a Estambul para detener al periodista Jamal Khashoggi, que fue torturado durante horas, asesinado y su cuerpo descuartizado y sacado del país en valijas diplomáticas. Cuando el Newcastle fue vendido al fondo soberano saudí en 2021, hubo una concentración de aficionados del club inglés en la sede del club. Pensé que estaban protestando el hecho de caer bajo las garras de la satrapía saudí, y sin embargo, estaban de celebración: habían sido adquiridos por una fortuna diez veces mayor que la del fondo de Abu Dábi que compró el Manchester City.

¿Se puede hacer algo para frenar el empuje de los países del golfo en Europa? Seguro que sí, al menos en el deporte, aunque poderoso caballero es don dinero, y dudo mucho que algo vaya a cambiar. Durante los setenta y los ochenta, cualquier deportista profesional que participara en un evento deportivo en Sudáfrica era vetado y sancionado para cualquier competición internacional. Las sanciones a Sudáfrica por su política de apartheid podrían muy bien replicarse para aislar «deportivamente» a Catar o Arabia. Pero no se hará, sino todo lo contrario, irá cada vez a más.

En la rueda de prensa previa al mundial de Catar, Gianni Infantino dijo que en Europa o en occidente éramos unos hipócritas con un largo historial de abusos a nuestras espaldas. Y puede que fuera lo único en lo que estuve de acuerdo con él, aunque fuera por motivos bien distintos a su intento de blanqueamiento de los cataríes.

Claro que es hipócrita acusar al país de violaciones de derechos humanos, pero luego abrirse de nalgas ante ellos para conseguir el contrato del AVE a La Meca, o el pastizal de la Supercopa de España (lamentable que se haya privado de este espectáculo a los aficionados de los clubes españoles), o los contratos de los astilleros de Navantia para la venta de buques de guerra. Los países que más armas venden a Arabia Saudí son, por este orden: Estados Unidos, Reino Unido, Francia y España. Y renunciar a estos fondos es renunciar a muchos puestos de trabajo. Recomiendo el programa Salvados de Jordi Évole y su conversación con el alcalde de Cádiz, el popular Kichi, sobre este asunto en particular (enlace). Las cancillerías occidentales lavan su conciencia obligando a firmar un acuerdo con los compradores de armas para que estas no se utilicen en revueltas civiles internas o contra la población de un país enemigo con el que se está en guerra. Pero una vez vendidas las armas… el silencio, la falta de control sobre su uso.

Y claro que Europa es hipócrita, como lo fue en su día con Gaddafi, con Teodoro Obiang, con Pinochet, con el general Noriega o con cualquier otro líder de un país con reservas naturales o infraestructuras estratégicas básicas. La frase de Franklin Delano Roosevelt sobre el dictador Somoza define a la perfección la política mundial: «es un hijo de puta, pero es nuestro hijo de puta».

A mí no dejan de sorprenderme las genuflexiones de los líderes occidentales cada vez que viene un jeque con sus cargamentos de petrodólares y los contratos bajo el brazo. Yo, que ya estaba casi convencido de ser un potencial violador y un maltratador por el mero hecho de haber nacido hombre, o que era racista por ser blanco, homófobo por ser hetero y no comulgar con alguno de los postulados del colectivo LGTBI, tránsfobo por criticar aspectos de la ley trans, o que tenía que pedir perdón por ser español y hace cuatrocientos años nuestros ancestros cruzaron el charco para llevar su civilización, ya lo tengo claro: tendría que declararme saudí, aunque eso sea imposible. Así podría ser bien recibido en todas partes pese a no respetar ninguno de los derechos básicos de la mayor parte de la ciudadanía, y no se me tildaría de nada porque estaría en mi cultura y habría que respetarla.

En fin, una pena. Arabia Saudí ha desembarcado en la Premier League con la compra del Newcastle. y se habla de que incluso podría comprar el Liverpool o el Manchester United. La normativa de la UEFA lo impide, pero ya buscarán una triquiñuela legal para que se lo permitan, como que cada club pertenezca a un fondo saudí diferente. Menuda es la UEFA para el cumplimiento de la legalidad.

El fondo catarí QSI, propietario del Paris Saint Germain, está negociando la entrada en la Premier y la compra de un club inglés. Según parece, entraría en la puja por el Liverpool. 16 de los 20 clubes de la Premier están en manos extranjeras: fondos americanos (Arsenal, Chelsea, Manchester United, Leeds, Crystal Palace), de Abu Dábi (Manchester City), Irán (Nottingham Forest) o Arabia Saudí (Newcastle ¿y…?). La Superliga promovida por el Real Madrid, el Barça o la Juventus no será el problema de las ligas nacionales en los próximos años. El problema va a ser la Premier, que se lo está llevando todo del resto de ligas pagando unas cifras estratosféricos con fondos provenientes en muchos casos de dictaduras, y la UEFA va a ser cómplice de todo este proceso. Sobre este asunto va el último vídeo grabado en el canal de Kollins:

Quién me iba a decir

Pues sí, quién me iba a decir ¡a mí!, y que se me perdone tanto egocentrismo, que, con la timidez que siempre tuve y las pocas ganas que me acompañaron toda la vida para hablar en público, acabaría el año dando un par de charlas e interviniendo en un canal de YouTube.

Y quién me iba a decir ¡a mí! que me atrevería a subir vídeos con mis frikadas particulares y mi propia voz para arrancar el año. Aquí lo dejo… y me retiro a la cueva dos minutos y medio, el tiempo que dura el vídeo:

El video aúna un poco de todo lo que los lectores han podido encontrar en el blog en 2022: el cine de Travis, el Real Madrid de Barney, la familia de Lester, «su» libro, o las críticas al Mundial de Catar y a la corrupción de la FIFA de Josean. Espero que os guste. Y como en el canal de Kollins siguen contando conmigo, hoy mismo se ha publicado un nuevo vídeo. El tema escogido ha sido la salida de Cristiano Ronaldo a Arabia Saudí y las (estúpidas y poco inteligentes) críticas vertidas por una parte de ese bochornoso periodismo deportivo que tenemos en España. El autoproclamado «mejor periodismo deportivo del mundo».

Quién me iba a decir ¡a mí!, que pasé ocho años en el anonimato de este blog, que me moví siempre mucho mejor con la palabra escrita que con la hablada, que ahora iba a prestar mi cara y mi voz para un tema que polariza tanto a la gente como el fútbol.

Arrancamos un nuevo año, en forma, aunque puede que con formas distintas a las de los años anteriores.

2021: No mires atrás, no mires arriba

2020: El año que nos encerramos cautelosamente

2019: Despropósitos de Año Nuevo

2018: Ahora más que nunca

Y por supuesto, sigo sin dejar de buscar lo que ya anunciaba en el primer post de 2015, en uno de los artículos más leídos de la historia de este blog: En busca de la tranquilidad. Como un puñetero hobbit.

No fueron inocentadas

No lo fueron. No fueron bromas de mal gusto, sino hechos, realidades que sucedieron en este año que está a punto de terminar, otro año de acontecimientos históricos e histéricos.

BARNEY

La UEFA publicó su ranking de los mejores equipos de Europa y el Real Madrid, tras ganar la Liga y la Champions (la más inverosímil que recuerdan mis ojos), desciende un puesto, hasta el sexto concretamente. El PSG, o Qatar Saint Germain, sin embargo, asciende una posición en esta absurda clasificación, hasta el quinto. Entre sus méritos está, sin duda, haber sido eliminado por el Madrid en octavos de final de la Champions. Méritos similares a la mayoría de clubes que preceden a los blancos en la clasificación. Chelsea, Manchester City y Liverpool también fueron derrotados por el Real Madrid, no ganaron la Liga de su país (excepto el City de Abu Dhabi), y se mantuvieron en mejor posición en este curioso ranking.

Son las cosas absurdas que ocurren en el mundo del deporte, algunas sujetas a coeficientes de cálculos absurdos, y otras a votaciones infumables como las de los trofeos individuales. Gavi fue elegido el mejor jugador joven de Europa y conquistó el Golden Boy. Otra broma, como se vio con la caída de su equipo (de nuevo) a la Europa League, o si se comparan sus prestaciones en el infame mundial de Catar con las de otros jóvenes que quedaron por detrás en la votación, como Bellingham, Musiala o el mismo Camavinga, quien añadió a su notable participación en la Champions, una final espectacular en el mundial en un puesto que no era el suyo. Tanto Gavi como Pedri, como Ansu Fati, son proyectos de jugadores muy esperanzadores para los culés, pero (creo modestamente) han sido elevados a una categoría en la que todavía no están. Que Gavi, un buen jugador, haya sido elegido mejor joven de Europa cuando su mayor virtud es una agresividad pareja solo con su marrullería es una inocentada propia de un día como hoy. Pero vamos, que tampoco hay que extrañarse demasiado: Xavi Hernández fue elegido entre los quince mejores entrenadores del mundo.

TRAVIS

CODA, la mejor película del año. Repito, no es una inocentada: CODA se llevó el Óscar a la mejor película del año. Vale que no hubiera obras grandiosísimas, majestuosas, de las recordables por décadas, pero, sinceramente, había varios puñados que se podían haber llevado tal premio antes que esta, una adaptación correcta de la buenista y amable película francesa La familia Bélier. Pero son las cosas de Hollywood. West Side Story (Steven Spielberg), El callejón de las almas perdidas (Guillermo del Toro), Belfast (Kenneth Branagh), Licorice Pizza (Paul Thomas Anderson), King Richard (Reinaldo Marcus Green), hasta El sopor del perro, perdón, El poder del perro (Jane Campion) o No mires arriba (Adam McKay) me parecían más oscarizables. Lo que tampoco fue inocentada, salvo que nos tomaran el pelo, fue el sopapo que le soltó Will Smith a Chris Rock en pleno directo. Dejando aparte la piel fina de Will Smith o de su mujer, lo más reprochable del presentador fue la poca gracia de su broma. Que aprenda de la mordacidad salvaje de Ricky Gervais en los Globos de Oro, en especial en su quinta (y última) ceremonia, en 2020:

¡Eso es repartir y no lo que hacen los de Amazon! Leonardo di Caprio, Martin Scorsese, Meryl Streep, todo Hollywood (¡Judy Dench, jojojo, vaya, vaya, vaya!) recibió guantazos de un presentador que sabía que no iba a repetir, y aguantaron con la sonrisa o la carcajada en la boca (en especial, aquellos para los que no iba la broma). El Príncipe Andrés, Apple, Greta Thunberg,… aquella noche repartió más que Magic Johnson en toda su carrera.

JOSEAN

Tiene cojones, pero no fueron inocentadas las cosas que vimos en política durante este 2022. No fue una broma, ni siquiera de mal gusto, ver a EH Bildu y a ERC hablar de que el Partido Popular estaba en contra del sistema, o que estaban faltando a sus deberes. O escuchar a Pedro Sánchez decir que la oposición estaba contra la Constitución mientras trataba de sacar proyectos adelante con el voto favorable de Bildu y ERC, los aclamadores de etarras o de la Declaración Unilateral de Independencia del 1-O. Han pasado cosas tremendas este año, como que la reforma laboral se aprobara por la torpeza reiterada de un diputado del Partido Popular (Alberto Casero, quien, sin duda, no era el más listo de la clase), o que Felipe Sicilia comparara las togas de los jueces del Tribunal Constitucional con las metralletas de Tejero el 23-F.

Que se rebajaran o redujeran los delitos de sedición y malversación para lograr aprobar los presupuestos, o que las penas a agresores sexuales se vieran minoradas por la torpeza de una ley promovida por quienes carecen de formación para ello. Tampoco fueron inocentadas los gambazos de la oposición, como la dimisión de Pablo Casado tras acusar a Isabel Díaz Ayuso de los negocios de su hermano con las mascarillas. Negocios probados, legales, según parece, pero reprobables en términos de ética y política. Y no es una inocentada ver que su sucesor, Alberto Núñez Feijóo (bufff…), junto con Santiago Abascal (más buffff…), forma la alternativa más probable a este gobierno que me deja anonadado cada semana, cuando los lunes me digo «no será capaz de…» para comprobar el viernes que «ha vuelto a hacerlo».

Todo parece una broma de mal gusto, como que los chavales de quince años no puedan conducir, tomar unas cañas, votar o consentir explícitamente las relaciones sexuales, porque se considera que carecen de la madurez suficiente para ello, pero que sin embargo puedan abortar o determinar su sexo libremente sin el consentimiento paterno. Lo que no es una broma es la deuda pública, y lo comprobaremos durante años.

LESTER

Pues no fue una broma, pero durante unos días, mi libro Volver al asfalto estuvo en el número 1 del top de Libros más vendidos de Running, maratones o como quieran llamar a este vicio de correr.

Y con esta no-inocentada, como por la propia publicación, como por la presentación o los comentarios de amigos y familiares (¿gente con conocimientos culturales excelsos o pelotas rastreros?… me inclino por lo primero), me doy por más que satisfecho en este 2022 a punto de finalizar.

El Informe sobre la Superliga

Cap. XXVIII y último de El club de los currelas muertos.

Planes propuestos por el club de lectura, cine y documentales El club de los currelas muertos para no ver el mundial de la infamia de Catar.

Hoy FINALizamos esta serie de recomendaciones que ha durado cuatro semanas y lo hacemos con un texto farragoso por momentos, sorprendente en varias de sus afirmaciones y que deja algunas conclusiones ambiguas que pueden marcar el devenir del fútbol de élite en las próximas temporadas. La lectura recomendada de hoy es el Informe de Conclusiones del Abogado General Athanasios Rantos sobre la Superliga y sobre la posible posición de monopolio de la UEFA, un monopolio que estaría afectando a los derechos comunitarios en materia de competencia.

Me ha llamado la atención que la Introducción comienza recordando lo que fue el caso «Bosman» hace treinta años. Puede que los mas jóvenes no lo recuerden, pero en aquellos años se dirimió si la «justicia deportiva» podía saltarse la normativa comunitaria en materia de derechos laborales y libre movimiento de los trabajadores. En aquella ocasión fue un jugador belga de segundo nivel el que consiguió lo que a la mayoría nos parece normal, y es que no prevalezcan las normas de un organismo de Derecho privado suizo dirigido por mandamases cuanto menos dudosos sobre la legislación comunitaria. Los catastrofistas perdieron entonces y (ojalá) perderán en el futuro.

Antes de entrar en materia conviene mencionar que la Resolución presentada esta semana no es vinculante, si bien lo habitual es que las sentencias del TJUE coincidan con dichas conclusiones en unos dos tercios de las ocasiones. En este blog ya nos ocupamos hace años de un Informe más que controvertido, en aquella ocasión sobre la renuncia forzosa a los intereses de demora del Plan de Pago a Proveedores de Montoro, y ya entonces dedujimos que primaron otros intereses sobre lo que parecía razonable y aún diría más, legal.

El litigio se plantea como una cuestión prejudicial presentada en un Juzgado de lo Mercantil de Madrid por los promotores de la Superliga (ESLC), sociedad de Derecho español, ante las declaraciones conjuntas de la FIFA y la UEFA para oponerse a la posible creación de una nueva competición. Según el punto 18 del Informe, «dicho órgano jurisdiccional alberga dudas acerca de la conformidad con el Derecho de la Unión de determinadas disposiciones estatutarias de la FIFA y de la UEFA, así como de las amenazas de sanciones o advertencias vertidas por estas federaciones, habida cuenta, en primer lugar, de la prohibición de abuso de posición dominante establecida en el artículo 102 TFUE; en segundo lugar, de la prohibición de las prácticas contrarias a la competencia establecida en el artículo 101 TFUE, y, en tercer lugar, de las diferentes libertades fundamentales garantizadas por el Tratado FUE, en la medida en que aquellas podrían utilizarse para debilitar cualquier iniciativa privada que pudiera competir en el ámbito de las competiciones de fútbol.» El resaltado del texto es mío.

Los propios Estatutos de la FIFA y la UEFA ya responden a lo primero, al abuso de posición dominante. La FIFA indica en sus Estatutos:

Y la UEFA por su parte:

Es obvio que el fútbol mueve mucha pasta y que van a batallar con sus «armas de siempre» para que no les quiten el negocio. La FIFA y la UEFA funcionan como monopolios, y por sus agresivas reacciones y amenazas deberían quedar contestados todos los puntos de la cuestión prejudicial. El Informe pasa entonces a analizar el «modelo deportivo europeo», un sistema abierto con ascensos y descensos, en el que «entre sus objetivos principales figura el de promover competiciones abiertas, a las que todos puedan acceder gracias a un sistema transparente en el que los ascensos y descensos de categoría mantengan un equilibrio competitivo y favorezcan el mérito deportivo, el cual constituye también un elemento esencial de dicho modelo». No es exactamente así. La ACB estuvo durante años sin ascensos y descensos porque los equipos de la Liga LEB no podían cumplir con los requisitos económicos de entrada. Y ocurre en casi todos los campeonatos profesionales organizados.

Continúa el Informe diciendo que este modelo «se apoya en un régimen de solidaridad financiera, que permite redistribuir y reinvertir en los niveles inferiores del deporte los ingresos generados por los acontecimientos y las actividades de la élite». Bueno, el despelote de la «solidaridad financiera» ha alcanzado su culmen con la irrupción de los jeques y los millonarios con fortunas sin límite para desequilibrar cualquier competición en la que participen sus clubes. Claro que según el abogado, «las características particulares de las actividades deportivas las distinguen de otros sectores económicos» y «es necesario un grado de igualdad y cierto equilibrio competitivo, características que diferencian al deporte de otros sectores, en los que la competencia entre operadores económicos conduce finalmente a expulsar del mercado a las sociedades ineficientes». ¿Se ha echado al PSG o al City por sus abultadas pérdidas, se ha descendido al Barcelona por su ineficiencia? ¿No, verdad?

Estas medias verdades ya hacen sospechar lo que se va a indicar a continuación, que no es otra cosa que el hecho de que, aunque las normas de la Unión Europea en materia de competencia digan una cosa, se las van a saltar o al menos flexibilizar. Este párrafo es revelador:

Cuando lo leí me recordó al descenso administrativo del Sevilla y el Celta allá por los noventa por un incumplimiento de la Ley, y cómo se movieron instituciones de todo tipo, también públicas, o las manifestaciones en las calles de Vigo y Sevilla para frenar la bajada a Segunda B de los clubes de fútbol de la ciudad. Se consiguió, supongo que por esas «características particulares del deporte» que permiten saltarse la Ley. Leer esto una semana después de saber que decenas de europarlamentarios han sido untados por el gobierno de Catar, dueño de BeIn (que controla los derechos del fútbol), del PSG, cuyo presidente Al Khelaifi dirige también la ECA (Asociación de Clubes Europeos), tranquiliza mucho.

El Informe continúa con una parte muy interesante sobre la que se ha hablado menos, que es el conflicto de intereses que supone que las federaciones deportivas puedan ser reguladoras y además realizar una actividad económica. Hace referencia a dos sentencias, una deportiva y otra sobre una profesión liberal, en las que «el Tribunal de Justicia declaró que, cuando una normativa atribuye a una persona jurídica, que organiza y explota comercialmente ella misma competiciones, la facultad de designar a las personas autorizadas a organizar dichas competiciones y de fijar las condiciones en las que estas últimas se organizan, tal normativa concede a dicha entidad una ventaja evidente sobre sus competidores. Por tanto, tal facultad puede llevar a la empresa que la ostenta a impedir el acceso de otros operadores al mercado en cuestión. Así pues, es preciso que el ejercicio de esta función normativa quede sometido a límites, a obligaciones o a un control para evitar que la persona jurídica de que se trate pueda falsear la competencia favoreciendo las competiciones que organiza o aquellas en cuya organización participa«. Nuevamente la parte subrayada es mía.

Quizás la parte más controvertida del Informe está en los puntos 63 al 82 sobre si la UEFA restringe la competencia por el efecto o por el objeto. El Abogado indica claramente que los clubes podrían seguir adelante con la creación de la Superliga:

«76. Así, nada impediría, en principio, a los clubes que forman la ESL seguir el ejemplo de otras disciplinas deportivas y crear su propia competición fuera del marco definido por la UEFA». Es la Euroliga de baloncesto, por ejemplo, el mejor ejemplo de que todo esto de lo que se está hablando no es más que una polémica creada para mantener un sistema que mueve mucho dinero. La salvaje reacción de Javier Tebas, presidente de LaLiga, por ejemplo, y los artículos falaces de muchos de los medios a los que ha regado con millones de euros en los últimos años. Es mentira. La Superliga no ataca, compite, ni limita las ligas nacionales, del mismo modo que la Euroliga no lo ha hecho.

Pero por otro lado reprocha a los clubes que quieran seguir perteneciendo a la UEFA, lo que llama «doble pertenencia». Viene a decir que tendrían que acatar las sanciones que les marcara la UEFA, pues «solo tendrían un efecto restrictivo en la medida en que los clubes afectados desearan seguir afiliados a la UEFA». Y aquí es donde la bajada (a medias) de los clubes ingleses o el Atleti del modelo de la Superliga puede dar al traste con el proyecto. Si todos los grandes siguieran adelante, la UEFA no podría frenar la Superliga. Pero han decidido decir en público y de cara a la UEFA que se bajan del proyecto sin haberse salido formalmente del mismo, quizás por las cláusulas de penalización que tiene el acuerdo de la Superliga. Solo se mantienen el Real Madrid, el F.C. Barcelona y la Juventus de Turín.

Llegado a este punto, el Abogado no sabe por dónde salir y se saca una frase que podría ser de los Hermanos Marx tanto como de Mariano Rajoy:

«78. Habida cuenta de las consideraciones anteriores, estimo que, aun cuando las normas controvertidas en el litigio principal puedan tener por efecto restringir el acceso de los competidores de la UEFA al mercado de la organización de competiciones de fútbol en Europa, tal circunstancia, suponiéndola acreditada, no implica manifiestamente que esas normas tengan por objeto restringir la competencia en el sentido del artículo 101 TFUE, apartado 1».

El régimen de sanciones solo afecta a los clubes si estos deciden seguir perteneciendo a las federaciones deportivas y a la UEFA. Es lo que pasó con la FIBA y la Euroliga en su momento, hay precedentes muy similares: «si estos últimos (los clubes) deciden «romper» con esta federación creando una nueva competición independiente y participando en ella, el riesgo de imposición de sanciones puede dejar de tener cualquier efecto disuasorio sobre ellos«. Y más adelante (punto 146), indica que la UEFA y la FIFA podrían sancionar a los clubes que no se acojan a sus normas, pero no a los jugadores, y este punto apenas se ha mencionado en la prensa: «No obstante, las sanciones de exclusión dirigidas contra los jugadores que no tengan ninguna implicación en el proyecto en cuestión son desproporcionadas, en particular por lo que se refiere a su exclusión de las selecciones nacionales».

Respecto a la explotación de los derechos televisivos, el Abogado General considera que la UEFA debe mantener el privilegio de la venta de derechos en exclusiva, se supone que para mantener la equidad del deporte. Pero es que además lo hace porque «la explotación de los derechos a los que se refiere el litigio principal guarda relación con un deporte que reviste una «considerable importancia social»», para luego caer en una contradicción flagrante, puesto que reconoce que «el legislador de la Unión aprobó una normativa que concedía, en particular, a cada Estado miembro la posibilidad de imponer que los acontecimientos deportivos considerados «de gran importancia para la sociedad» fueran retransmitidos en abierto». Es decir, respeta ese derecho por la importancia social del fútbol, hasta el punto de que se permite la emisión en abierto, pero luego no entra en que la venta se hace para emisiones cerradas, o bajo suscripción. Cada día más caras, por cierto. El fútbol en abierto interesa, como se puede comprobar con las cifras de audiencia, pero resulta cada vez más exclusivo en la modalidad de pago. Y con la reducción de audiencias perderán a las generaciones más jóvenes, seguro, que es a quienes dicen proteger.

En unos meses habrá sentencia, pero las conclusiones no son, valga la redundancia, concluyentes. Deja muchos frentes abiertos que cada uno interpreta a su manera. Bernd Reichart, CEO de A22 Sports, empresa tras el proyecto de Superliga, ve mucho recorrido por delante, pues la sentencia no impide el derecho a organizarla. Sí puede llevarle a cambiar lo que inicialmente estaba en el proyecto, que era el permiso previo de la UEFA. Habrá guerra, y quizás negociación. Yo creo que no puede ser de otro modo. Los medios dependientes han salido rápidamente a decir que la Superliga estaba herida de muerte. No creo que vayan a expulsar de la Champions a los clubes de la Superliga, me extrañaría que los paganinis, las televisiones, renunciaran a su mejor activo de estos años, el Real Madrid. O al resto, que tampoco se han salido formalmente de la Superliga. Pero sí intentarán amedrentar con una sanción económica.

El mundo del fútbol tiene que cambiar, empezando por el Reglamento. Hoy se ha cerrado el mundial de la infamia de Catar con un partidazo de fútbol (ARG 3 – FRA 3). El segundo partido que he visto en este mes. Pero no me quito la sensación de corrupción que hay detrás de sus dirigentes, tanto de la FIFA como de la UEFA, tipos siniestros, poco transparentes, que manejan el cotarro a su antojo. Tipos que hablan de fair play financiero y permiten que se lo salten los que los mantienen en el poder. Individuos que proclaman que Football is for the fans, pero se quedan un tercio de las entradas de las finales de Champions para sus patrocinios y compromisos particulares. Gente con contactos cercanos con las peores satrapías del mundo que anuncian nuevas competiciones internacionales contando con los activos de los clubes (Matar el fútbol). En unos meses sabremos cómo acaba esto. Y quizás sepamos para entonces cuántos europarlamentarios (¿habrá jueces del Tribunal de Justicia de la Unión Europea?) han sido pillados en el Qatargate.

Unos días después de escribir este post, estuve charlando acerca de este asunto con Javier Alberdi en su canal de YouTube, Kollins. Aquí dejo el enlace:

El club de los currelas muertos (XXVII)

Planes propuestos por el club de lectura, cine y documentales El club de los currelas muertos para no ver el mundial de la infamia de Catar.

Ayer fue el primer día que «fallé» en el compromiso diario de escribir para este blog de «alternativas». Fue algo lógico, si unimos a la elevada carga de trabajo que han comenzado las comidas, cenas y eventos varios de empresa. Ayer hice doblete: comida de Departamento y posterior reenganche a la fiesta con compañeros de otra empresa del grupo. Overbooking de eventos, solo me faltaba eso. Pero se agradece, no soy de esos tipos que critican todo lo que hace la empresa en estas fechas, especialmente cuando intenta tener un detalle con los empleados. Alguno recordará aquellas Tradiciones navideñas de empresa.

Y luego me tocaba mi cita cada dos semanas con La Galerna, que va a ser mi recomendación de hoy. Como sabrán los que estuvieron en la presentación de mi libro hace algo más de un mes, La Galerna se ha convertido en un lugar muy importante de aprendizaje, de buen rollo y de conocer a grandes compañeros. Un dato que habla muy bien de la calidad de lo que se escribe en este medio es que media docena de los autores habituales hemos publicado un libro en el último año.

El Portanálisis es el artículo estrella de la página, algo así como el editorial que marca el tono de sarcasmo y distanciamiento con la prensa deportiva al uso. Hace año y medio alcanzamos la cifra de 2.222 Portanálisis y en estos años he encontrado textos brillantísimos, que te arrancaban más de una sonrisa y que no eludían la polémica cuando era necesario poner el dedo en la llaga. Se supone que los portanálisis son anónimos, pero a veces se destaca la calidad de algunos de ellos, como el Don Laporta de Palanca (de Francisco Javier Sánchez Palomares) o como hicieron recientemente con uno mío en el que jugaba a que había sido escrito por M. Rajoy, con las obviedades y frases confusas que tan famoso lo hicieron.

El reto que supone escribir estos artículos es que deben hacerse en un tiempo récord, entre la madrugada del día anterior (cuando se publican las portadas) y las diez de la mañana del día en que ven la luz. En aquel post de los 2.222 portanálisis, cada uno de nosotros explicó cómo lo hacía, o qué buscaba para sacar un texto ocurrente contrarreloj. Y los ha habido muy buenos, grandiosos. En su día dije que era como improvisar con un instrumento musical, lanzarse a tumba abierta:

Ha habido muchos días en que se escribía «El mejor portanálisis de la historia», si es que tal cosa existe. Y muchos es muchos, de verdad. En lo que a mí respecta, ha habido en estos años pocos momentos de relajación tan placentera como la lectura de lo que los compañeros habían escrito. O como los comentarios de los lectores ante lo que yo había escrito y las carcajadas que les habían provocado mis palabras. Ahora, por desgracia, el nutrido ejército de haters ha logrado que se supriman los comentarios de la página, que albergaban igualmente un gran interés. Pero volverán, eso espero.

Así que mi recomendación para este día 27 de No-Mundial sería acercarse a la página, echarse unas risas sanas. No sé quién habrá escrito el de esta mañana, ese que mezcla a Carlos Gardel, Steve Buscemi, Busquets y Amanece, que no es poco en mil palabras, porque como dice Jesús Bengoechea, los portanálisis son anónimos.