Me cae bien Varoufakis, qué le vamos a hacer. Y detesto a Christine Lagarde. Cosas que pasan. Sentimientos que no sirven de nada cuando trato de analizar lo que está ocurriendo en Grecia con la perspectiva de quien cree que sabe algo de economía. Y por más que trato de entenderlo y analizarlo de un modo racional, lo cierto es que cuanto más leo, más lejos me siento de la verdad. Nos intentan vender esto como una batalla entre buenos (Lagarde, el FMI, la troika comunitaria) y malos (Tsipras, Varoufakis, Syriza), pero yo lo veo más como una batalla entre los débiles, los griegos, y el poder establecido.
Y en ese tipo de batallas casi siempre me sitúo al lado de los débiles. Varoufakis consiguió recientemente que Lagarde se definiera como lo que es, «la jefa de los criminales».
El bando de «los buenos» o de «los poderosos»: el FMI, el BCE
Christine Lagarde no es solo esa tiparraca que volvió a decir hace poco que España necesita subir el IVA, abaratar el despido y el copago en sanidad y educación, no es solo esa individua que se subió el salario el 11% nada más acceder al puesto, sino que también es esa ex ministra de Sarkozy imputada por un escándalo de nada, una minucia de 400 millones de euros que terminaron en las manos del empresario Bernard Tapie. La actuación de la Lagarta, perdón, de Lagarde, fue calificada por la justicia francesa de «negligente».
Esa negligente gestora sucedió en el puesto a ese otro tipejo con claros trastornos mentales, Dominique Strauss-Kahn, y a otro gran artista de las finanzas nacionales e internacionales, Rodrigo Rato, el crack o el catacrack de Bankia, detenido en abril de este año por fraude, alzamiento de bienes y blanqueo de capitales.
En la misma esquina del cuadrilátero, presidiendo el Banco Central Europeo, Mario Draghi, Vicepresidente en Europa de Goldman Sachs entre 2002 y 2006, otro de los artífices de la burbuja de endeudamiento que hoy nos quieren decir cómo se corrige.
Al frente del Ministerio de Economía de España, como principal portavoz en las radios españolas de la oposición a la actitud de Syriza, tenemos a Luis de Guindos, antiguo miembro del Consejo Asesor de Lehman Brothers y Director de la firma para España y Portugal hasta el mismo día de su quiebra en 2008. Cuando todo comenzó.
El bando de «los malos» o de «los débiles»
Grecia es un desastre de país en muchos sentidos. Ha funcionado rematadamente mal como Estado durante décadas, con situaciones insólitas para el resto de Europa (funcionarios que seguían cobrando pensiones después de muertos, unas edades de jubilación bajísimas para determinadas profesiones, fraude fiscal elevado,…) y sobreviviendo a costa del mantenimiento artificial de su inmenso déficit con más deuda.
Por cierto, aunque quieran reprochar todos los males de Grecia a sus actuales dirigentes, su mayor causante, que no su origen, está en la falsificación de las cuentas públicas realizada para poder entrar en el euro. Su principal gestor, el gobernador del Banco Central griego entre 1994 y 2002, fue Lucas Papademos, el mismo que sería nombrado posteriormente primer ministro del país sin pasar por las urnas. Otro hombre de Goldman Sachs, otra vez la banca de inversión.
Ahora el «coco» que nos intentan vender es Yanis Varoufakis, el ministro de Finanzas griego, el enemigo público número uno. Pero si comparamos su historial con el de nuestro Luis de Guindos, a lo mejor no sale perdiendo.
Nos lo intentan vender como un loco, un «matao» peligroso, porque llega a las reuniones en moto, sin corbata, con la camisa por fuera o con mochila,… Luego le pega un par de collejas a de Guindos (¡la próxima, con el puño cerrado y en la boca, Yanis!), le aguanta la mirada a Lagarde (a esta no le atices, Yanis, apriétale la mano a lo bestia para ver si le corre sangre por las venas, que lo dudo) y sobre todo, tiene mi respeto por llevar siempre una carta con su dimisión en el bolsillo, por si algún día se aparta de sus principios. Igualito que el resto de políticos europeos. Un crack, encima con una mujer de bandera.
El campo de batalla: Grecia
Estamos hablando de Europa, no de un país tercermundista. La tasa de suicidios en Grecia se ha disparado en los últimos años y ya los medios ni siquiera aportan datos. Por más que los he buscado, no los he encontrado, pero los de hace dos años ya eran aterradores. El Estado de bienestar ha saltado en mil pedazos, el empobrecimiento de la población es brutal y uno a veces tiene la sensación de que esta historia no acaba en ese país al sur de los Balcanes, al Este de Europa. En España estamos aparentemente tranquilos, pero el nivel de deuda pública ha alcanzado ya el 100% del PIB, y si lo comparamos con las tasas de las que partíamos al inicio de la crisis, veremos que no tenemos ningún motivo para esa tranquilidad.
Ningún país del mundo ha hecho tantas reformas como Grecia en los últimos años (lo dice el banco alemán Berenberg), pero no han servido para saciar a los ávidos buscadores de sangre. Esta semana escuchaba en la radio que los salarios habían bajado un 37%, las pensiones, un 48% y el número de funcionarios, el 30%. Casi nada. El déficit estructural ha disminuido el 20%, una barbaridad, pero sigue siendo insuficiente. Ya en 2011 aprobó un plan salvaje de recortes que solo sirvió para incrementar la pobreza de la ciudadanía y aumentar la economía sumergida. Y la tasa de suicidios.
No se me olvida que España ha colaborado en el plan de rescate con 26.000 millones de euros (realmente unos 8.000, el resto son garantías) y que buena parte de ese importe corre peligro, pero Varoufakis nos recuerda que sólo el 9% de ese dinero llegó verdaderamente a Grecia. Una pasta que pasó fugazmente por el país para tapar el agujero de los bancos alemanes y franceses, no para aliviar la situación de los griegos:
Cuando la democracia no es del agrado del que dirige
Ahora se critica a Tsipras y Varoufakis por convocar un referéndum para ver si se acepta el último plan propuesto por la Comisión Europea, el BCE y el FMI. Como se ha recordado varias veces estos últimos días, la democracia nació en Atenas, y «democracia» no significa otra cosa que el gobierno del pueblo, la toma de decisiones por parte de los ciudadanos, a los que se les da la oportunidad de designar a sus representantes, o de aprobar o desacreditar sus decisiones.
El gobierno de Alexis Tsipras llegó al poder en las urnas votado mayoritariamente por una población harta de los gobiernos conservadores y socialistas, ineficientes, corruptos, malos gestores, y verdaderos culpables de la situación actual. Tsipras ganó las elecciones tratando de salirse de la línea oficial europea y eso es lo que pone en juego de nuevo. Es un ejercicio de democracia, nada que deba asustar como parece que ha hecho en tantos círculos de poder.
Lucas Papademos gobernó en Grecia sin ser elegido democráticamente, al igual que Mario Monti en Italia (por cierto, otro hombre de Goldman Sachs). Tampoco se sabe muy bien cómo accedió a su cargo Mario Draghi o qué méritos especiales fueron los que le auparon a ese puesto.
Cuando François Hollande llegó al poder en Francia lo hizo con un ambicioso plan que le dinamitaron inmediatamente desde Bruselas. Pasó de luchar contra el austericidio a acometer los mayores recortes que se recuerdan en el país galo. 50.000 millones de euros, pecata minuta.
En España, la Constitución no se había cambiado en más de 30 años, y siempre se decía que era por las dificultades de hacerlo (modificación, disolución de las Cortes, nuevas elecciones, ratificación de la modificación en el nuevo Parlamento), pero en el último verano de ZP en el poder, en septiembre de 2011, nos despertamos con un cambio raudo y veloz de la misma, con el acuerdo de PP y PSOE para la modificación del artículo 135, que da prioridad al pago de la deuda por encima de cualquier otra, sanidad, educación, pensiones, lo que sea. Y si se suicidan tres mil personas no pasa nada, porque el pago de la deuda de los bancos alemanes es más importante (esto es populismo y demagogia, lo sé, pero también es una verdad tan grande como la deuda griega).
Apenas cuatro meses después de acceder al gobierno, Mariano Rajoy anunció un recorte extra de 10.000 millones de euros en sanidad y educación. Ni siquiera fue su gobierno el que tomó la decisión, sino que se la marcaron desde Europa, al igual que la modificación del 135.
Entonces, ¿a quién votamos en las elecciones generales? Ni Tsipras, ni Hollande, ni Rajoy, ni Mateo Renzi, ni ninguno de los dirigentes democráticamente elegidos son los que nos dirigen. Son esos tipos oscuros venidos del mundo de la banca de inversión los que están tomando las decisiones relevantes para los ciudadanos, y por eso van a ir a saco a por Tsipras, porque se ha atrevido a desafiar el poder establecido. Esos tipos que nos aconsejaron «por nuestro bien» hacernos un griego y meternos por el recto todo el ladrillo sobrante y los préstamos fallidos, el Sareb. Que premian a los golfos que dirigieron nuestras cajas de ahorros e hicieron millonarios a los gestores de su ruina. Primos hermanos de esos otros que negocian en la sombra y en el más absoluto oscurantismo el TTIP, otro tratado que pretender firmar «por nuestro bien». Los lobos de las finanzas que buscan el silencio cómplice de los corderos.
Islandia no hizo nada de lo que le aconsejaron, y le fue bien. Es cierto que su caso es muy distinto al griego y que es un país de apenas 300.000 habitantes, pero lo que me atrae de su caso es que se apartó de la línea oficial que le marcaron. Su primera medida fue procesar a los directivos de los bancos y a los gestores públicos que llevaron el país a la ruina. La segunda medida fue reforzar los servicios sociales.
Cada vez son más los economistas que desaconsejan a Grecia aceptar el plan propuesto por el FMI y el BCE. Yo no tengo ni idea de cuál es la mejor solución, pero sí estoy convencido de que no es la que le plantean a Tsipras como la única alternativa viable.
Y por todo esto me cae bien Varoufakis. Si gana el «SÍ» se irá a llorar sus penas con su mujer o a disfrutar de una vida más relajada. Pero si gana el «NO», ah, amigo, nos vamos a divertir.
Me gusta tu articulo, gracias por compartir esas informaciones. Un saludo, me gusta como escribes. Adelante, un abrazo
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A MI NO ME GUSTA ÉSTE SEÑOR .CREO QUE ES UN CHULO UN PREPOTENTE Y UN MACARRA.HAN CONSEGUIDO LLEVAR A LA RUINA A SUS COMPATRIOTAS ,Y SERÁ MUY BUENO QUE SE VAYA EL DOMINGO PORQUE EL PAIS HA DICHO QUE QUIERE SEGUiR EN EUROPA.
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Eso es la democracia: si la gente vota por el SÍ recogerá sus bártulos y se irá. Pero que lo diga el pueblo, que no se lo impongan desde Berlín, Bruselas o la central de Goldman Sachs. Pero tengo que hacerte una puntualización importante: Varoufakis (y Tsipras) lleva apenas 5 meses en el gobierno griego, tratando de reestructurar la deuda tan brutal que le dejaron los conservadores y los socialistas, los que sí llevaron al país a la ruina con su mala gestión de décadas. Estos tipos del gobierno griego están intentando evitar más sufrimientos al pueblo y si para eso tienen que enfrentarse al poder económico, lo hacen. Con un par. Por eso me cae bien este tío.
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Tuve la oportunidad de conocer Grecia , y ya me pareció que era un desastre como nación desorganizada y caótica . Creo que no han sido solo los que están ahora los culpables de la situación.Tienen todo ,cultura , paisaje buen tiempo ,islas maravillosas .Lo que son un desastre , son ellos..Yo no quiero que se vayan de Europa ,peroo tendrán que aceptar las codiciones ,y no lo que quieran hacer ellos .Espero que mañana los griegos se queden en Europa.
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Muy bien, Josean, totalmente de acuerdo. Pensar que son habas contadas y que hay quien no las quiere ver. Son los que visceralmente están siempre con los de arriba, con los que mandan, con el poder y el dinero, los que no pueden tolerar que alguien les ponga reparos y, mucho menos, se les insubordine.
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Josean, te superas día a día, me ha encantado tu artículo y estoy (como no podría ser de otra manera) totalmente de acuerdo con el mismo.
Un abrazo,
Salvador Montañés
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Boro, un abrazo. Que alguien de tu experiencia y conocimiento aprecie estas palabras me motiva para futuros textos. Veremos en unas horas qué pasa con los griegos.
Un abrazo.
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Me ha gustado mucho la entrada. Totalmente de acuerdo en todo lo que dices. Sobre este asunto creo que hay que tener una visión amplia, me refiero a que tanto el FMI y el banco Central Europeo no buscan el bienestar del pueblo griego (ni el de ninguno, por supuesto) su prioridad por encima de todo es el DINERO. Les da igual que la gente se suicide, que se hayan rebajado los salarios o que la sanidad sea precaria, el único motor de estos psicópatas es el dinero y el poder.
Por supuesto creo que detrás de todo esto está la privatización de todos los servicios públicos, es lo que se pretende con Grecia y es lo que se pretende con el resto de estados sino al tiempo…y como no hagamos algo el futuro desgraciadamente será oscuro. Apuesto por la salida de Grecia del euro.
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Estamos en sus manos, nos metemos/meten en deudas que superan el 100% de nuestro PIB (Italia, Portugal, Irlanda y por supuesto España), gestionados por unos dirigentes inútiles y corruptos en muchos casos, y luego, cuando ya estás bajo su control, te imponen esas condiciones tan leoninas. Dramáticas para la población: el que tenga pasta, que se pague la sanidad, o que se busque la mejor educación posible, el que esté en las últimas, que pierda su casa, el trabajo o que se tire desde la azotea, «no es nuestro problema». ¿Cuál es la solución? Desde luego no la que plantean los tipos de Podemos, que ha habido quien me ha dicho que simpatizaba con ellos. No la conozco, pero sí estoy seguro de que tampoco es la que plantean desde Berlín o Bruselas. Saludos.
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Varoufakis ha dimitido ,y creo que es lo mejor que ha hecho en éstos últimos tiempos .
Quizá tenga que cambiar de criterio.
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Enhorabuena, Josean. Creo que estás muy equivocado en eso de que cuanto más lees más lejos estás de la verdad, tu lectura de los hechos y los actores es muy esclarecedora y está a años luz de lo que balbucean los pesebreros habituales. Está claro que una Europa donde mandan tres no va a ser viable mucho más tiempo, y la respuesta griega nos muestra un camino de libertad y democracia reales. Si cada vez más nos vamos enterando de cómo funciona la creación del dinero-deuda, de que el BCE no tiene liquidez, ni pone dinero en el sistema social, sino sólo acciones derivadas, pagarés entre los diferentes bancos que actúan de avaladores cruzados de la misma deuda, sabremos inmediatamente cómo Draghi es el que tiene las manos atadas porque es su asqueroso chiriguito el que se tambalea. Va a ser muy divertido, y no menos duro que seguir con la cabeza bajo la arena.
Con tu permiso, comparto tu post, y os dejo el enlace de una interesantísima entrevista a John Perkins hecha el año pasado: http://www.truth-out.org/news/item/26112-an-economic-hit-man-speaks-out-john-perkins-on-how-greece-has-fallen-victim-to-economic-hit-men
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Muy interesante la entrevista, Dorita. Yo creo que está todo el pescado vendido en Europa. El problema es muy serio, el euro está mal parido, las políticas del BCE no funcionan y las deudas de varios países (España, Grecia, Italia, Portugal) son imposibles de devolver. Nos obligarán a seguir vendiendo los mejores activos públicos, a rescatar empresas privadas (bancos, cajas, inmobiliarias, ¿lo siguiente serán las concesionarias de autopistas?), a apretarnos el cinturón,… y todavía nos dirán que hemos vivido por encima de nuestras posibilidades. Pero que nadie se salga de la doctrina oficial, como han intentado los griegos, que le van a dar pá’l pelo. Saludos.
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Muy interesante y muy buena la entrada, es un punto de vista que cuesta encontrar en la red, sobre todo leído de nuevo unos días después del referendum, a punto de que a Grecia le hagan su particular «griego total after-referendum».
Qué le habrán dicho a Tsipras&co para que acepten lo que están ahora pensando en aceptar.
A mí también me cae bien el Varufaker este. Ahora después de dimitido sí que le van a llover buenos contratos, habrá que seguir dónde… ¿irá a alguna consultora del mundo financiero, de esas que vende powerpoints mientras redistribuye hacia arriba los fondos de otras empresas y gobiernos? Veremos… La mujer no está mal, pero la que mola mogollón es su moto (Yamaha XJR 1300).
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Para mí es una decepción lo que ha ocurrido después del referéndum. Primero, dimite Varoufakis, que podía haber ejercido de Varoufucker mejor que nunca. Y luego Tsipras, en lugar de ir a negociar con la fuerza que le daban las urnas, ha ido con los pantalones por las rodillas, a ver si en Europa eran más condescendientes con los griegos. Sin embargo, en lo que más parece un afán revanchista hacia el que se ha querido salir de la doctrina oficial, la Merkel y compañía le han hecho aceptar un plan que va a ser terrible para los ciudadanos. Y de quita, nada de nada, aunque el país se vaya al carajo. Igualito que la quita que una veintena de países, entre ellos Grecia, hicieron a los alemanes en 1953 para que el país pudiera salir adelante. Es interesante lo que dice la Wikipedia sobre el Acuerdo de Londres de 1953. Se ve que a los alemanes les ha sentado como una patada en sus teutonas posaderas el que Varoufakis se lo recordara estos días.
Eso de que un fondo extranjero maneje los principales ingresos que reciba el país de sus activos productivos no huele nada bien. Me temo lo peor.
Ahora está por ver que el Parlamento griego acepte este acuerdo tan horrible. ¿Y si dicen que no? Pues largarán a Grecia del euro, está claro. Su deuda es insostenible, no la van a devolver nunca. Como también es imposible de devolver la española, por mucho que nos venda Rajoy la idea de la recuperación. Al estar del lado de la doctrina oficial, desde Europa nos dan más deuda para seguir devolviendo la deuda y cubriendo nuestro déficit, que está mucho peor que el griego. Así estaremos en sus manos por generaciones. De eso se trataba, ¿no?
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