«Does the truth matter any more?
¿Todavía importa la verdad?»
Katharine Viner, directora de The Guardian, se planteaba esta cuestión en un artículo escrito en julio de 2016, Cómo la tecnología alteró la verdad, un artículo tan interesante como terrorífico en el que la periodista desgranaba varios de los problemas del periodismo o pseudoperiodismo actual. Vivimos la época de los medios digitales, la decadencia de los tradicionales y cobra importancia la inmediatez, la urgencia de la información por encima de la calidad, o lo que es peor, la veracidad de la misma. «Sácala ya, rápido, aunque no esté contrastada», supongo que se escuchará en muchas redacciones. Las fake news, la posverdad, la repetición de mensajes de otros medios ante la falta de tiempo para contrastar, analizar o elaborar algo propio, la manipulación de la información que logra que algo falso pase por verdadero y la búsqueda de la conexión emocional y no racional con el lector son consecuencias de lo anterior.
«Lo importante es el click», continúa diciendo la directora, el clickbait, el cebo de clicks. «Las redacciones publicarán de modo acrítico cualquier cosa, lo que termina legitimando la bazofia». En el fondo da igual si la noticia tiene interés o si es cierta o no, el titular no es más que un gancho para atrapar al incauto y una vez que este ha pinchado se contabiliza para la publicidad y el contenido puede ser lo que suele ser: «bullshit». Una mierda, como dice la autora.
Casi desde los inicios de este blog, los cuatro amiguetes (cada uno en su estilo o temática) hemos criticado de una u otra manera el tipo de periodismo que se realiza en este país. El deterioro de la prensa tradicional, con una encendida crítica de las faltas de ortografía sangrantes y de la línea tendenciosa de la mayor parte de la prensa. En Periodismo a vuelapluma, Josean criticaba la manipulación de ciertos medios, hasta el punto de que las mismas imágenes podían ser utilizadas con fines opuestos en dos cadenas del mismo grupo (Antena 3 y La Sexta) en función del público objetivo de las mismas. Las estrategias de manipulación mediática de Chomsky (que ni siquiera son de Chomsky, sino de Timsit) están a la orden del día y prácticamente no hay semana que no las recuerde. En El traje nuevo y la mentalidad gramofónica aludíamos a George Orwell y su magnífico prólogo sobre la falta de libertad a la hora de publicar opiniones incómodas para la progresía británica. Hace poco decía Arturo Pérez-Reverte que «nunca hemos sido menos libres». «Ahora vivimos entre montones de inquisiciones. Y este puritanismo espantoso. Nunca he sentido mi libertad personal tan amenazada como en los últimos 10 años. La estupidez es una mala compañera de viaje de la libertad».
El periodismo, que en su visión utópica e idealizada, debería funcionar como contrapoder, como una especie de cuarto poder que controlara a los poderes tradicionales de Montesquieu, se ha convertido en la mayoría de los casos en un instrumento al servicio del que manda o del poderoso. Como consecuencia, leo artículos que me parecen cada día más tendenciosos o escuchamos debates claramente dirigidos. Esto decía el propio Orwell en su ensayo sobre la guerra civil española:
“Ya de joven me había fijado en que ningún periódico cuenta nunca con fidelidad cómo suceden las cosas, pero en España vi por primera vez noticias de prensa que no tenían ninguna relación con los hechos, ni siquiera la relación que se presupone en una mentira corriente. Estas cosas me parecen aterradoras, porque me hacen creer que incluso la idea de verdad objetiva está desapareciendo del mundo. A fin de cuentas, es muy probable que estas mentiras, o en cualquier caso otras equivalentes, pasen a la historia”.
Como el terreno del que le toca hablar a este humilde amiguete bloguero es el del deporte, en él se junta todo lo anterior: la inmediatez, la conexión emocional con el lector, la masa idiotizada, la búsqueda del click rápido, la falta de rigor o la indigencia intelectual de los que se hacen llamar periodistas. Y la manipulación, que alcanza cotas vergonzantes, sesgadas, dirigidas, vomitivas, incluso creando una neolengua a la manera de 1984. Lo recuerdo desde los tiempos de José María García, Butanito forever.
Ya ni sé cuántas veces he cuestionado en este blog el doble rasero antimadridista, el manejo de la información desde Barcelona, o la manipulación de los medios en torno al fútbol, con el siniestro Roures frotándose las manos desde su despacho. El último ejemplo lo estamos viendo esta temporada con «su» querido VAR. Ahora que ha perdido la manip… digo, la gestión del mismo en favor de Hawkeye, la empresa contratada en el pasado Mundial de Rusia, en la Champions y en las principales ligas europeas, han salido algunos de sus feladores habituales en prensa (Fouto a la cabeza) a pedir la vuelta de Mediapro.
Hace pocos años Felipe del Campo osó decir que en España se practicaba «el mejor periodismo deportivo del mundo». Ja, ja, ja, iba en el coche y casi me estrello del ataque de risa que me dio. Al poco tiempo se lo escuché a Manolo Lama, ja, ja, ja, ¡a Manolo Lama! Tengo colegas que siguen convencidos de que este periolisto es madridista, al igual que As y Marca. La ceguera es una enfermedad contagiosa y ni los cientos de Portanálisis de La Galerna demostrando lo contrario y las mentiras de estos medios, ni los mil y pico programas de Richard Dees sobre el doble lenguaje de los cronistas de la radio van a convencer de lo contrario a los más crédulos.
Como decía al principio, en el fondo importa poco la veracidad de la información porque lo que se busca es el click rápido, y en este país hay dos tipos de aficionados: los madridistas y los antimadridistas. Así que atacar al Madrid atrae millones de clicks, más que cualquier otra noticia que puedan ofrecer. La calidad de los medios deportivos tradicionales es cada vez más baja y si buscas algo distinto, bien documentado, en muchos casos estupendamente bien escrito, te tienes que ir a foros aficionados.
Puesto que «la autoproclamada mejor prensa deportiva del mundo» no investiga ni se cuestiona la información, les propongo una serie de temas que podrían analizar si quisieran hacer bien su trabajo y no el bullshit habitual:
- El saldo arbitral: explicado a la perfección por el vicepresidente del Barça Alfons Godall y puesto en datos por Juan P. Frutos.
- El Moggigate español: en el escándalo que afectó al fútbol italiano hace unos años (que acabó con el descenso de la Juventus y la Fiorentina) fue fundamental la complicidad de una parte de la prensa. El silencio de los medios españoles ante el caso Soule es sintomático. ¿De verdad que no hay nadie preparando un gran reportaje de investigación? Si tuviera tiempo…
- El dedo corrector del Comité Técnico de Árbitros: otra vez ha sido un aficionado (@Hechicero9248) el que ha destapado lo que en el mundo del arbitraje se sabía, que los descensos de categoría o las internacionalidades se decidían por el dedo corrector de Victoriano Sánchez Arminio, que solía regalar la categoría internacional a los que fallaban en favor del Barça o en contra del Madrid (Clos Gómez, Hernández al cuadrado, De Burgos Bengoechea,…), o castigaba a los que no eran afines a sus directrices (Pino Zamorano, Muñiz Fernández, Daudén Ibáñez).
- El presupuesto del Barça: o cómo convertir en ingresos recurrentes lo que para los demás son extraordinarios y de ese modo salvar el incumplimiento del límite salarial.
- Las votaciones para The Best: puesto que ya son varios los jugadores que han dicho que no votaron a Messi, aunque las listas publicadas indiquen lo contrario, digo yo que podían investigar algunos de estos «mejores periodistas del mundo». En el fondo, la FIFA, igual que la Conmebol, «está corrupta», como dijo… el propio Leo Messi tras ser expulsado en la Copa América.
Mi humilde aportación al «mejor periodismo deportivo del mundo» está por llegar, sigo investigando algunos de estos asuntos cuando puedo y los medios me lo permiten, pero mientras tanto, escribo al menos buscando la veracidad en lo que publico y en lo que cuento. La Galerna ha tenido a bien publicarme estos dos artículos sobre otra cara del fútbol, mucho más desconocida: el deporte como integrador social en Ecuador.
En busca del madridista perdido en el valle del Chota
Y mi estreno como entrevistador:
La Fundación Real Madrid en la mitad del mundo
Ojalá pudiera escribir el «Soulegate»…
En mi opinión, hace tiempo que los medios han roto la frágil barrera que había entre información y opinión, mezclándolo todo. Les conviene que sea así por los beneficios que obtienen de las partes interesadas; Clubes (incluido el R. Madrid), empresas, políticos etc. Demasiados «periodistas» que si no dicen (escriben) algo con repercusión y cierto eco, ese día no comen. Son fáciles de corromper por quienes quieren influir en «el pueblo llano». Es obvio y en la linea de lo escrito en el post, solo que a Barney, debido a su «forofismo», se le olvida poner ejemplos de las influencias que tiene también el RM por instituciones, ayuntamientos, ¿jueces?, medios de comunicación…Soy madridista pero últimamente, será por la edad, me cuestiono casi todo y no solo en lo deportivo.
¡Ah si! Hablando de información verdadera y neutra, sin animo de influir y adoctrinar, estos días tenemos: Terrorismo, comandos, material para construir bombas… Mas leña al fuego…
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Es tan ridículo insinuar que los árbitros perjudican al Madrid que no merece ni comentario puesto que solo un fanático con problemas psiquiátricos podría afirmar algo así. Puestos a investigar, investiga por qué Paradas Romero abandonó el arbitraje en mitad de la temporada después de arbitrar un Villarreal 2 Real Madrid 0 en el que el Madrid acabó con nueve. Desde que existe el VAR, los robos han disminuido y eso no lo podéis soportar. Pide cita para un especialista.
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Pues para no merecer un comentario has tratado de esmerarte, descalificaciones incluidas. Este era un artículo para criticar el pésimo estado del periodismo, no el arbitraje, pero bueno, te quedas en ello.
Vamos a ver, ¡claro que voy a un especialista, cómo no, si los madridistas estamos tocaos de la cabeza! Comencé hace años y el psiquiatra me recomendó que escribiera mis paranoias, pero me dio un consejo: «documéntate, busca datos y ya verás cómo se te pasa», Y me puse a la tarea, datos incontestables extraídos de la base de datos del Mundo Deportivo y oye, a medida que iban saliendo incongruencias estadísticas, anomalías inexplicables en una Liga teóricamente justa, fue el propio psiquiatra el que me dijo: «¿sabes? A lo mejor tenías razón y tengo que retirarte la medicación».
Por desgracia mi psiquiatra se jubiló y me vino uno del Atleti, que era… puf, ese sí que tenía una obsesión, hasta tenía un tic en la cara cada vez que pronunciaba el nombre de Ronaldo. Un día atracaron a su equipo en el Camp Nou y se lo dije, y su respuesta fue «calla, calla, que el Madrid y el Barça no os podéis quejar». ¿Cómo? Y siguió: «mira las dos finales de Champions». Por más que traté de razonar no hubo manera de convencerle de que el gol del minuto 92:43 fue totalmente legal en un partido en el que se perdieron más de 6 minutos según una consultora holandesa.
Luego tuve un psiquiatra del Barça, o del VARça, ya que lo mencionas, y le saqué tal cantidad de datos y manipulaciones que terminó pidiendo hora con otro psiquiatra. Su mayor problema era consultar las fuentes equivocadas, seguramente como te pasó a ti. Paradas Romero dejó el arbitraje tras una reprimenda que recibió por no expulsar a Mourinho en un partido. Aquí te dejo un enlace un medio nada favorable a la hora de informar sobre el Madrid, el Marca o Marça: https://www.marca.com/2013/02/28/futbol/1adivision/1362010251.html
Precisamente él, Paradas Romero, que ya había expulsado dos veces al portugués. Anda, te dejo ya que me toca tomar la medicación. Saludos.
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