Más de ocho mil visitas en tres días, me tiene sorprendido. El canal de Kollins de YouTube ha publicado esta semana la charla que mantuvimos acerca de determinadas prácticas contables y financieras del Fútbol Club Barcelona, del cual dejo copia en este post. El canal de Kollins (Javier Alberdi, antiguo editor de La Galerna) huye del «ruido» habitual de la prensa deportiva, de las exageraciones «chiringuiteras», de la desinformación o el desconocimiento de los asuntos y de la manipulación del «autoproclamado mejor periodismo deportivo del mundo». Lo recomiendo, no solo a madridistas. De hecho, esta semana me han dicho en privado algunos amigos del Atleti que se sorprendieron al ver que estaban de acuerdo conmigo. En este vídeo al menos, ya sé que en la mayoría de temas no coincidiremos jamás.
Como tocamos muchos palos en el vídeo y en algunos de ellos solo dimos pinceladas o puede que no quedaran suficientemente claros, y como he visto interés en estos temas, quería ampliar la información facilitada con este post.
El Barça, «víctima»
Por desgracia, y lo estamos viendo desde el primer día, el Barça se va a ir de rositas de este escándalo. Que haya pagado 7 millones de euros al vicepresidente de los árbitros, que cinco presidentes hayan mantenido estos pagos justo hasta el instante en que el susodicho Negreira dejó el cargo, no significa nada, según parece. La versión que circula es que el Barça ha sido estafado por un señor que vendía unos servicios que no podía dar (como los corruptos, en el Barça prefieren quedar como gilipollas que como golfos), o que los pagos eran para garantizar neutralidad arbitral, o que no se sabía muy bien qué se pagaba porque eran cantidades irrelevantes o menores para un gran club con un presupuesto cercano a los mil millones de euros. «Es que el Barça tiene más de 300 proveedores», he llegado a escuchar a un indocumentado periodista, como si ese número fuera elevado.


A ver, una gran empresa tiene mecanismos de control interno para evitar el fraude o para garantizar que se prestan servicios reales y no «comisiones» a cambio de favores. Los pagos a proveedores por importes de medio millón de euros (los Negreira llegaron a cobrar más de 700.000 euros en algunos ejercicios) tienen que superar una serie de controles rigurosos para comprobar que se ajustan a la legalidad, que presentan un precio competitivo, que no hay riesgo para los que lo contratan, que no hay connivencia o fraude con los firmantes, etc. En el caso del Barça, como explicó Carles Tusquets, presidente de la comisión económica del club entre octubre de 2020 y marzo de 2021, estos pagos «no constaban en los presupuestos, ni tampoco en la auditoría». Lo cual implica saltarse sus propios procedimientos de control interno, o peor aún, que se hacía de manera deliberada, directamente desde la presidencia.

Los que hemos trabajado con informes de consultores de más de 300.000 euros sabemos el trabajo que hay detrás y el soporte que existe para esas tareas en el caso de que Hacienda, la auditoría externa o la interna solicitaran la justificación de los servicios prestados. Son informes muy exhaustivos realizados por un ejército de abogados o consultores con unas tarifas hora elevadas, con una documentación de megas y megas de contratos y archivos revisados hasta la última coma, con reuniones constantes durante meses, con soportes muy profesionales que demuestran el análisis realizado. Los Negreira facturaban importes superiores a los mencionados entre el padre y el hijo, y la justificación de sus «informes» no aparece por ningún lado: entrenadores como Ernesto Valverde o el Tata Martino dicen que no los vieron nunca, y el vicepresidente deportivo del club desde 2014 hasta 2019, Jordi Mestre, afirma que los recibía, pero que pidió que dejaran de enviárselos. Indicó que se los entregaba Josep Contreras, responsable de la Comisión deportiva, un tipo juzgado por corrupción, pero que falleció de manera conveniente para la trama en diciembre.
Será muy complicado demostrar que esos pagos tuvieron incidencia real en los arbitrajes, por muchas anomalías de las que ya hemos hablado sobradamente en este blog, pero aunque solo fuera por el intento de controlar el Comité Técnico de Árbitros la sanción debería ser ejemplar. El bochornoso show de Medina «Cantadelejos» el pasado jueves ya indicó por dónde van los tiros: los árbitros han sido honestos, nunca jamás se equivocaron a favor del Barça y Negreira no pintaba nada. Curioso, cuando el propio Negreira estaba en las designaciones arbitrales como la del propio Medina (para el Clásico del cochinillo, por ejemplo) o en las comisiones que decidían los ascensos y descensos. Las hemerotecas le dejan en pelotas:
La situación financiera del club
Hablamos a continuación de «las palancas» y los balances del Barça, de si realmente estaban tan mal o no como contaban algunos medios, y la realidad es que están peor. Que nadie olvide que el apalancamiento es un eufemismo de endeudamiento (Lección 2 de los Grandes errores de las escuelas de negocios). El año del covid terminó de rematar la mala gestión que se venía arrastrando desde hacía años. Esta es la parte del balance que comenté brevemente de palabra. Las columnas con cifras corresponden a los cierres de junio de 2020 (las del lado izquierdo) y junio de 2019 (a la derecha).

Para los no entendidos, el activo corriente refleja los saldos a corto plazo (12 meses) existentes en tesorería o pendientes de cobrar, es decir, aquellos activos que pueden hacerse líquidos de manera relativamente rápida. El pasivo corriente recoge las deudas que hay que afrontar en los siguientes doce meses. El Barça ya tenía el balance desequilibrado en 2019 (687 millones de deudas frente a 402 millones «disponibles»), pero este desequilibrio se disparó en solo un año: 970 frente a 368 mill. Llaman la atención algunas partidas, como los 164 millones pendientes de abonar al «Personal deportivo» (los famosos aplazamientos de salarios), o los 126 millones adeudados a otras entidades deportivas (pagos de fichajes aplazados, fundamentalmente).
Con esta situación, llamó mucho la atención que el Barça fichara de manera compulsiva el pasado verano, o que cerrara varias «palancas» en cuestión de días. No tengo nada que decir sobre la venta de los derechos de televisión por 25 años a través de Sixth Street, una operación que se venía negociando desde meses atrás, pero sí sorprendieron las operaciones finales con Barça Studios y Socios.com y Orpheus Media. Jaume Roures en el horizonte, como siempre. Quizás trate de buscar información en las cuentas del club en próximos ejercicios, porque ahora mismo no he podido encontrar muchos detalles. Lo que ha hecho el Barça con la venta de los derechos de televisión por los próximos 25 años no ha sido otra cosa que anticipar el 25% de los ingresos de uno de sus mejores activos futuros. Si en próximos ejercicios tiene menos dinero para fichar, será por estos anticipos, pero las urgencias de Joan Laporta por montar un equipo competitivo eran muchas, y de ahí el destrozo que le ha supuesto caer en la Champions y en la Europa League a las primeras de cambio.
En cuanto a la deuda con entidades financieras, comentamos que la situación del F.C. Barcelona le ha llevado a incumplir todos los ratios a los que se había comprometido, entre ellos, el del préstamo de 90 millones de euros para arrancar ese Espai Barça que no parece arrancar nunca. El club consiguió aplazar el plazo para ampliar el cumplimiento de las mismas, y la última noticia publicada hace referencia a la entrada de nuevos posibles bancos financiadores para (¿quizás?) cancelar los préstamos actuales y acometer uno de mayor importe. Se habla de 1.500 millones de euros.


Los bancos americanos analizan con detalle los riesgos reputacionales de las compañías a las que financian, y en el Barça se está gestionando con JP Morgan y Goldman Sachs, luego el Barçagate o Caso Negreira les viene en un momento muy malo. A los que digan que esto aparece ahora de manera interesada, se les podría contestar que ha habido casi veinte años para investigar y frenar este escándalo, así que cualquier momento es bueno, aunque llega con muchísimo retraso.
Las chapuzas contables
El siguiente punto que tratamos fue el de los apaños contables del Barça con los trueques de jugadores. En el vídeo explicamos en qué consistían los intercambios Neto-Cillessen y Pjanic-Arthur. Los dos porteros, sin ser de primer nivel, están entre los 10 traspasos de porteros más caros de la historia, luego son precios inflados, no hay gran cosa que analizar. Con la plusvalía ficticia contabilizada (de unos 25 millones de euros), el club esquivó los números rojos y sus directivos evitaron tener que avalar las pérdidas con su patrimonio:

El intercambio Arthur-Pjanic con la Juventus se hizo por unos importes aún mayores, de unos 70 millones de euros. Precisamente este traspaso, considerado fraudulento por las autoridades italianas, es el que ha motivado la sanción de pérdida de 20 puntos para la Juventus. En el país origen de la mafia se sanciona a los infractores. En España no ha pasado nada. Y la omertá impuesta es la envidia de la Camorra.
Dejamos otros temas en el tintero, como los apaños que toleró LaLiga para que el Barça pudiera inscribir a sus fichajes el pasado verano. El Barça tenía que rebajar su masa salarial para ajustarse a los parámetros económicos de LaLiga y de ahí su empeño por quitarse a jugadores con sueldos altos, como Frenkie De Jong o Piqué. El Barça había llegado a acuerdos para diferir los salarios de los futbolistas y en algunos casos, sus sueldos eran crecientes como el del neerlandés. Pero este no quiso aceptar el traspaso propuesto y el Barça tuvo que buscar otras fórmulas de dudosa legalidad. El despido sin indemnización de Mattheus le permitió quitarse de golpe una ficha, aunque no se entiende que LaLiga admitiera ese movimiento, porque apenas cuatro meses después, como era de esperar, la Justicia dio la razón al jugador. O que se rebaje de la masa salarial la cesión de Umtiti al Lecce cuando la ficha sigue corriendo íntegramente por cuenta del Barça.
Pero Tebas tragó con todo y aceptó que el Barça inscribiera a todos los jugadores, si bien los culés rescataron su papel favorito: el de víctima perseguida por el sistema.
Las guerras internas entre clanes
A los que menos entiendo en todas estas historias es a los socios del Barça. Entre Laporta, Bartomeu, Rosell, Gaspart y Núñez están arruinando el club y terminarán en manos de un fondo extranjero, pero parece no importarles. Casi todo lo que sale del Barça es fruto de filtraciones internas o de ataques del otro «bando». En este segundo mandato, Joan Laporta encargó una due diligence sobre la gestión de Bartomeu y lo acusó de «administración desleal, apropiación indebida, alteración contable y simulación contractual», así como de haber causado un agujero injustificado de 30 millones de euros.

En su día fue Sandro Rosell quien realizó una due diligence sobre el primer mandato de Laporta y detectó pagos muy extraños, como entradas para conciertos de U2, jets privados o gastos excesivos asociados con una final de Champions. Luego todo se tapó porque seguramente de ahí no podía salir nada «bonito». Una vez visto lo que ha ocurrido con los Negreira, nos podemos temer cualquier cosa, por desgracia.

Hay una última historia que nunca he podido entender de manera completa y es la que llevó a Rosell a quitar la presidencia de Honor del Barça a una figura indiscutible en el barcelonismo como Johan Cruyff. Joan Laporta tenía negocios con Johan Cruyff en su despacho privado y firmó una sociedad en la que la pasta la pone el de siempre: Jaume Roures. Un socio culé, abogado para más señas, presentó una demanda contra el presidente y solicitó que se investigara si había habido administración desleal, falsedad documental y apropiación indebida, ¿les suena?

El artículo de opinión de hoy mismo de Salvador Sostres en el que acusa veladamente a Joan Laporta de cocainómano y de estar llevándose dinero de la comisión del fichaje de Lewandowski o de las futuras obras con la constructora Limak son un capítulo más de esta crónica sobre unas finanzas chapuceras, lindantes con el delito y que llevarán al club a convertirse en una sociedad anónima en manos de un fondo norteamericano. O catarí.
Quedan varios capítulos por escribir de esta historia, quizás para un siguiente vídeo. El escándalo de la compra de favores quedará en nada, para vergüenza de nuestra competición, pero la prensa no dirá nada. Está adormecida. Por cierto, el Barça pagó más de 7 millones de euros a medios de comunicación solo durante la era Bartomeu.
