El club de los currelas muertos (IX)

Planes propuestos por el club de lectura, cine y documentales El club de los currelas muertos para no ver el mundial de la infamia de Catar.

Acaba de finalizar la Semana Europea para la Reducción de Residuos (del 19 al 27 de noviembre), centrada en este año en la industria textil, una de las más contaminantes. No solo es una de las que más perjuicios causan al medio ambiente por la enorme cantidad de residuos que genera, sino también por el consumo de agua y productos químicos. Se estima que hacen falta unos 7.000 litros de agua para producir unos vaqueros y aproximadamente 2.700 litros para una camiseta, prendas que en muchos casos acaban en poco tiempo en un vertedero. El bajo coste de algunas prendas (camisetas a tres euros producidas en Bangladés, por ejemplo), las modas imperantes y cada vez más fugaces, y las dificultades para reciclar los materiales empleados provocan que cerca del noventa por ciento de los productos de la industria textil acaben en los vertederos. Un millón de toneladas al año.

Los residuos suponen otro más de los problemas no resueltos y de lentísimos avances en esta lucha que teórica y «marketinianamente» tenemos por la sostenibilidad. Si se avanza poco o con exasperante lentitud en las Cumbres del Clima (El Día de la Marmota del cambio climático), con los residuos puede estar pasando algo parecido. Hace un año por estas mismas fechas dedicamos un post entero al asunto: Reducir, reusar, reciclar… residuos, ¿recursos?. En este año no se han licitado los proyectos de tratamiento de residuos tan necesarios, los países no se han puesto de acuerdo en fijar aranceles verdes para los productos que vienen de fuera de la Unión Europea y que no cumplen los criterios medioambientales mínimos y solo se ha avanzado en la creación de nuevos impuestos: sobre el plástico y sobre el depósito de residuos en vertedero. Está bien eso de hacer pagar más por los residuos no tratados, pero no invertir en instalaciones necesarias para el reciclaje.

Como este es un club que se autodefine de lectura, cine y documentales, hoy proponemos un fabuloso mediometraje de Javier Fesser ambientado en un vertedero de Filipinas. El monstruo invisible, o cómo crear belleza en un vertedero putrefacto y con unos niños que carecen de lo más elemental.

Sobrecogedor. Maravilloso. Con la sensibilidad de Javier Fesser. 39 premios internacionales desde su estreno en septiembre de 2019. Tuve la suerte de ver un pase privado con uno de los productores de la película. La piel de gallina todavía.

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