Por sorprendente que pudiera parecer hace apenas diez días, Donald Trump será, como nos hemos hartado de oír, «the next President Of The United States». Igual que en los días previos a las elecciones solo se hablaba de lo nefasto que era este maleducado millonario, desde entonces se han sucedido los análisis de todo tipo intentando explicar las causas de su victoria. Desde Europa, o desde España al menos, no dejaba de sorprendernos que un tipo racista, misógino, defraudador, enemigo de la prensa que no es de su cuerda, empresario sin escrúpulos y muchas más cosas, todas ellas terribles, pudiera tener opciones de competir por la carrera presidencial. No digamos ganarla.
La mayor parte de los análisis posteriores al 8-N coincidían en una cosa: desacreditar a los votantes de Trump. John Carlin hablaba de «los analfabetos políticos que votaron a Trump» y Rosa María Artal decía que «los indigentes intelectuales han encontrado a su líder«, por citar solo dos ejemplos. La mayoría de análisis iba en esa línea de pensamiento. Un tertuliano de la radio, de esos que saben hablar de absolutamente todo, hablaba con desprecio de los rednecks (paletos) y otro decía que «los granjeros del Medio Oeste habían aupado a Trump». Hombre, señor sabelotodo, no hay 60 millones de granjeros en Estados Unidos, permítame que se lo diga.
Habrá que analizar con más detenimiento cómo un tipo así ha podido llegar a un puesto como este, desde el que podrá pulsar el botón nuclear, dirigir la estrategia militar en Oriente Medio o marcar las pautas del comercio mundial. Pero el fenómeno de desacreditación del votante es preocupante, el miedo del poderoso a dejar que la mayoría decida. Todo el que no vota como yo es imbécil. En España jugamos a lo mismo, «cómo es posible que siga habiendo gente que vote a Rajoy» o «cómo es posible que los podemitas sigan teniendo tanto apoyo». Oyendo a algunos, al final vamos a replantearnos seriamente seguir con un sistema democrático, porque parece que las masas, las mayorías, no tienen ni puta idea de lo que les conviene.
Creo que hay que hacer un análisis mucho más riguroso y dudo que seamos capaces de hacerlo desde aquí. Contamos con una información totalmente dirigida, orientada, y con la misma nos resulta imposible entender cómo Donald Trump, George W. Bush o un actor como Ronald Reagan han podido llegar a presidentes, o cómo es posible que el don de lenguas de una becaria de la Casa Blanca o los líos de faldas de Gary Hart en su día sean tan importantes a la hora de decidir la presidencia de la primera potencia del mundo. Esta misma semana hemos oído a Donald Trump que va a expulsar del país a dos millones de inmigrantes irregulares con delitos, «o quizás tres», y algunos ya han puesto el grito en el cielo. A lo mejor esos tertulianos desconocen que durante los ocho años de Obama dos millones y medio de irregulares han sido expulsados del país, pero uno es Premio Nóbel de la Paz y el otro es un tarado.
Antes de seguir voy a dejar clara una cosa: Barack Obama era una gran esperanza para todos, un buen tipo con principios morales y repleto de buenas intenciones al que no le han dejado hacer casi nada (si la cara es el espejo del alma, la suya refleja el feroz desgaste), y Trump me parece todo lo contrario, la clase de empresario sin escrúpulos que tanto aborrezco, uno de esos bocazas machistas sin clase alguna. Lo que trato de entender es a esos 60 millones de votantes sin desacreditarlos, intento averiguar cómo se lleva a la presidencia a tipos tan siniestros como Trump o como George W. Bush en su día.
Y lo cierto es que me cuesta entenderlo a distancia y con la información que recibimos. Lo de George W. Bush jamás lo entendí, porque además se le eligió dos veces. Todavía se puede entender la primera elección tras un enorme proceso que muchos calificaron de fraude (yo también), en el que su hermano Jeb, gobernador de Florida, expulsa del censo a más de 150.000 votantes durante los meses previos a las elecciones e inventa las papeletas mariposa que llevan a un error a entre el tres y el cuatro por ciento de los votantes demócratas (porcentaje calculado en función de los votos recibidos por Pat Buchanan en otros estados). La decisión final del recuento de Florida (porque tampoco coincidían los votos nulos y los válidos) quedó en manos de la Corte Suprema, en la que más de la mitad de los miembros habían sido designados por George Bush padre. Todo quedó en familia y Bush alcanzó la presidencia. Pero con todo eso, con el 11-S en mitad de su primer mandato y con su incapacidad para todo, jamás logré entender que fuera reelegido cuatro años más tarde.
Unos días después de las pasadas elecciones del 8-N conocimos algunos detalles sobre el voto que nos demostraron que en la mayoría de los casos ni eran granjeros, ni eran paletos, ni analfabetos los que auparon mayoritariamente a Donald Trump a la presidencia. Según algunos análisis, el 53% de las mujeres sin estudios votaron a Trump, así como el 43% de las que tenían estudios superiores y cerca de un tercio de los latinos (pese a los ataques que les dedicó).
En economía a veces para entender la macro hay que acudir a la micro, a pequeños detalles. Para las elecciones americanas, me puede valer una estrategia similar. En mi caso, seguí buena parte de la campaña a través de las magníficas crónicas de Rafa Panadero en la Cadena Ser, huyendo de las grandes cifras y porcentajes, y buscando las pequeñas historias que nos ayudaran a comprender lo que estaba a punto de suceder. Y el tufillo que desprendía no era bueno. Desde el indeciso de Lancaster hasta las dudas de los demócratas de Monessen, pasando por el cambio de mentalidad de los habitantes de Barrackville y por extensión del estado entero de Virginia Occidental. Muy interesante la visión de los demócratas que quedan en Arkansas, el pesimismo del que fuera feudo de los Clinton, o el desencanto de los latinos de Florida con la administración Obama.
Gracias a esas pequeñas historias podías palpar el modo de pensar de algunos votantes que, bien por desencanto hacia los demócratas o bien por el ansia de cambio, finalmente se decantaron por Trump, y por extensión llevaron a este a la presidencia. El Nóbel de la Paz, nuestra gran esperanza, no cerró Guantánamo en ocho años, permitió el programa de espionaje masivo de la NSA, inyectó millones de dólares a una banca de inversión que nos llevó a una crisis descomunal, aprobó las mayores ventas de armas a Oriente Medio de la historia y logró una reforma de la sanidad muy rebajada respecto a las expectativas iniciales. En mi modesta opinión creo que más que a favor de Trump muchos norteamericanos votaron contra ese sistema. Contra el establishment que Hillary Clinton representaba mejor que nadie.
A veces las obras de humor, las parodias, explican la realidad mejor que cualquier sesudo análisis. Yo me quedo con el discurso del personaje interpretado por Sacha Baron Cohen en El dictador (2012), cuando defiende ante Naciones Unidas las bondades de la dictadura frente a la democracia y aparentemente sin querer describe… mejor lo dejo:
En esa triste realidad se ha convertido Estados Unidos. Veremos qué queda después de cuatro años del siniestro Trump.
Michael Moore predijo días antes de las elecciones que Donald Trump ganaría («The Hillary problem», entre otras razones) y unos pocos días después realizó un llamamiento para que el electorado liberal afronte una serie de tareas dirigidas fundamentalmente a hacer con Trump lo que los republicanos hicieron con Obama: dificultar su gobierno, impedir que se apliquen determinadas políticas, esas que han hecho que en Europa nos llevemos las manos a la cabeza.
Allan Lichtman, el historiador infalible, el profesor de la American University que lleva 32 años acertando los pronósticos electorales en Estados Unidos con un curioso cuestionario, victoria de Trump incluida, ha dicho esta misma semana que Trump no acabará su presidencia porque será apartado del cargo tras un proceso de impeachment. Ojalá.
Me da miedo este tío. No hay más que ver quiénes han celebrado su nombramiento para echarse a temblar: Nick Farage, Marine Le Pen, Vladimir Putin. El hortera de los casinos ha llegado al poder, el nuevo POTUS. Confío en los mecanismos de control del Congreso de Estados Unidos para que no le den mucho carrete, para que le tengan la correa siempre tensa. Por el bien de todos.
En su día otro presidente norteamericano (Ronald Reagan) fue igualmente muy mal recibido por el así llamado «mainstream» que yo libremente traduciré por «progresía». Se nos dijo entonces que Ronni era la quinta esencia del capitamismo, un actor de segunda fila, inculto, con modales de cowboy etc. A este presidente le debemos en gran parte el golpe definitivo que hizo caer el comunismo. Indudablemente tuvo la suerte de coincidir en labores de liderazgo mundial con otro fuera de serie: Margaret Thatcher. Eso si que fue un encuentro cósmico y no el de Pajín a cuenta del tandem Obama-ZP.
A J.F. Kennedy se le recuerda entre otros, por la frase que pronunció en los 60′ ante el muro de Berlin «ich bin ein berliner». El pobre lo que quiso decir es «soy un berlinés», la típica frase solidaria-buen rollito tan progre. Me quedo con la que dijo Ronald Reagan en el mismo sitio algunos años después: «Mr Gorbatschow, tear down this wall» o sea «señor Gorbachov, tire este muro». Nada de buen rollito ni solidaridad, resolución.
En fin, Trump parece es un bocazas de reconocida solvencia. Está por ver que es lo que hace. Para mí Obama ha sido un bluff. Deja el mundo y a su país bastante peor que lo que se lo encontró. Los que engañó con aquello del «yes, we can» se han hartado de él y han votado a Trump, eso es todo.
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Creo que la caída del comunismo era cuestión de tiempo y que su decadencia venía de mucho tiempo atrás, de antes de la llegada de Ronald Reagan. Era un sistema insostenible y Ronnie, junto a Thatcher, fue solo otro de los rivales que contribuyeron a su caída (hay quien incluye al Papa Wojtyla), pero creo que era cuestión de tiempo. Los dirigentes soviéticos eran cada vez más ancianos y encerrados en un mundo anclado varias décadas atrás. Al viejo Breznev le sucedió un anciano Andropov, y a este un Chernenko que apenas duró un año. Era 1985 y yo creo que el golpe definitivo le llega al decadente régimen con el accidente de la central nuclear de Chernóbil en 1986. Gorbachov inició el proceso de cambio y apertura poco después.
Ronald Reagan trajo una época de enorme desregulación que hizo las delicias del capitalismo más feroz, ese del boom momentáneo que produjo tantos millonarios en Wall Street, con independencia del funcionamiento de la economía real. Tengo serias dudas de que Trump tenga esa «reconocida solvencia» que comentas. Que tiene olfato para los negocios no lo dudo, pero ya nació como hijo de millonario, y ha llevado a su grupo hasta tres veces a la quiebra. Que se recupere «milagrosamente» me recuerda a las recuperaciones de Ruiz Mateos: ¿milagro, trabajo y constancia, o dinero evadido en paraísos fiscales? Que Trump haya presumido de su aprovechamiento de «técnicas fiscales» para justificar la elusión fiscal (no necesariamente evasión) me hace dudar más aún de él. Entiendo perfectamente el desencanto del votante demócrata (Obama ha sido un bluff, totalmente de acuerdo), pero no soy capaz de entender que tantos millones de personas crean que la solución está en un tipo como Donald Trump. Saludos.
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Yo creo que el comunismo no se derrumbó principalmente por motivos biológicos (la ancianidad de sus dirigentes) sino porque este sistema, además de ser el que más muertos originó en el pasado siglo, sobre todo atenta contro el derecho fundamentalmente de todo ser humano: su libertad. Un sistema que decide que se piensa, dice, cultiva etc está condenado al fracaso. No obstante, Ronnie. Maggie y otros pocos estuviero en la contra y presionaron lo suyo para que esa pesadilla desapareciera, a esa contribución me refiero. El bluff Obama deja un mundo con una nueva organización criminal a la que no ha sabido combatir: estado islamico, al último vestigio prosoviético que es el regimen cubano le ha dado oxígeno, el otro gran bozacas de Putin se anexiona Crimea y aquí no pasa nada, etc. No veo a este señor que haya desempeñado las labores de lidrazgo mundial que se le presumen a un país como los USA, Carter era igual o más débil que Obama hasta que llegó Ronnie y con el «born in the USA» de Springsteen recuperó el orgullo de los ciudadanos de esta gran nación. En cuanto a Hilaria, puede que ho haya estado a la altura y creoq ue en definitiva se trataba de una candidata «de cuota», nada que ver ni con Maggie ni con Angie
Sigo creyendo que Trump es un bocazas de reconocida solvencia como tal, alo mejor no has entendido mi ironía
Lo que me sorprende son los comentarios (en este mismo foro sin ir más lejos) que dicen que a Trump hay que inhabilitarlo. Bueno, yo espero que llegado el caso se le inhabilite si comete alguna ilegalidad, pero no antes. Fue Clinton el que estuvo a punto de ser inhabilitado por no se que actividades… inapropiadas, pero el progresismo eso no lo recuerda, como tampoco recuerda que fue Bill el que inició la construcción del muro en la frontera con Méjico. Hombre, que a Obama no le han dejado hacer ¿en 8 años? ¿que necesitó, un plan quinquenal? pero si estuvo a punto de mandar hace unos pocos años a los EEUU a la bancarrota.
Gracias por tu análisis, saludos
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Gracias a ti por el tuyo, Pedro, siempre es interesante confrontar opiniones. Ahora entiendo lo que querías decir con lo de «bocazas de reconocida solvencia», todo en uno y no un «bocazas» y además «de reconocida solvencia». Me queda claro.
Yo creo que en este foro no se está diciendo abiertamente que haya que inhabilitar a Trump, sino que transmite lo peor de lo peor y ojalá se le termine inhabilitando antes de que lleve a cabo algunas de sus ideas. Ha sido elegido democráticamente y hay que respetar esa decisión, si bien, tiene pinta de que en cualquier momento se va a salir de madre y va a tener que ser inhabilitado, y algunos lectores han dicho que «ojalá». El profesor Allan Lichtman, al que menciono en el post por su infalibilidad, dijo ayer que «Trump ha mostrado numerosas veces ser alguien que respeta poco la ley. El Departamento de Justicia demostró que discriminaba contra afroamericanos en los procesos de contratación en sus compañías. Su fundación (Fundación Trump) no está registrada como una ONG en el Estado de Nueva York, donde opera, algo que es ilegal. Se ha demostrado que esta misma fundación hizo donaciones ilegales a la campaña del magnate. Hay mucha evidencia de que Trump también usó esta fundación para pagar deudas personales.
Trump también violó el embargo de Cuba cuando eso era un delito serio. 12 mujeres han alegado que él les acosó sexualmente, alguna de ellas podría denunciarle. Y no olvidemos que fue la denuncia de Paula Jones la que abrió la puerta al impeachment de Bill Clinton.«.
Respecto a Obama, el control de las cámaras estaba en manos republicanas, además de que hay una serie de «demócratas» que votaban sistemáticamente en contra de las propuestas de su propio partido. Tampoco creo que se le pueda reprochar a Obama totalmente la desastrosa situación económica, que viene sobre todo de una desregulación que permitió todo tipo de operaciones especulativas y una burbuja de deuda y «humo» financiero (derivados, CDS, swaps, he trabajado con varias de estas herramientas de «cobertura» y siempre pienso que son un fraude).
Y sobre el muro que inició Clinton y ya está construido en buena parte, un poco de humor, te dejo un vídeo: https://youtu.be/tCc0B45Y0vU
Saludos.
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Aunque suene cómico, Trump ha conseguido calar un mensaje esperanzador centrado en el ejercicio de proteccionismo y ataque a grandes corporaciones. La gente parece expectante y no demasiado preocupada, en cierto modo, por el temor que despertaban las políticas defendidas por Clinton. Me entristece que la posibilidad de que una mujer llegase a alcanzar por primera vez la Presidencia de la mayor potencia mundial, no haya despertado ningún tipo de ilusión, y creo que las medidas de Trump consistirán en un ataque deliberado a los más vulnerables (aunque muchos hablen de contrapoderes que no permitirán llevarlas a cabo). Ojalá me equivoque. Gracias por compartir tu análisis, Josean! Saludos!
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Ojalá te equivoques, Roca de Telmo, ojalá. Más que un ataque a los más vulnerables parece que las políticas se van a centrar en una rebaja de impuestos a los que más tienen, y eso que en Europa se traduciría en una reducción de los servicios sociales, en Estados Unidos, que no son precisamente fans de los mismos, llevará a aumentar esa enorme brecha que posibilita que, como dice El dictador Baron Cohen, el 1% de la población acumule el 99% de las riquezas.
Sobre el proteccionismo tengo curiosidad. En los reportajes de Rafa Panadero en la SER puedes leer varios casos de zonas que en el pasado fueron industriales y ahora están deprimidas, con buena parte de sus habitantes desempleados, los mismos habitantes que luego van al Wallmart y se encuentran con que todos los productos están fabricados… en China. Te confieso una cosa: sí tengo curiosidad y mucha por ver cómo va a combatir Trump la «invasión» china, como va a aplicar esas políticas proteccionistas que harán «America great again». Desde hace años yo abogo por el proteccionismo en España frente a esa invasión china.
Respecto a la poca ilusión que despertaba que Hillary alcanzase la Presidencia, yo creo que no es una cuestión de sexos, sino de reconocimiento a una valía. O de confianza. Margaret Thatcher y Ángela Merkel, por ejemplo, son dos líderes (¿o lideresas?) fuertes y contrastadas, mientras que Hillary perdió ya las primarias con Obama y ahora ha perdido con un candidato que a priori parecía más una broma que una realidad. No parece una candidata de fiar y eso ha resultado ser demasiado para unos votantes hastiados de ocho años de crisis. Saludos.
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Estimado Josean,
La gente está cansada de las mentiras de los políticos, del control de las elites sobre estos, de los abusos de las corporaciones, de los tratados de comercio internacional que permiten llevarse las industrias allí donde la mano de obra es prácticamente esclava dejando tras de sí, desempleo y precariedad, de perder derechos sociales y calidad laboral, del aumento de la precariedad laboral, del aumento del desequilibrio entre los que cada vez tienen más y los que cada vez tienen menos. La gente está cansada de políticos que llegan al poder prometiendo una cosa y haciendo otra muy diferente cuando llegan al poder. Mucha gente ha votado contra el orden establecido porque prefieren arriesgarse con un, como tú le llamas, embaucador, tramposo, racista y misógino que seguir como están. Creo que el mayor defecto de Trump es su egocentrismo. Ese egocentrismo le hará querer pasar a la historia. Como internamente no creo que le vaya a ir bien, va a tener un país dividido y con muchas políticas que pueden crear un grave problema económico interno. Además, estoy seguro que saldrán muchos casos de estafas o corruptelas del susodicho lo que le puede llevar a la inhabilitación. Así que intentará pasar a la historia en política exterior. Y cómo puede pasar a la historía en política exterior? No sé, habrá que ser imaginativos, pero que los enemigos de EEUU se anden con cuidado que a este le van a sobrar excusas para montarla.
Un saludo,
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Decía que yo también creo que la justicia terminará inhabilitándolo por alguno de los muchos casos de estafas o engaños que salgan lo que generará mayor caos y desorden interno. Este personaje se cree tocado por la mano de Dios y no va a permitir salir por la puerta de atrás sin dar guerra. Ya lo dijo en la campaña, sólo reconocería el resultado de las elecciones si ganaba él. Esa frase dice mucho de Trump y de lo que va a pasar si lo intentan destituir.
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Se le ha comparado con Jesús Gil o con Berlusconi, o yo mencionaba en otro comentario a Ruiz Mateos. Son tipos tramposos, sin escrúpulos, acostumbrados a hacer lo que les plazca, ya sea ocultar dinero o eludir el pago de impuestos. Y todos ellos coinciden en desacreditar a la prensa, los votantes o los políticos de los otros partidos, cuando estos no estaban de su lado: todo está manipulado, el gobierno está en mi contra. Me asusta lo que pueda hacer en política internacional, donde parece no saber más que dónde están ubicadas sus 110 empresas. ¿Buscará favorecer los países en los que tiene negocios? Ya le pasó un facturón al propio Partido Republicano por utilizar sus sedes para la campaña, así que no veo por qué iba a cortarse ahora.
Como dices en tu anterior comentario, la gente ha votado contra el orden establecido, lo acojonante es que consideren que Trump es la única alternativa posible. Y respecto a las mentiras que dicen los políticos, se ha recordado mucho lo que dijo Trump hace años, en 1998: «Si tuviera que presentarme a las elecciones, lo haría con el Partido Republicano. Tienen a los votantes más tontos del país. Se creen todo lo que dice Fox News. Podría mentir y seguirían tragando. Apuesto a que mi resultado sería fabuloso«. Pues bien, esta frase es falsa, nunca fue pronunciada por Trump, aunque lo cachondo es que nos pareció veraz desde el primer minuto. Al final una mentira sobre un político mentiroso ha terminado por ayudarle, como cada ataque que se ha hecho contra su persona. En fin, cruzaremos los dedos y veremos. Como creo que andas por USA, ¡cuidadito que con tu apellido igual te deportan a un país que no es el tuyo!
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