En el momento en que empiezo a escribir esta entrada, el ManU de Mou acaba de vencer 2 a 0 al City de Guardiola. Es un partido amistoso de pretemporada que a nadie debería interesar demasiado, y sin embargo, uno lee las redes y parece que jugaran el Madrid y el Barça, tal es la devoción y rechazo que despiertan sus entrenadores. Para sus detractores, uno siempre será Llourinho o Cagourinho por sus quejas y sus estrategias amarrateguis, y el otro será eternamente Guartrolas o Guardrolona, por su falsedad y sus coqueteos con sustancias prohibidas.
No cabe duda de que ambos son grandes entrenadores con un palmarés envidiable, pero como mantuve en la primera parte, el portugués será visto siempre como un villano y el catalán como un genio moderno del fútbol total. Y no es así, por mucho que se empeñe la prensa «oficial». Imaginemos si los titulares fueran de otro estilo, por ejemplo:
- El experto en resucitar equipos rentabiliza las inversiones millonarias del United con tres títulos en una temporada.
- El entrenador del positivo por nandrolona se queda en blanco pese a la inversión multimillonaria y para desviar la atención se mete en política a decir gilipolleces.
La primera temporada de ambos en Manchester, por ejemplo, ha sido vista como un fracaso y se les ha puesto en el mismo plano, pese a que el City se ha quedado en blanco, mientras que el United ha conquistado 3 títulos. Sí, es cierto, no son los títulos más importantes (la Community Shield, la EFL Cup y un título europeo, la Europa League, que abre la puerta a conseguir otro, la Supercopa europea), pero lo que no he oído todavía a ningún periodista es decir que Jose Mourinho es el primer entrenador en la historia del Manchester United que logra 3 títulos en su primera temporada al frente del equipo. La revista de fútbol Panenka, «el fútbol que se lee» (aunque se lee con una visión sesgada hacia el bando culé), cae en ese error de poner sus temporadas al mismo nivel en La guerra de Manchester: Capítulo II.
No trato de demostrar quién es mejor o peor entrenador, o quién me cae mejor o peor, porque como todos los lectores saben, no soy objetivo ni lo intento. Lo que sí voy a hacer en este artículo es tratar de situar a cada uno en el lugar que debería, al «villano» mucho más arriba y al «niño perfecto inventor del fútbol» en un lugar muy inferior al pedestal divino en el que sus palmeros le sitúan. Uno ha asumido riesgos en su carrera y el otro siempre ha pisado terreno seguro.
No me gustan mucho estas clasificaciones, porque mezclan churras con merinas y suman Supercopas nacionales a Champions como si valieran lo mismo, pero en cualquier caso me voy a valer de la estadística. Ambos entrenadores pertenecen al selecto top ten de entrenadores con más títulos de la Historia:
- Álex Ferguson: 49 títulos, 40 de ellos con el United. 2 Champions.
- Mircea Lucescu: 32 títulos, 1 Europa League con el Shaktar Donetsk.
- Valeri Lobanovski: 28 títulos, entre ellos 2 Recopas de Europa con el Dinamo de Kiev.
- Ottmar Hitzfeld: 26 títulos. 2 Champions con el Borussia y el Bayern de Múnich.
- Jock Stein: 26 títulos, 1 Copa de Europa con el Celtic de Glasgow.
- Jose Mourinho: 25 títulos, entre ellos 2 Champions con el Oporto y el Inter de Milán.
- Giovanni Trapattoni: 23 títulos. 1 Copa de Europa, 1 Recopa y 3 Copas de la UEFA.
- Walter Smith: 22 títulos, 21 de ellos con los Rangers escoceses.
- Pep Guardiola: 21 títulos, 14 con el Barça, entre ellos 2 Champions, y 7 con el Bayern.
- Bob Paisley: 20 títulos con el Liverpool, en la era dorada de las 3 Copas de Europa.
Siempre he creído que entrenar a un equipo grande debe de ser más fácil que a uno pequeño en lo que a táctica o estrategia se refiere, porque no hay que innovar de modo especial sino que su mayor dificultad radica en el control de todo el entorno (prensa, directivos, afición, egos de los futbolistas). Así lo dije en mi defensa de Zizou al poco de ser nombrado como entrenador del Madrid. Mou y Pep han aportado mucho a sus clubes, aunque conviene recordar también qué encontraron al llegar a los mismos y qué quedó tras su paso.
Sus inicios
Mou comenzó como asistente y traductor de Bobby Robson en el Sporting de Lisboa, el Oporto y finalmente el Fútbol Club Barcelona. Como primer entrenador, tras un breve paso por Benfica y Leiria, llega a un Oporto hundido en la clasificación en enero de 2002, lejos de los puestos europeos. Consigue 11 triunfos en 15 partidos para acabar tercero y meter al club en Europa. En su segundo año gana la Liga portuguesa con récord de puntos (86 de 102 posibles), la Copa y la UEFA. Al siguiente (2004) logra de nuevo la Liga portuguesa y contra todo pronóstico, la Champions, al derrotar en la final al no menos sorprendente Mónaco.
Pep llegó al Barça en verano de 2008 y desde el principio tuvo claro que debía apoyarse en el mejor jugador que iba a tener en toda su carrera, Messi, y prescindir de todos aquellos tipos de peso en el vestuario, como Ronaldinho, Deco y Eto’o, aunque este aguantó un año más y fue clave durante toda la temporada. Embelesó a la prensa con su discurso falsamente respetuoso y todo le salió de cara, empezando por la nefasta temporada del Madrid (eliminado en Champions por el «chorreo» del Liverpool y en Copa por el Real Unión de Irún), aprovechando el Villarato en estado puro y culminando con «el escándalo de Stamford Bridge«.
La temporada anterior del Barça había sido decepcionante, y de ahí el enorme mérito de Guardiola, que lo ganó todo en su primer año, pero conviene recordar que ya en 2006 el Barça había logrado la Champions con Frank Rijkaard en el banquillo. Era un equipo sólido, con la base bien formada, y Guardiola tuvo la suerte de contar con los mejores años de Messi, Iniesta y Xavi Hernández, entre muchos otros. Supo integrar a los jóvenes del filial como Busquets, Piqué o Pedro, y trajo el fútbol de toque y posesión. Lo peor, su nulo acierto con los fichajes (Chygrinskyi, Hleb, Cáceres, tampoco encajó bien a los cracks Ibrahimovic y Touré), y según mi criterio, la lamentable creación de la escuela culé de teatro, con Dani Alves como mejor actor.
Su consagración
Los buenos resultados de Mou en el Oporto le abrieron las puertas del Chelsea de Abramóvich, el multimillonario ruso empeñado en situar a los londinenses entre los mejores de Europa. Era 2004 y el Chelsea llevaba 50 años sin ganar la Premier. Lo voy a repetir de nuevo: ¡50 años sin ganar la Premier! En su primer año se la llevó de calle batiendo el récord de puntos (aún vigente). Ganó también la Copa de la Liga y se le escapó la semifinal de Champions ante el Liverpool de Rafa Benítez que acabó proclamándose campeón. En esa semifinal fue eliminado por un gol fantasma de Luis García, quizás el primero de los sonados errores arbitrales de los que tanto se ha quejado siempre el entrenador luso:
Repitió triunfo al año siguiente en la Premier League, y dejó el club en septiembre de 2007 con seis títulos en tres años, todo un logro después de la sequía de años. El equipo que quedó en manos de su segundo, Avram Grant, llegó a la final de Champions y solo un resbalón de John Terry en la tanda de penaltis le privó del triunfo.
En 2008 Mourinho llega al Inter de Milán, con el que logra dos Scudettos consecutivos, una Copa de Italia y devuelve a lo más alto al equipo italiano al vencer en la final de Champions al Bayern de Múnich, ¡45 años después del último triunfo de los italianos! En semifinales derrota al Barça de Pep Guardiola 3-1 en Milán con un gol en fuera de juego (muy recordado) de Diego Millito. En la vuelta pierde solo 1-0 en el Camp Nou con un gol en fuera de juego (nunca mencionado) de Piqué, y tras aguantar una hora con diez (un clásico en Europa) por la sobreactuación mítica de Busquets. Fue la noche de los aspersores.
El Barça de Pep ganó tres títulos de Liga consecutivos, con récord de puntos en el segundo de ellos, 99, y un gran juego ofensivo que le permitió llegar a 105 goles, a solo 2 del récord del Madrid de Toshack.
En 2010 Mourinho llega al Real Madrid para cambiar la dinámica derrotista (seis años seguidos eliminado en octavos de Champions, hasta el punto de perder la condición de cabeza de serie), frenar al Barça y pese al sopapo que se llevó en su primer duelo directo (5-0), lo logró en parte con la victoria en la Copa del Rey (1-0) en Mestalla, primera Copa del club tras 18 años.
Las semifinales de la Champions de 2011 contra el eterno rival están marcadas para siempre por la expulsión de Pepe tras las tres vueltas de campana sobre sí mismo de Dani Alves, que al minuto ya corría con la alegría de Heidi por la pradera. Aquella fue la noche de los ¿por qué? del portugués, que dejó dardos que el tiempo ha ido confirmando: el poder de Villar en la UEFA, el saldo arbitral, la relación con los directivos europeos que confirmó el vicepresidente del Barça Alfons Godall,… El gol anulado a Higuaín en la vuelta no fue un error, lo tengo muy claro. El equipo de Mourinho no fue mejor que el Barça en la eliminatoria, pero no podía pasar.
En su segunda temporada al frente del Madrid, logra el récord de puntos (100) y goles (121) de la competición, mejorando los registros del equipo de Pep, ese que algunos querían denominar «mejor equipo de todos los tiempos», seguramente los mismos que quisieron encumbrar a la categoría de dream team a un buen equipo sin más. A la mayoría de periodistas les cuesta reconocerlo, pero la mejor temporada de Liga de la historia fue la del Madrid de Mourinho.
Con su victoria en la Supercopa del año siguiente, Mou se convierte en el único entrenador que consigue Liga, Copa y Supercopa en 4 países diferentes (Portugal, Inglaterra, Italia y España).
Que el Barça de Messi era una máquina de jugar, hubiera o no entrenador, se demostró un año después cuando el equipo, entrenado por Tito Vilanova, alcanza los mismos 100 puntos con el entrenador tratándose su enfermedad en Estados Unidos. Algo parecido se ha visto estos años de Luis Enrique, el entrenador que se limitó a no tomar decisiones desde aquel partido en Anoeta en su primera temporada. Y sin embargo llegaron los títulos: 2 Ligas, 3 Copas, 1 Champions,…
La vida fuera de Madrid y Barça
Guardiola se toma un año sabático y llega al Bayern de Múnich que había dejado Heynckes como mejor equipo del mundo, campeón del triplete de Liga, Copa y Champions. Se queda prácticamente sin rival en Alemania al fichar a dos de sus mejores jugadores, Götze y Lewandowski. Por supuesto que gana la Bundesliga los 3 años en que entrena a los muniqueses (más 2 Copas), pero igual que la ganó Heynckes antes de su llegada e igual que lo ha hecho Ancelotti sin despeinarse la ceja a su salida. Fracasa en Europa los tres años, regalando a los madridistas el partido más plácido de la historia en Múnich, 0-4 en la vuelta de las semifinales. Ganó la posesión de balón, dato «fundamental», como destacó Xavi Hernández en las semifinales que perdió el Barça 0-7 contra el Bayern de Heynckes.
Mou por su parte, dejó el Madrid para volver al Chelsea, y en su primer año se le escapó la Liga en las últimas jornadas, si bien en el segundo logró la Premier (5 años después) y la EFL Cup. En su tercer año fue cesado por los malos resultados en el arranque de la Liga, y ha acabado en el Manchester United, en el que, sin hacer una gran temporada, ha logrado 3 títulos.
Guardiola llega a Manchester el mismo año, al City, un equipo con mucha pasta y semifinalista de la Champions por primera vez en su historia. El equipo estaba entrenado hasta su llegada por Manuel Pellegrini, el mismo entrenador denostado que fue capaz de ganar la Premier y dos EFL Cup con el City, llegar a semifinales de Champions con el Villarreal o a cuartos con el Málaga (y no fueron semis por dos minutos fatídicos y la ceguera arbitral). Guardiola tira de talonario, como lo está haciendo esta pretemporada, y consigue CERO títulos. En Champions, el semifinalista cae en octavos, pese a que su cohorte de periodistas dijo que aquel equipo de Pellegrini era indigno, no como el del gran Pep.
En un partido llegué a ver al City sacar un córner en corto, y empezar a mover el balón hacia atrás, hacia atrás, hasta terminar en su propio portero. Una hazaña increíble en el fútbol inglés, los espectadores se miraban alucinados diciendo que si esto era el fútbol moderno preferían el clásico de balón a la olla y que la gane el que más salte y mueva mejor los codos.
Nada podía manchar la figura inmaculada de Pep Guardiola, el hacedor del fútbol moderno, así que tuvo la genialidad de decir que el City era «como el Villarreal de la Premier», una broma se mire por donde se mire. Pep siempre ha ido a clubes seguros en los que contara con todo el apoyo de la directiva y con una cuenta corriente sin límite. En sus tres años en el Bayern fichó jugadores por un total de 203 millones de euros, y en su primera temporada en el City se gastó otros 200 en traerse a Nolito, Claudio Bravo, Stones, Gundogan y Sané. Como no ganó nada, este año lleva invertidos 40 en el portero Ederson, 50 en Bernardo Silva, 57 millones en Mendi, 35 en Danilo, 51 en Walker y 12 en Douglas Luis. En Villarreal se deben estar partiendo de risa con la comparación, que desmontó recientemente Maketo Lari con esta grandiosa comparación.
1. El Manchester City aparece en el primer puesto del ránking de inversiones netas de los últimos ejercicios:
2. El Villarreal aparece en esa misma lista en el puesto 180:
Supongo que dará lo mismo todo lo que diga, pero para terminar este exhaustivo examen a la carrera de ambos entrenadores, voy a hacer un ejercicio de averiguación. Se trata de saber si fue el villano o el niño perfecto el autor de lo indicado en la frase. Allá vamos:
- Después de cobrar de un régimen opresor como el catarí, dio un discurso en el que pidió ayuda a la comunidad internacional ante la represión que sufre el pueblo catalán.
- Reconoció que jugar contra 10 fue clave para que su equipo pasara la eliminatoria.
- Jamás se le oyó mencionar la ventaja de jugar contra 10, y tuvo más ocasiones que nadie para hacerlo.
- Le sancionaron por forzar una tarjeta de sus jugadores.
- No le sancionaron por forzar una tarjeta de sus jugadores.
- Reconoció que le molestaban los errores arbitrales, como a todos los entrenadores.
- Se lamentó del acierto del árbitro en una jugada que pudo ser decisiva para los suyos.
- La mayoría de los jugadores a los que ha entrenado le tienen en muy alta estima.
- Dio positivo en un control antidóping por nandrolona.
- Tuvo mensajes de cariño con Tito Vilanova, pese a sus conflictos en el pasado.
- No fue a visitar a Tito Vilanova durante sus meses de tratamiento en Estados Unidos, pese a que vivía en el país.
- Sus equipos llevaban años sin ganar y ha logrado éxitos en todos sus clubes.
- Sus equipos ganaban antes de su llegada y (está por ver el último) lo seguían haciendo después.
- Le parece una barbaridad lo que se está pagando por algunos jugadores y no se queja de su plantilla.
- Hizo trampas hasta para cumplir la promesa de subir a Montjuic si ganaban la Copa de Europa (el de la moto es Gaspart).
Evidentemente, si alguien tiene dudas, las pares corresponden a The Special One, y las impares al niño mimado de la prensa deportiva.
Tras las guerras los historiadores por lo general tratan de reescribir la historia con el fin de mitificAr a los héroes propios y hacer todo lo contrario con los del rival y tratar de minusvalorarse y hacer olvidar las gestas de estos. Lo que no se dAn cuenta es que a los que hemos vivido los acontecimientos no pueden borrarnos la memoria
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Exacto, lo has definido correctamente, y en esto del fútbol, los «historiadores» han mitificado la figura de Pep Guardiola y minusvalorado la de José Mourinho hasta niveles indignos. Menos mal que, como bien dices, los que hemos vivido los acontecimientos no olvidamos lo ocurrido, ni los atropellos sufridos. Entre esos «historiadores» abyectos incluyo a buena parte de la prensa de Madrid, esa misma que estos días dice que «lo de Villar apestaba desde hace años» y hasta hace solo 3 meses callaban o defendían a este como un directivo ejemplar.
Saludos.
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