Temporadón. A pensar en la siguiente

BARNEY, 21/06/2022

Si nos atenemos a lo que decían los «expertos» al principio de la temporada, la 2021-22 no pintaba bien para el Real Madrid, ni en fútbol, ni en baloncesto. Las plantillas estaban envejecidas y no se habían renovado de manera adecuada, los entrenadores Carletto y Laso eran cuestionados (¿y cuándo no lo han estado?) y el club no invertía más porque todo se centraba en la renovación del estadio. Ambos equipos podían competir por los trofeos nacionales, pero «no les daba» para Europa.

En los momentos complicados que suelen pasar todos los equipos a lo largo de un año, los más cautos comentan/comentamos que «las notas se ponen al final de la temporada», cuando las competiciones han concluido y se puede valorar el éxito o fracaso de los equipos. Este domingo pasado concluyó la Liga ACB de baloncesto con el brillante triunfo del Real Madrid sobre el F.C. Barcelona por 3-1. La Liga número 36:

Esta es la foto que subió el Real Madrid a sus redes sociales, en la que se muestra la plantilla que ha logrado ganar la Liga y la Supercopa de España, y que perdió en los últimos segundos la Copa del Rey y la Euroliga. En los meses de febrero y marzo, cuando el equipo acumuló una racha de 15 derrotas en 20 partidos, nadie daba un duro por este final de temporada. Si observamos la foto, en ella aparecen 16 jugadores: dos fueron apartados por Laso tras la juerga de Atenas (Trey Thompkins y Thomas Heurtel) y otros tres han sufrido lesiones de gravedad que los han apartado de la final (Randolph) o de varios meses de competición (Alocén y Williams-Goss). Para colmo de males, el entrenador Pablo Laso sufrió un infarto hace tres semanas, lo que hizo que el equipo fuera dirigido durante toda la final por su segundo, Chus Mateo. Alberto Abalde apenas ha podido disputar unos minutos durante la final por una lesión y Llull jugó tocado tras perderse el primer partido.

La capacidad de supervivencia y de reinventarse de este equipo es infinita. Esta temporada nos ofrecieron otro de esos momentos únicos del deporte, de los imprescindibles aunque finalmente no tuviera repercusión por la anulación de los resultados contra los equipos rusos. Me refiero al partido frente al CSKA de Moscú que la Euroliga no quiso cancelar por el positivo en covid de ocho jugadores del primer equipo. Aquel partido se jugó con cinco seniors (Tavares, Llull, Rudy, Williams-Goss y Taylor) y varios juniors en pista (Klavzar, Garuba, Vukcevic y Baba Miller). Y se ganó al todopoderoso equipo ruso de Shved, Kurbanov, Clyburn, Shengelia… El ejercicio de unidad frente a la adversidad de este equipo no tiene parangón (Orgullo blanco).

Con el triunfo en la Liga, Pablo Laso conquista su 22º título como entrenador, y lo hace a lo grande, tras derrotar con claridad a un Barça que llevaba un parcial de 11-3 con Saras Jasikevicius al frente, justo antes de la Final Four. En los cinco partidos posteriores, cuatro victorias para los de Laso y una sola para los culés, la del pasado miércoles, que contó con uno de esos arbitrajes de vergüenza en el que se vieron cosas inéditas, como que un bofetón a Causeur se saldara con triple y técnica a favor del Barça, o que se pitara personal en la jugada decisiva cuando el Madrid había capturado el rebote, no cuando teóricamente se había cometido. Vistas las imágenes varias veces y desde diferentes ángulos, no se aprecia contacto alguno. Cosas que pasan en ese «clásico» error de los últimos segundos en el Clásico del baloncesto.

La nota de la temporada solo puede ser un sobresaliente y no se alcanza la matrícula por los errores del último minuto en la final de la Euroliga. Una auténtica pena. Pocas veces he visto tan clara la posibilidad de ganar este título tan complicado (que se lo digan a Mirotic). Apenas ha acabado la temporada y las celebraciones por los éxitos y ya toca pensar en la próxima, en la que Alberto Herreros y Juan Carlos Sánchez llevan tiempo trabajando:

  • Jeffery Taylor: todo indica que no continuará en el equipo después de siete temporadas. Nunca estuvo entre mis jugadores favoritos, pero hay que reconocer lo mucho que aporta en defensa, así como con su famoso triple desde la esquina. Su exhibición en defensa en el tercer partido fue brutal y acabó exhausto. Un gran aplauso por sus años aquí, es uno de esos imprescindibles en una plantilla campeona, un jugador de equipo, que siempre aporta.
  • Fabien Causeur: no ha renovado todavía y es algo que espero que el club solucione pronto, porque, como se vio el domingo en el partido decisivo de la serie, pocos jugadores tienen su sangre fría para decidir en el tramo final. Cumplió 35 años durante la final de la ACB y a mí me encantaría que siguiera.
  • Llull y Rudy: durante muchos tramos de la temporada, multitud de aficionados madridistas han pedido que se les corte ya, que dejen paso a jugadores más jóvenes porque las piernas no les dan para competir al máximo nivel. Yo seguiría con ellos al menos un año más porque aportan mucho a la plantilla en cuanto a experiencia y saber enfrentar determinadas situaciones, ejercer de capitanes y líderes, no solo organizar barbacoas. Rudy (37 años) siempre ofrece un extra en defensa, es de los jugadores más inteligentes que existen para predecir por dónde va a ir el balón, y Llull (34) es el termómetro anímico del equipo. ¡Llull, Llull, Llull, Llull! Nunca le tiembla la mano para asumir responsabilidades. Junto con Causeur, los viejos rockeros que se resisten a dar su último concierto.
  • Heurtel y Thompkins: tendrán que salir y son dos jugadorazos. Lo del francés no extraña a nadie, puesto que ya salió mal de Vitoria y Barcelona, pero lo del norteamericano sorprende, en especial tras el cariño que mostró Laso con él y su situación personal en 2018.
  • Randolph: sinceramente no creo que vuelva. Tras superar la rotura del tendón de Aquiles y un año entero de baja, parecía haber vuelto a un nivel aceptable, aunque nunca el que mostró antes de la lesión. Ahora, tras la rotura completa del ligamento cruzado anterior de la rodilla izquierda y a punto de cumplir 33 años parece difícil que regrese a un buen nivel. Habrá que planificar sin contar con el bueno de Toñejo.
  • Adam Hanga: reconozco que su fichaje hace un año no me produjo una ilusión especial, pero los entrenadores saben mucho más que nosotros, los simples aficionados con ínfulas, y el húngaro ha sido fundamental para el título, para suplir todas las ausencias en el puesto de base. Parecía que en el intercambio Laprovittola-Hanga había salido ganando el Barça y sin embargo, en la final, el madridista ha sido claramente superior al argentino en todas las facetas del juego. Que siga, claro que sí, otro veterano (33 palos).
  • Tavares, Poirier, Gaby Deck, Yabusele, Abalde: con estos cinco al fin del mundo. Intensidad en defensa, calidad en ataque, edades idóneas que aúnan juventud y experiencia, y hambre, mucha hambre de títulos.
  • Alocén y Williams-Goss: una de las grandes dudas para la próxima temporada está en el puesto de base. El zaragozano es joven y tiene mucho que aportar, pero habrá que ver cómo vuelve de su grave lesión. El norteamericano no me convence, aunque Laso haya sabido sacar partido de su juego en momentos puntuales. Habría que empezar a dar minutos a Juan Núñez (18 recién cumplidos), quien ya ha demostrado tener calidad de sobra en los pocos minutos con los que ha contado.
  • Altas: se comenta que el Madrid ya tiene atados a Mario Hezonja y Dzanan Musa para la próxima temporada. Si así fuera, son dos grandísimos fichajes que complementarían una plantilla que tiene que iniciar otra renovación, la enésima. Musa tiene solo 23 años y ha sido el MVP de la pasada Liga ACB con el Breogán, pero eso no significa nada cuando entras en una plantilla como la del Real Madrid. Laprovittola también fue MVP con el Joventut y le costó mucho ganarse minutos con Laso. En cualquier caso, dos muy buenos fichajes. En cuanto al puesto de base, todo parece indicar que el Madrid puede tener cerrado al Chacho Rodríguez, una de mis debilidades de la etapa anterior de Laso, pero acaba de cumplir 36 tacos y no sé si es lo que la «renovación» de la plantilla requiere. Por otro lado, parece que el Madrid espera un gesto del Facu Campazzo para volver a Europa y a sus 31 años, tras haber sido el mejor base de Europa y con la experiencia de dos años en Denver, sería el base perfecto para completar una plantilla brutal. Veremos qué fichajes se concretan de estos cuatro, y si hay hueco y minutos para los prometedores jóvenes que ya han debutado con el primer equipo: Vukcevic (cedido al Partizan de Belgrado), Klavzar (solo le he visto en el partido del CSKA y me pareció otro gran proyecto de jugador), Garuba y Spagnolo.

Ancelotti y el equipo de fútbol

Que «el tiempo pone a cada uno en su sitio» es una frase que encaja como pocas en lo que viene siendo el Real Madrid y la opinión que del club tienen los periodistas deportivos patrios, los autoproclamados mejores del mundo. Que al Barça le iba a costar digerir la salida de Messi lo sabíamos cualquiera. También se sabía que contaba con muy poco margen de maniobra, dado que, entre el estratosférico salario del argentino, el del resto de capitanes y veteranos (Piqué, Sergio Roberto, Busquets, Ter Stegen y Jordi Alba) y los fichajes equivocados de los últimos años tenía la caja más esquilmada que cualquier equipo de Primera o Segunda descendido por deudas (Reus, Elche), así que los medios se volcaron con la cantinela de decir que el Atlético de Madrid tenía la mejor plantilla de España.

Que el Madrid no se había renovado de manera adecuada, que había apostado todo a Mbappé y se había quedado sin fichar (a mí me encantan Álaba y Camavinga) y que Carlo Ancelotti era un entrenador jubilado que venía a Madrid a disfrutar de un plácido retiro. El Barça empezó a pinchar, como se esperaba, pero ese súper Atlético de la mejor plantilla, también, así que los periodistas cambiaron casi al unísono a otro de sus mantras: «al Madrid le da para competir en España por lo mal que están Barça y Atleti, pero en cuanto salga a Europa tiene muy poco recorrido, si hasta el Sheriff Tiraspol los ha humillado en el Bernabéu». Ahí están las hemerotecas y los audios de Richard Dees. Decenas de minutos de radio dedicadas a menospreciar al trabajo de uno de los entrenadores más laureados de la historia. Que si tiene ideas antiguas, que no rota a los jugadores y en febrero se le va a caer el equipo, que la temporada es muy larga y no va a llegar, que lleva de segundo a su hijo en un caso claro de nepotismo…

No escuché nada similar de Xavi Hernández cuando se trajo a Barcelona a su hermano como parte de su equipo técnico. O del Cholo Simeone cuando convocó a su hijo Giuliano y lo hizo debutar. Si no hay ningún problema cuando hay calidad o trabajo, el problema es el doble rasero de la prensa. Siempre.

El Real Madrid ganó la Supercopa tras derrotar al Barça y al Athletic, se llevó la Liga de calle, con cuatro jornadas de antelación pese a competir con la todopoderosa plantilla del Atleti (a 15 puntos) y se llevó la Champions más inverosímil y disfrutable que hayamos visto nunca. La quinta desde 2014, una animalada. Para este escribidor/espectador que tardó 28 años en ver su primera Copa de Europa, y que había llegado a pensar que quizás no la disfrutaría nunca, esta Orejona, la octava que he presenciado, ha sido quizás la más gozosa, junto con la de Ámsterdam en el 98.

En el año en el que Ceferin y su colega Al Khelaifi quisieron expulsar al Madrid de la competición, en el que los clubes-estado se convencieron de que podían campar a sus anchas (las sanciones al PSG y al City quedaron en nada), cuando nos contaban que la mejor competición posible era la Premier y que su poderío físico y técnico iba a destrozar a este Madrid avejentado, en ese escenario improbable, el Madrid resultó vencedor en una serie de remontadas memorables. Llevándose por delante al Catar Saint Germain y a lo más granado de la Premier: Chelsea, Manchester City y Liverpool.

El Madrid ha ganado con aroma a fútbol de los de antes, sin tanta especulación ni análisis de datos sobre ocupación de espacios y porcentajes, y de camino al éxito le ha hecho un gran favor a la propia UEFA, pues ha logrado la mejor publicidad posible a su competición. Aparte de la enésima demostración de que el dinero no lo es todo, y menos en el deporte. Las notas a final de temporada y con tres títulos logrados de los cuatro en juego, forzosamente tiene que ser una matrícula de honor.

Pero este equipo no descansa y ya está pensando en la siguiente temporada. Una vez que el emir de Catar se pasó por España repartiendo inversiones y siendo agasajado por ministros y empresarios, ah, perdón, que esto es un artículo de fútbol… una vez que los petrodólares cataríes consiguieron convencer a Mbappé de que no fichara por el Madrid (el PSG anuncia pérdidas cercanas a los 300 millones de euros en la temporada 2021-22 sin contar con los nuevos emolumentos de Kylian), el club blanco anunció los fichajes del alemán Antonio Rüdiger y del francés Aurélien Tchouaméni. El primero con la carta de libertad y el segundo tras desembolsar 80 millones de euros. Para los periolistos que se han atrevido a comparar este desembolso con el de los clubes-estado por un centrocampista de 22 años, habría que enseñarles un poco de cultura económica en primer lugar, y ya después, recordarles que son periodistas supuestamente imparciales que deberían quitarse el palillo antimadridista de entre los dientes antes de esputar aberraciones.

El Real Madrid está en el puesto 25 en el desembolso neto (fichajes menos ventas) en las últimas diez temporadas. Su masa salarial está ajustada a sus ingresos y no desbordada como en el caso del PSG o el Barcelona, y para hacer hueco a estos jugadores ha sabido dejar salir antes a otros. Esta temporada libera los (elevados) salarios de Isco, Bale y Marcelo. Siento la salida de este último (aunque era lo mejor), siento mucho que no se haya podido recuperar el rendimiento del galés, al que me harté de defender en este y otros foros, y no siento nada la marcha del malagueño. Lo mismo que no sentí las de Ramos y Varane (¿alguien se ha acordado de ellos este año?) o de igual modo que no sentiría las de Dani Ceballos o Marco Asensio, para mí, uno de los bluffs de esta plantilla. Me desespera, lo siento.

Con Modric, Casemiro, Kroos, Valverde, Tchouaméni y Camavinga tenemos un centro del campo potentísimo al que se pueden sumar Álaba e incluso Lucas Vázquez de manera ocasional. En defensa tenemos un muro con Militao, Rüdiger, Álaba, Mendy y Nacho, que siempre acaba siendo fundamental. El lateral derecho es el que más flojeaba, pero Carvajal ha tenido un último tercio como no se le veía desde hace años. Ojalá se mantenga sin lesiones, porque la alternativa, Odriozola, si finalmente vuelve de la cesión, tiene carencias defensivas y no convence.

Los expertos dijeron hace un año que Courtois no estaba ni entre los diez mejores porteros del mundo. Pues bueno, si esos son los expertos, yo soy un entendido en botánica y me parece perfecto que esa gilipollez la siga creyendo el resto del mundo. Yo no recuerdo un portero igual en mi vida, y lo dije ya cuando jugaba en el Atleti.

Así que la plantilla tiene muy buena pinta a falta de ver qué ocurre con la delantera: Karim Benzema, Vinícius Jr., Rodrygo y ¿Hazard? Con lo que me gustaba el futbolista belga, no sé si seguir esperando su resurgir. Son muchos años ya, casi tantos como los que pasé esperando que Gareth Bale volviera a ser el Gareth Bale de las primeras cinco temporadas. Parece que Jovic saldrá cedido y Mariano no se va ni con agua caliente (nunca entenderé a los jugadores con edad de disfrutar de minutos y juego que se acomodan). Quizás no vendría mal otro delantero goleador puro, pero creo que no hay nada por menos de 100-150 millones de euros, y Florentino ya ha dicho que no va a haber más fichajes (¿y si hubiera salidas con buenas ventas, como Asensio o Jovic?). Lo que parece claro es que no vas a traer a nadie por ese importe para tenerlo de suplente, así que sería el momento de confiar en la cantera: Latasa. Lo prefiero mil veces a opciones que han sonado como Gabriel Jesús o recuperar a Cristiano Ronaldo para una temporada. Mi gran duda es: ¿aguantará Karim a ese nivel? Yo digo que no, que mejorará, como hace año tras año.

Aquí lo dejo. Este aficionado está muy satisfecho, tanto con la temporada que finaliza como con la que está por venir, tan contento que me he puesto a jugar a director deportivo. Lo mismo que cualquiera de esos expertos que, vistas las hemerotecas, no creo que sepan mucho más que la mayoría de nosotros.

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