Star Wars, Ep. IV a VI, por Travis

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Se han escrito y dicho tantas cosas sobre Star Wars en sus distintas formas (películas, libros, Universo Expandido, videojuegos, cómics), que difícilmente voy a poder aportar algo nuevo o diferente, pero aun así no puedo dejar de hablar de esta saga, de este trío de trilogías. Y sin querer abusar del número tres, le voy a dedicar ese número de entradas: una a la primera trilogía (la segunda en el orden de la historia), otra a la segunda (la primera cronológica, p… lío), y una tercera al Episodio VII, El despertar de la fuerza, recién estrenada.

Como decía al inicio, ya se ha contado prácticamente todo sobre este universo galáctico, así que no voy a intentar hacer una crítica de las películas, ni una descripción «frikarda» de los mundos y sus personajes, sino que me limitaré a una mezcla de curiosidades, experiencias personales y referencias que he llevado a mi vida de estas pelis que han marcado la infancia y adolescencia de todos los de mi generación.

Episodio IV – La guerra de las galaxias

Sí, ya sé que el verdadero título es A New Hope, Una nueva esperanza, pero para todos nosotros el inicio de la saga siempre será La guerra de las galaxias. Recuerdo haberla visto en el cine con 8 años de edad, y creo que la cara de «flipao» me acompañó hasta que la primera chica que me gustó me la quitó de un sopapo. Unos seis años después.

A la salida del cine, recuerdo que mi madre decía que «menudo rollo», que se le había hecho pesadísima, mientras mis hermanos y yo discutíamos de los temas trascendentes que se discuten a esas edades: «¡me pido a Jansolo!», «¡me pido a Lucascaiwolker!», «yo me lo he pedido primero», «no yo». Al mayor, que ya empezaba a salirle pelo, le dijimos que se podía pedir a Chewbacca, pero como era el más grande (y el más vacilón), lo solucionó a su manera, usando la Fuerza, pero no la de los jedis:

  • Yo soy Han Solo, pedíos vosotros a C3PO o a Obi-Wan Kenobi.

La verdad es que la perspectiva de tener que elegir entre un robot dorado de voz atiplada o un anciano con túnica sospechoso de reclutar jóvenes con malas artes, y que además moría, no era nada alentadora, así que yo me quedé con Luke, y al siguiente de los hermanos le dejamos que se quedara con Cheewie. Él siempre fue el más cabroncete de la familia, y desde canijo se sintió atraído por el Lado Oscuro, así que eligió a Darth Vader. Era un visionario, no me cabe duda. A veces se tapaba la nariz y la boca con la mano y jadeaba al modo del malvado Vader, un gesto que, por cierto, todos hemos hecho alguna vez.

Con todo esto pretendo contar que nos quedamos prendados durante varios años del universo Star Wars, y solo con el tiempo entendimos muchas de las cosas que allí se contaban. Nos hicimos aficionados de todas las películas del espacio o ciencia-ficción que se nos cruzaban por el camino: Encuentros en la tercera fase, Elegidos para la Gloria, E.T., Alien, Capricornio Uno, las series Galáctica, La fuga de Logan, Proyecto UFO y la mítica V,… Como ya conté en estos foros, los hermanos éramos muy de programas dobles y largas sesiones continuas de domingo, y hasta tuvimos la oportunidad de ver una cosa titulada Los siete magníficos del espacio, mezcla del argumento inicial de Kurosawa (luego llevado al western por John Sturges, y al mundo de los insectos por Pixar en la magnífica Bichos) y las space-opera tipo Star Wars. Contaba con actores de la talla de George Peppard, John Saxon y Robert Vaughn, una valkiria tetona, unos efectos de serie B, y era mala, malísima, pero me encantaría volver a verla.

Solo hay dos películas de ciencia-ficción con las que no pudimos siendo críos: 2001, Odisea en el Espacio, a la cual nos llevó el colegio ¡antes de cumplir los 10 años de edad, lo que hoy sería considerado tortura psicológica!, y Blade Runner. Ah, y Dune, vaya muermo. El ritmo narrativo es fundamental a ciertas edades.

Ninguna como La guerra de las galaxias, a día de hoy me sigo emocionando con este principio:

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Y con la música de John Williams a continuación, PEEERO, uno ha madurado lo suficiente para criticar esa falta de ortografía que heredamos del original en inglés: los cuatro puntos suspensivos. ¿Tienen alguna explicación metafísica jedi? Lo desconozco.

Curiosidades:

  1. El texto del inicio lo escribió Brian de Palma.
  2. Para el papel de Han Solo se pensó en actores como Kurt Russell o Christopher Walken. El primero le hubiera dado un toque más macarra, el segundo es inimaginable. Nos habríamos pasado al Lado Oscuro ya antes de entrar a la cantina de Mos Eisley.
  3. Según nos cuentan por ahí, George Lucas pensó inicialmente en comprar y adaptar los derechos de Flash Gordon, pero yo creo que poco tiene que ver la simpleza de este cómic con los mundos y genealogías creadas para Star Wars.
  4. Finalmente se basó en parte en La fortaleza escondida, del genial Akira Kurosawa, el mismo de Los siete samuráis. George Lucas intentó contratar al actor principal de esta película, Toshiro Mifune, para el papel de Obi-Wan Kenobi, pero este no aceptó, y hoy no nos imaginamos a nadie que no sea Alec Guinness en ese papel.
  5. Años después, en 1999, con ocasión del estreno de la segunda trilogía, iniciada con La SW3Amenaza fantasma, volví a ver en cine La guerra de las galaxias totalmente remasterizada. Le habían añadido algunos efectos especiales digitales, y una divertida escena con Jabba el Hutt. Pero lo verdaderamente imperdonable fue que en la famosa escena de la cantina, por aquello tan de los 90 de ser políticamente correctos, se añadió un disparo errado de Greedo, el cazarrecompensas. Este disparo es importante porque Greedo es el personaje al que asesina fríamente Han Solo en la versión inicial. Este cambio alteraba en cierto modo el personaje canalla de Han Solo, lo que provocó que algunos seguidores de la saga se hicieran camisetas con el lema «Han shot first», «Han disparó primero».
  6. La voz de Darth Vader en el original es la del actor de color James Earl Jones. En España tuvimos la suerte de contar con el vozarrón de Constantino Romero.

Para más información, recomiendo descargar el programa de La Linterna Mágica, de Radio Nacional de España, aquí. 25 estupendos minutos de diálogos, música y anécdotas.

Episodio V – El imperio contraataca

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Para muchos seguidores, la mejor de esta primera trilogía, que equivale a decir, la mejor de la saga. Desde luego tiene el momento más impactante, el «Yo soy tu padre», de Darth Vader.

En aquellos años, a principios de los 80, no teníamos Internet, ni revistas especializadas, ni programas de cine como los que podemos ver hoy, así que nuestra fuente de información era el boca-oreja, lo que nos contábamos entre amigos en el patio o en el parque. Las películas se estrenaban en Estados Unidos varios meses antes que en España, así que apenas sabíamos cuatro cosas de las mismas antes de su estreno.

Yo tenía un compañero de clase que viajaba un par de veces al año a Estados Unidos, porque tenía familia allí, y sí, lo confieso, con él descubrimos lo que hoy se denomina spoiler: el tío que te cuenta la sorpresa de la película. Lo cierto es que era algo consentido, nos contábamos películas enteras en el autobús escolar. Recuerdo que él me contó La mosca, por ejemplo, y yo a él La gran evasión. Todo de buena fe, aunque reconozco que chafarnos la sorpresa de El imperio contraataca tuvo algo de mala leche.

Sinceramente no creo que hubiera nadie en los 80 que viera El imperio contraataca sin saber que Darth Vader era el padre de Luke, excepto los propios actores de la película. Por lo visto, George Lucas quiso aguantar esta sorpresa el máximo tiempo posible, así que la frase que rodaron en el plató fue:

  • Obi-Wan mató a tu padre.

Como Darth Vader era doblado luego en estudio, se modificó la frase por la que hoy todos recordamos. Un acierto, el momento culminante de toda la trilogía, de toda la saga. La sorpresa de los actores fue mayúscula el día del estreno, la que no pudimos tener la mayoría. No debo ser el único, porque Los Simpsons tienen un gag en el que Homer lo casca todo a la salida del cine:

¡Grande Homer! Como grande es la parodia de esta escena que hace Pixar en la magnifica Toy Story 2, con el malvado Zurg y el «¡¡¡Nooooo!!!» en la boca de Buzz Lightyear.

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El caso es que vi El imperio contraataca en vídeo, en casa de un amigo afortunado (por tener ese lujo de la época llamado vídeo, ya fuera Beta, VHS o 2000), y en el mismo día vi El retorno del Jedi.

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Menos mal, no creo que hubiera aguantado que me dejaran con Han en la carbonita, Luke con una mano recién reconstruida, y ese plano final de los personajes mirando al espacio como pensando «lo tenemos más chungo que un trabajador de Abengoa para cobrar a fin de mes». Y mientras, tratando de asimilar cómo era posible que Anakin Skywalker, alias Lord Vader, fuera el padre de Luke y de la princesa Leia (aunque esto no lo supimos hasta la tercera). Con el tiempo pasamos a preguntarnos otras cosas:

  • Se habían tomado tantas molestias para ocultar a Luke de Anakin en el planeta Tatooine, ¿y a nadie se le ocurrió cambiarle el apellido?
  • ¿Por qué la Princesa luchaba por la República? Luego vimos a la Infanta Cristina y comprendimos que los mayores enemigos de la Monarquía pertenecen a la misma.
  • ¿Cómo podía el disléxico Yoda ser un gran guerrero? Esta pregunta nos la respondieron en el final de El ataque de los Clones.

Yo no sé si es la mejor de la saga, porque en aquel momento mi favorita era El retorno del Jedi, pero sí es la más madura, la mejor acabada en forma y guion. Los personajes tenían profundidad, remordimientos, un objetivo claro. Había traiciones (Lando Calrissian), acción en el planeta helado Hoth, el adiestramiento en Dagobah,…Y una TSNR muy propia de la época (Luz de luna, por ejemplo). Tensión Sexual No Resuelta, «antes besaría a un wookie«, «¿y qué hay de lo que tú necesitas, Princesa?», «presumido, estúpido, piojoso», tensión que tiene su momento estelar cuando van a crionizar a Han Solo y tiene lugar la ingeniosa respuesta que según la leyenda fue improvisada:

LEIA.- Te quiero.

HAN.- Lo sé.

Curiosidades

  1. El rodaje en Noruega, que hacía las veces del planeta helado Hoth, fue enormemente complicado debido a que tuvo lugar en el invierno más helado de las últimas décadas. En ocasiones era imposible rodar en el lugar elegido, así que alguna de las escenas se grabaron directamente a la puerta del hotel en el que estaban hospedados.
  2. Peter Mayhew, el actor de 2,21 que interpretaba a Chewbacca, enfermó durante el rodaje y tuvo que ser sustituido por otro grandullón, el jugador de baloncesto de 2,10 Mark McNamara. Años después este jugador formó parte de la plantilla del Real Madrid. Recuerdo haberle visto jugar y era tan malo como debía serlo de actor, pues sus tomas como wookie tuvieron que ser filmadas de nuevo cuando se repuso Peter Mayhew.
  3. El director de esta segunda película fue Irving Kershner, si bien se pensó inicialmente en dos David: Cronenberg y Lynch. Sinceramente no quiero ni pensar lo que hubiera sido con cualquiera de ellos al frente del rodaje: casquería y vísceras con el primero, y traumas profundos ininteligibles con el segundo.
  4. Frank Oz, el actor y marionetista que daba vida al entrañable Yoda, es un director para mí muy estimable, con películas como el musical La pequeña tienda de los horrores, o la de atracos perfectos The score (con ni más ni menos, Robert de Niro y Edward Norton).

El podcast de La Linterna Mágica, de RNE, aquí. Muy recomendable.

Episodio VI – El retorno del Jedi

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Durante años fue mi favorita, pero cuando volví a ver la trilogía en cine a finales de los 90, me quedaron dudas. La primera es la primera, la que me dejó alelado, la segunda quizás sea la más redonda, pero en aquellos años adolescentes en los que el infantilismo de los ewoks y C3PO no me molestaba, esta era mi favorita. Todo era acción desde el principio, desde el rescate de Han Solo en la guarida de Jabba el Hutt, la luna de Endor, el bosque de los ewoks con la persecución en motos, el combate de sables láser que no podía faltar, el ataque a la Estrella de la Muerte,…

SW7Alguien me regaló un libro basado en la película que devoré. Todavía lo tengo. No era más que una ampliación de lo ya visto en pantalla, pero para mí era como El Quijote. Hasta el Rancor y el Sarlaac tenían personalidad propia, motivaciones, historia. Por aquella época también me leí otro «clásico» de la literatura ochentera: Los Gremlins.

Reconozco que cuando acabé de ver El retorno del Jedi nunca imaginé todo lo que estaba por venir. Para mí el ciclo estaba completo, los Rebeldes habían vencido, el Emperador había sido derrotado, no había por qué añadirle nada más a la historia, pero… los dueños de la pasta de Hollywood no debían pensar así.

La película Clerks tiene una interesante reflexión sobre esta película y la destrucción de la Estrella de la Muerte. Al protagonista de esta película, que trabaja en un pequeño supermercado (creo que tenía también un video club), le parece normal que los rebeldes se cargaran la primera Estrella de la Muerte, la de La guerra de las galaxias, porque era un arma letal capaz de exterminar planetas enteros como Alderaán. Sin embargo, la Estrella de la Muerte de El Retorno está sin acabar y en su interior debía haber fontaneros, albañiles, electricistas, cuando la Alianza Rebelde la saltó por los aires, así que se plantea el dilema sobre si es lícito o no ese ataque:

 

Sea como fuere, es un gran final para la trilogía, y más de treinta años después le perdonamos todo, incluso la estupidez de C3PO. Bueno, quizás no le perdonemos todo: los ewoks son unos peluches exterminables. Con lo fácilmente que arden estos bichos y George Lucas nos quiso hacer creer que con cuatro palos, dos pedruscos y tres troncos eran capaces de poner en jaque a los soldados imperiales, bah. Y por si no hubiera habido suficiente, George Lucas les regaló una película entera a estos bichejos inmundos, La aventura de los ewoks. Lo mejor que puedo decir de ella es que no conozco a nadie que la haya visto.

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Dejo el enlace al podcast de La Linterna Mágica, aquí. Y por supuesto recomiendo los podcasts de ese gran programa que se llama (por algo) La Órbita de Endor, en los que Antonio Runa, el coronel Kurtz y una serie de colaboradores han dedicado varias horas a destripar esta saga, y ampliar el conocimiento de los oyentes a todo el Universo Expandido, las Guerras Clones y toda una serie de material que la mayoría desconocemos (y desconoceremos el resto de nuestras vidas). 

 Alguna tontuna más relacionada con la trilogía

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1. En 1987 Mel Brooks rodó una parodia bastante floja de Star Wars titulada Spaceballs, en España La loca historia de las galaxias. Tiene pocos golpes buenos, pero salvo un par de ellos:

  1. Al final de la larga explicación inicial con letras que avanzan hacia el infinito, aparece un mensaje: «si usted puede leer esto, no necesita llevar gafas».
  2. En una escena de la película, Mel Brooks hace una referencia al pirateo, a las copias (entonces en VHS) que cada día se sacan más rápido. En esa escena el pirateo es en tiempo real, es una gilipollez, pero me sigue haciendo gracia. Y no anda muy desencaminado, puesto que ya puedes encontrar copias de El despertar de la fuerza.

2. La guarra de las galaxias es un título que el personaje borde de Jeff Bridges recomienda en El rey pescador, de Terry Gilliam. Desconozco si ese título existe, pero alguien lo ha incluido en la lista de títulos porno junto a Eduardo Manospajeras o Más adentro. Hay de todo en Internet, hasta quien ha colgado un corto en YouTube con ese título.

3. Hay un sketch del monólogo Maldito Naranjito, en el que el actor Iñaki Urrutia representa la mítica escena del «yo soy tu padre» pero «en argentino». Como dice Iñaki, «la peli es igual, pero dura cuatro horas», y un friki seguidor de la saga como el que esto escribe no pudo parar de reír con la recreación: «La concha de tu madreee», en lugar del «Noooo» cayendo al abismo. Absurdo, lo sé, pero me parto la caja, otra tontuna más.

4. Como en estas fechas navideñas recibimos felicitaciones llenas de arbolitos de Navidad y buenos deseos, reconozco que me pasé casi todo el día de Nochebuena con mi friki-camiseta, que viene a demostrar que Darth Vader tiene su lado sensible:

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Mi Princesa Leia particular me instó amablemente a ponerme otra para la cena. Y mira que le escribo cartas de amor en las que le pido que me desee «que la Fuerza te acompañe». No me comprende, no siente la perturbación de la Fuerza a mi manera.

Disculpad lo largo del post. En el próximo, como las pelis de la segunda trilogía me interesan bastante menos y apenas han dejado huella en mí, hablaré de una referencia fundamental para el universo Star Wars: El señor de los anillos.

«Esta es una historia de hace mucho tiempo», «en un agujero vivía un hobbit». J.R.R. Tolkien.

Cara Travis

 

7 comentarios en “Star Wars, Ep. IV a VI, por Travis

  1. Travis, esto parece un ensayo o una pre-tesis doctoral. Así empezó Eduardo Torres-Dulce y acabó escribiendo «Jinetes en el cielo» sobre la mítica trilogía de John Ford (La legión invencible, Fort Apache y Río Grande). Aunque yo siempre fui más de Indiana Jones, enhorabuena por este post!!

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    • Je, je, gracias, Economista Salvaje. Y podía haber seguido escribiendo cosas, chorradas que recordaba sobre la marcha, pero eran las 3 de la mañana y había que terminar. Sobre la relación con El Señor de los Anillos y la Tierra Media (Endor en la lengua de los elfos) podría escribir un post entero. Veremos.
      Respecto a Indiana Jones, muy grande también, las 3 primeras son obras maestras del entretenimiento y el cine de aventuras, y la cuarta sería una buena película si no la comparáramos con sus predecesoras. Amenazan con hacer una quinta, pero sinceramente, acabo de ver muy mayor a Harrison Ford en el Episodio VII, así que me cuesta creerlo.
      Sobre John Ford, yo creo que Torres-Dulce se quedó con 3 películas porque si no, sería imposible acabar una obra sobre la obra (valga la redundancia) del director. La diligencia, El hombre que mató a Liberty Balance, Centauros del desierto, solo por mencionar westerns.
      La tesis sobre Star Wars continuará en breve. Saludos.

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