Groucho inmortal, por Travis

Groucho 1

“Pienso vivir para siempre o morir en el intento”.

Esta primera semana de octubre se conmemora el nacimiento de Groucho Marx, uno de los tipos más brillantes que ha pisado este mundo del que decía querer apearse, todo un artista del uso y abuso de la lengua y la ironía. Nació el 2 de octubre de 1890, hace ahora 128 años, y si el título de este post alude a su inmortalidad es porque su legado así me lo parece.

“Debo confesar que nací a una edad muy temprana”.

Así fue, nació a una edad muy temprana y en el seno de una familia numerosa. Sus padres eran alemanes, Sam, «su récord de sastre más inepto que Yorkville ha llegado a producir no ha sido nunca superado»,  y Minnie Schoenberg, que se preocupó entre muchas otras cosas de que los chicos tuvieran una sólida formación musical. «Cómo se las arreglaba mi madre es un misterio que no tiene explicación. Alexander Hamilton puede haber sido el más grande Secretario del Tesoro, pero me hubiese gustado verle manejar los problemas de mi madre con tanta habilidad como ella». Desde bien pronto Groucho manifestó su interés por el vodevil y el teatro, al igual que sus hermanos mayores, Chico y Harpo (no así Manfred). Los menores, Zeppo y Gummo, participaron en algunas de sus películas, pero siempre en papeles menores. Y sosos, muy sosos.

“Recuerdo perfectamente la primera vez que disfruté del sexo.

Todavía conservo el recibo”.

Groucho 3

Aquellos viajes recorriendo Estados Unidos de actuación en actuación fueron fielmente narrados en su divertidísimo libro de memorias Groucho y yo (1959), del que extraigo varias de estas frases. Cuando uno lee a este inclasificable actor, o comediante, o autor, porque posiblemente fuera más hábil en estas dos tareas que en la de intérprete, uno no sabe si se encuentra ante un chalado estrafalario al borde del manicomio o ante una mente preclara rebosante de lucidez.

“Puede parecer un idiota y actuar como un idiota.

Pero no se deje engañar. Es realmente un idiota”.

Las carencias económicas que pasó la familia le debieron dejar marcado, y quedan reflejadas en muchas de sus grandes citas, e incluso en frases de películas, hasta el punto de parecer una persona realmente obsesionada con el dinero.

¿Quiere usted casarse conmigo? ¿Es usted rica?

Conteste primero a la segunda pregunta.

Estos son solo algunos de los títulos de los capítulos del libro de memorias:

2. ¿Quién necesita dinero? (Nosotros lo necesitábamos).

5. Mi juventud: puedes quedarte con ella.

6. Quien nada tiene, viajará.

Por fin les llegó el éxito, cierta riqueza y el batacazo económico:

13. Empieza la era de las vacas gordas.

14. Ricos es mejor.

15. De cómo fui protagonista de las locuras de 1929.

Este capítulo debería ser de obligada lectura para todos los atrevidos a invertir en los procelosos mundos del humo bursátil.

«En toda la bazofia escrita por los analistas de mercado, me parece que nadie hizo un resumen de la situación de una manera tan sucinta como mi amigo el señor Gordon.

«¡Marx, la broma ha terminado!»

Creo que el único motivo por el que seguí viviendo fue el convencimiento consolador de que todos mis amigos estaban en la misma situación. Incluso la desdicha financiera, al igual que la de cualquier otra especie, prefiere la compañía».

Su habilidad era tal que podía hablar sobre cualquier tema sin complejos, sin conocimiento alguno y por supuesto con absoluta falta de seriedad. En este blog de los cuatro amiguetes somos muy fans de Groucho. He puesto su nombre en el buscador del blog y aparece mencionado en nueve artículos, ni más ni menos. Sus frases han sido utilizadas por mí para una carta de amor especial, o por algunas de sus míticas frases que uso con frecuencia en el trabajo, pero también por Lester (Cosas que hacen que la vida valga la pena), por Barney al hablar de clubs indeseables a los que uno no desearía pertenecer, o bien, y no resulta sorprendente, en un texto escrito por Josean durante una de sus lecciones de economía y deuda (Apalancamiento, ese engañoso eufemismo).

«¡Oh! Nunca podré olvidar el día que me casé con aquella mujer…

Me tiraron píldoras vitamínicas en vez de arroz».

Groucho 2

Se casó tres veces y se divorció otras tantas. Tuvo tres hijos, Arthur, Miriam y Melinda. Solo a un sujeto tan especial como él se le podía ocurrir que llegaría a triunfar con un bigote y las cejas pintadas con betún negro, un puro eternamente entre los dedos y unos andares indefinibles. Sus aficionados nos seguimos riendo hoy en día de ese humor tan especial, pero me hubiera gustado presenciar las primeras actuaciones del Groucho en estado puro. Una locura, sin duda.

Su estilo se fue perfeccionando con el tiempo, si bien la improvisación estuvo siempre presente en sus obras para desesperación de directores y productores. Creo que podría haber hecho lo que quisiera, y de hecho lo hizo: teatro, cine, radio, presentador de televisión, escritor,… Incluso músico. Según parece, tenía un nivel bastante aceptable con la guitarra, aunque nunca lo mostró en pantalla como hicieran Chico con el piano y Harpo con el arpa. En 1932 realizó durante 26 semanas seguidas un programa de radio con su hermano Chico, sobre el estrafalario despacho de abogados Beagle, Shyster y Beagle. Un día encontré por casualidad en una tienda el libro que recogía esos guiones, Groucho y Chico, abogados,  y por supuesto no pude evitar comprarlo.

Bardwell.- Yo estaba en el juzgado esta mañana cuando su conmovedor discurso al jurado envió cinco años a la cárcel a ese hombre, que es donde tiene que estar.

Groucho.- ¿Mi discurso le envió a la cárcel? (se ríe) Les gasté una buena broma a los del jurado. Yo era el defensor de ese tío.

Groucho 4

En muchos de sus textos da mil vueltas a la sociedad actual, que se está volviendo cada vez más conservadora y políticamente correcta, mientras que el inimitable Groucho destacaba precisamente por todo lo contrario.

«Bebo para hacer interesantes a las demás personas».

«Detrás de cada gran hombre, hay una gran mujer. Y detrás de ella está su esposa».

«No piense mal de mí, señorita, mi interés por usted es puramente sexual».

«Conozco a centenares de maridos que serían felices de volver a casa si no estuviera su esposa esperándoles. Quiten a las esposas del matrimonio y no habrá ningún divorcio».

En el hilarante libro Memorias de un amante sarnoso (1963) destripa el mundo de Hollywood de un modo feroz, sin importarle lo que Hollywood pudiera pensar de él, como se percibe en varios capítulos relativos a las fiestas privadas o las malas compañías. Despacha pronto al invitado, El paria de Hollywood soy yo o Ratas en casa de las zorras dejan bien a las claras su nulo interés por mantener la compostura en ese mundo superficial en el que todo es más fácil siguiendo las reglas establecidas.

He querido titular este post Groucho inmortal porque a pesar de que hayan transcurrido más de cuatro décadas desde su fallecimiento, en 1977, sus frases se siguen recordando y utilizando con bastante frecuencia. Hasta un Presidente de Gobierno como Rajoy en el Congreso: «Estos son mis principios, y si no le gustan, tengo otros».

Su ingenio permanece intacto, tiene tal acumulación de genialidades que por eso he preferido dejar que hablaran sus palabras y no las mías, que sin duda no alcanzarán la posteridad:

¿Por qué debería preocuparme por la posteridad?

¿Qué ha hecho la posteridad por mí?

Además de todas las frases que dijo, están todas aquellas que jamás pronunció pero que se le atribuyen, como el célebre epitafio en su tumba Perdonen que no me levante. Imposible, porque fue incinerado y sus cenizas depositadas en un nicho. Pero sin duda la frase encajaba con su personalidad.

«Cuando muera quiero que me incineren y que el diez por ciento de mis cenizas sean vertidas sobre mi representante».

Hace menos de una semana descubrí gracias a la magnífica web Cinemelodic un vídeo de Groucho Marx vacilando a Bill Cosby en su propio programa. Era 1973, y la lucidez de Groucho queda patente una vez más en cada una de sus frases. Nunca me gustó Bill Cosby, ni entonces, ni mucho menos ahora tras la condena, así que merece la pena recrearse en el repaso que le dio el genial Groucho:

Grande, muy grande, Groucho. Inmortal.

¿Qué haría si pudiera volver a vivir toda su vida? Probar más posiciones.

Cara Travis B-N

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