Una mañana de junio, por Barney

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Una mañana de junio de 2002, concretamente un caluroso sábado, media España madrugó como pocas veces había hecho en jornada festiva para plantarse frente al televisor, dispuestos todos (y yo el primero) a contemplar la casi segura clasificación de nuestra selección, por fin, a las semifinales de un Mundial de fútbol. Que sí, que en 1950 habíamos quedado cuartos, que el gol de Zarra y todo eso, pero aquello era la prehistoria para nosotros. Ni siquiera se jugaba con el sistema actual de eliminatorias directas, sino de liguilla, así que nunca, «ni los más antiguos del lugar», como solía decir José María García, habíamos visto unas semifinales con la participación de España.

Esta vez tocaba pasar el temido cruce de cuartos y estábamos seguros de ello. El partido se jugó en el estadio de Gwangju a las 8,30 de la mañana, hora española. 15,30 hora coreana. Coreana del Sur, a lo mejor en la Corea del Norte eran las 12,34 del 5 de Kim-Jong-June.

Recuerdo que vi el partido con mi amigo Charlie, que aquellos días estaba de visita en casa. Nos preparamos un suculento desayuno que nos recuperara de la juerga del viernes, pues apenas habíamos dormido cuatro horas. Tostadas, aceite, café cargado, cereales y bollería diversa para contemplar la victoria de los nuestros. La tele era nueva, recién comprada, 32 pulgadas, que entonces nos parecía una pasada y hoy resultaría pequeña. Volumen a tope en esa tele, por supuesto, con culo, con 50 centímetros de fondo, que hoy resultaría ridícula. Eran otros tiempos, aunque nos parezca que no ha pasado tanto. Corea2b

Recuerdo que me gustaba esa selección, me sentía completamente identificado con ella y con el seleccionador José Antonio Camacho, el hombre que nació cabreado, el tipo que se levanta por las mañanas echando broncas y que compra el pan como un capataz dando instrucciones a la cuadrilla: «¡¡esa barra, no, por Dios, la otra, y no la cojas con las manos, alma de cántaro, que no te las has lavado, vamos, vamos, que no tengo todo el día!!»

Camacho era el hombre que nos devolvió la afición a la selección, después del hartazgo que nos supuso la etapa de Clemente, de 1992 a 1998. Con Clemente caímos en cuartos del Mundial de Estados Unidos en 1994 (¡Salinas, paquete!), en cuartos de la Eurocopa de Inglaterra en 1996 (por penaltis frente a los anfitriones), e hicimos el ridículo en Francia’98 (eliminados en primera ronda) y ante Chipre, partido que supuso el cese del de Baracaldo, que se negaba a dimitir.

Camacho trajo buen juego, orden, varias goleadas (tremendo el 9-0 a Austria) y una mejor relación con la prensa. Adiós al juego amarrategui de Clemente, con Hierro y Nadal en el medio campo, y hasta siete centrales en su partido más celebrado, la victoria 1-3 contra Eire o Irlanda.

Camacho había dirigido a la selección en la Eurocopa de 2000 y nos volvimos a estrellar en cuartos, en esta ocasión tras perder 2-1 con la Francia de Zidane, Henry y Djorkaeff, el equipo que resultaría campeón del torneo. Ese día se escribió otra página de la maldición de cuartos, esa barrera invisible que nos impedía triunfar en los grandes torneos. El señalado para la historia fue el madridista Raúl, que lanzó un penalti a las nubes en el último minuto del partido. Corea3b

Esa mañana de junio de 2002, aquel caluroso sábado, era el día clave para reventar el muro de cuartos. La primera fase había sido modélica, de hecho España fue la primera selección clasificada para octavos de todo el torneo. 3-1 a Eslovenia, 3-1 a Paraguay, que nos había echado del anterior Mundial y 3-2 a Sudáfrica. El equipo estaba engrasado, con Casillas, Hierro, Nadal y Puyol atrás, Valerón, Mendieta, Baraja y un espectacular Javi De Pedro (antes de zamparse una vaca) en el medio, y Raúl y Morientes enchufados. Joaquín, Xavi Hernández, Luis Enrique,… había muy buenos mimbres en aquel equipo.

En la eliminatoria de octavos las cosas se pusieron muy difíciles ante una selección a la que en aquellos años costaba mucho batir, Irlanda. Pero superamos también el duro trance de los penaltis, ese que históricamente se nos había dado tan mal, como contra Bélgica en cuartos de México’86, ¡Eloy! o contra Inglaterra diez años después, ¡Hierro, Nadal! Contra Irlanda Iker detuvo un penalti durante el partido y dos más en la tanda final, así que la leyenda de San Iker comenzaba a crecer y no pararía durante más de una década. Corea4

Estábamos clasificados de nuevo para cuartos, donde esperábamos encontrarnos con Italia, nuestra bestia negra, ese equipo al que siempre odiamos porque no jugaba a nada y terminaba ganándonos con un error arbitral o una cagada nuestra en el último minuto. Pero esta vez éramos optimistas. Además, los coreanos nos habían hecho el favor de eliminar sorprendentemente a los italianos en octavos. Hombre, sí, vimos que el árbitro había anulado dos goles a los italianos, pero «que se jodan», pensamos. Y había expulsado a Totti por simular un penalti en una jugada en la que se ve claramente que le derriban. «¡Que se jodan otra vez más, lo mismo nos ha pasado a nosotros toda la vida!»

Lo dicho, era nuestro día. El partido empezó frío y recuerdo que lo único caliente que había era nuestro café. Charlie y yo bromeamos con lo de siempre en estos casos:

  • Los coreanos son todos iguales, en el descanso cambian a los 11 y ni nos enteramos.
  • Ese comentario ya lo hizo Clemente en el Mundial de Estados Unidos y le llovieron las críticas.

Qué poco sentido del humor tenemos, con lo divertido que resulta reírse de estas tonterías políticamente incorrectas a lo Ibrahimovic: «Messi puede tener 4 Balones de Oro, pero yo puedo comprar chocolatinas de una máquina sin poner una caja debajo».

El primer tiempo fue tirando a soso, aunque una vez pasado el minuto 20 ó 25, se vio que era cuestión de tiempo que España marcara y ganase el partido. Seguíamos tranquilos, con nuestro aceite de oliva sobre la rebanada de pan y degustando el café.

Y los goles llegaron. A los 5 minutos de iniciada la segunda parte, parece que Rubén Baraja marcó de cabeza. He visto un millón de veces esta jugada y no hay motivo alguno para que se anule el gol. Si hay una falta es el agarrón del defensa coreano a Iván Helguera, nada más. Y nada menos, el infame Al Ghandour lo anuló sin contemplaciones. Empezamos a ponernos un poco nerviosos, «a ver si lo de Italia y los errores no fue casual…» Corea3

La jugada que mejor recordamos todos es la de Joaquín nada más comenzar la prórroga, centrando desde la línea de fondo, con el balón que casi ni la tocaba y el asistente levantando su banderín al ver que llegaba Morientes a rematar a gol. Aquí ya sí que nos cabreamos de verdad, tiramos los cereales al suelo de un manotazo y nos cagamos en la madre del árbitro egipcio, la FIFA y los asistentes, procedentes de dos grandes potencias del fútbol mundial: Uganda y Trinidad y Tobago. Segundo gol anulado, tocaba seguir remando.

Charlie y yo seguíamos confiando en la victoria, pero cada vez éramos más conscientes de que tendría que ser en los penaltis, porque Al Ghandour y sus amiguitos no nos iban a dejar marcar ni en tres días seguidos.

  • Los coreanos solo han tirado dos penaltis en todo el Mundial y los han fallado.
  • Sí, y tenemos a San Iker, que ya paró 3 a los irlandeses. Ahora bien, qué cabrón el egipcio de los cojones.

En el minuto 100 Morientes lanzó al palo y empezaron a venirnos a la cabeza todas esas ocasiones perdidas del pasado, » a ver si hoy también…» corea7

Aparte de los dos goles anulados, hay dos detalles menos recordados, pero que demuestran que el equipo arbitral tenía instrucciones claras. Una es la última del partido, un córner a favor de España que ni siquiera nos dejó sacar. Y la otra fue cuando apenas quedaban 3 ó 4 minutos de prórroga, en un pase de Morientes a Luis Enrique que lo dejó solo frente al portero. No le dejaron seguir, ¡pitaron fuera de juego, España no tenía derecho ni a acercarse!

Aquella mañana de junio, aquel sábado caluroso, terminamos en los penaltis, quizás el modo más injusto de dirimir una contienda como esta o como la final de la Champions. San Iker ni olió los penaltis de los charlies, que los tiraron estupendamente bien. En España algunos veteranos miraron para otro lado, como Miguel Ángel Nadal, quien seguramente recordaba su fallo contra Inglaterra en el 96 y evidentemente no tenía el carácter ganador de su sobrino Rafa. Otros que presumían de ser jugadores con personalidad y estaban frescos, como Luis Enrique, se curraron un Bebeto, miraron para otro lado y cedieron la responsabilidad a un chaval de apenas 20 años, Joaquín, el cual tuvo la desgracia de fallarlo. Corea6

Tras la eliminación tuve la sensación de que nunca vería a España ganar nada. Nunca lo tuvimos así de bien para pasar, pero incluso en esas circunstancias favorables volvíamos a caer en cuartos. Hace tiempo ya, como decía al principio. En aquella época no teníamos WhatsApp, y no se hacían memes ni coñas nada más acabar el partido, pero sí recuerdo que Charlie recibió un chiste por SMS:

  • – Hola, buenas, quería una camiseta de Corea del Sur.
  • – ¿De qué la quiere, de jugador o de árbitro? Corea9

Por eso digo siempre que el partido más importante de la selección no fue la final de Sudáfrica. Ni tampoco la final de Viena en 2008. El partido más importante de nuestra historia ocurrió un domingo caluroso de junio, cuando derribamos todos los muros posibles: en cuartos, contra Italia y por penaltis, en la Euro de 2008, ¡San Iker!

Eurocopa 2016

No espero una gran actuación de la selección en la Eurocopa de Francia que comienza mañana. Esta selección dejó de transmitir y enganchar hace mucho, concretamente desde la eliminación en el Mundial de Brasil 2014. Ese era el momento en el que Vicente del Bosque tenía que haber dicho adiós y haber dejado paso a un técnico nuevo, moderno, con otra concepción del juego. Alguien que no hubiera permitido los debates sobre Casillas, Piqué, Diego Costa, Torres,… Será imposible, porque al igual que ocurre en Italia o en Argentina, todos llevamos un seleccionador dentro. Corea5

Mi pronóstico es que España pasará la primera fase con apuros, pero es que se clasifican 16 de 24, y no hacerlo sería un fracaso mayúsculo. En las eliminatorias, cuanto mejor sea nuestro rival, mejor se nos dará, porque España parece un equipo capaz de jugar bien contra Francia o Alemania y horriblemente mal contra Eslovaquia, Rumanía o Georgia, como el martes. Para mí sería un éxito llegar a semis. Y sería una sorpresa que Del Bosque no se jubilara de una vez al acabar el torneo.

La corrupción de la FIFA

Corea8Muchos años más tarde, en mayo de 2015, varios directivos de esa banda mafiosa llamada FIFA fueron detenidos, acusados de corrupción y sobornos. Entre los detenidos estaba Jack Warner, quien curiosamente en 2002 fue el encargado de designar al egipcio Al Ghandour y sus asistentes para el partido de cuartos que nos jodió una mañana de junio, un caluroso sábado. La FIFA mueve mucha pasta, el fútbol es un gran negocio por encima de cualquier otra consideración, y yo ya me creo cualquier cosa.

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