La primera parte de esta vuelta literaria al mundo comenzó como un elogio de la lectura por placer, representada de la mejor manera posible en los libros de Julio Verne y siguió con una recopilación de libros y viajes por el mundo, libros escritos en su mayoría en el siglo XIX por autores que buscaban narrar aventuras o mundos nuevos. Nada de complicadas virguerías literarias ni estructuras gramaticales imposibles a lo largo de cientos de infumables páginas.
Sin embargo, parece que conforme nos hacemos mayores nos obligamos a dejar de leer libros por el mero placer de hacerlo para tratar de digerir libros «imprescindibles» que en algunos casos pueden llegar a ser infumables. Sigue leyendo