El tapón de Vrankovic, el palo de Claver y el triple de Solozábal, por Barney

El inicio de Match Point, de Woody Allen, nos regala un discurso sobre el azar y la vida, la importancia del talento o el poco valor que atribuimos a algo tan fundamental como la suerte. La bola tropieza con la cinta de la red y puede caer a un lado y ganas, o quedarse en el tuyo, y pierdes. A veces la vida, como los partidos, se va en esos pequeños golpes de suerte.

Hablando de vida y deporte, yo no sé cuántos años de vida pierdo después de algunos partidos de baloncesto. Sobre todo con los finales igualados, ¿pero es que acaso hay partidos decisivos que no lo tengan? La final de la Copa del Rey 2018, celebrada el domingo pasado entre el Real Madrid y el Barcelona, volvió a ser uno de esos días en que si llevara pulsómetro, lo reventaría. Sigue leyendo