
BARNEY, 20/08/2023
La primera parte de esta doble entrega, (in)sostenibilidad financiera y austericidio, se centraba en el panorama futbolístico europeo tras el parón Covid desde un punto de vista financiero, con la mejora de las cifras de ingresos de los clubes por asistencia a los estadios, derechos de televisión y merchandising, analizando en detalle las cifras de las principales ligas europeas y de la Premier en particular, de acuerdo con el Informe de Deloitte sobre las finanzas del fútbol. La aparente buena salud económica de los clubes ingleses, como se veía por las abultadas pérdidas, es solo eso: aparente. Unas pérdidas continuadas de esos volúmenes (1.000 millones de euros anuales entre la primera y la segunda) no son sostenibles, por mucho que sigan llegando inversores dispuestos a desembolsar ingentes cantidades de capital.
En esta segunda parte nos centraremos en la situación de LaLiga española, que, como veíamos, es ahora mismo la sexta en el mercado de fichajes tras la Premier, la Serie A italiana, la Ligue1 francesa, la Bundesliga alemana y la todopoderosa Saudi Pro League de Arabia. El campeonato español ha perdido puestos en Europa, en un ciclo perverso que se retroalimenta en el que la mala situación económica lleva a peores resultados deportivos, y los resultados deportivos suponen menos ingresos por premios, repartos de televisión e ingresos accesorios. ¿Y qué ha hecho LaLiga o qué se ha hecho mal en España para haber caído varios puestos?

Me remito al Informe económico financiero de LaLiga, publicado en abril de este mismo año. Como los clubes cierran sus ejercicios de cuentas en junio, los datos a los que se refiere el informe son de la temporada 2021-22, la primera tras el parón de la pandemia, y las cifras generales muestran una recuperación tras dos temporadas muy complicadas para todos los clubes españoles. El Informe comienza con una carta de su presidente Javier Tebas. Los mensajes que lanza son, como casi todo lo que hace, tan exagerados y obsesivos en algunas de sus afirmaciones, que pierde la razón en aquellos asuntos que se han gestionado de manera acertada:
- Comienza alabando el esfuerzo de contención de los clubes tras la pandemia (¿de todos, D. Javier?) y el control realizado por los mismos en el mercado de jugadores, tanto en traspasos como en salarios, al contrario de lo que han hecho otras ligas europeas.

- Celebra la mejora obtenida en la venta de los derechos de televisión, una de las principales fuentes de ingresos de los clubes, como así lo reconoce el Informe The European Club Footballing Landscape publicado por la UEFA unos pocos meses antes. Dejo aquí algunos cuadros interesantes del informe, si bien, me parece una ironía destacable que su portada parezca más la salida de una cueva que la del vestuario de los jugadores al terreno de juego.

- Destaca el Plan Impulso alcanzado con el fondo CVC al que se han suscrito 38 de los 42 clubes de LaLiga (todos menos el Real Madrid, Barcelona, Athletic de Bilbao e Ibiza), que no es otra cosa que una venta del diez por ciento de los derechos de televisión de los próximos cincuenta años a un fondo especulativo. Tebas afirma que «esta operación no tiene como finalidad contrarrestar los efectos inmediatos de la pandemia, sino sobre todo crear las condiciones para propiciar un mayor crecimiento rentable de la competición española a largo plazo». El caso es que la operación es cara (de ahí que no la firmaran los clubes que entendían que había alternativas más favorables), drena recursos de los clubes, obliga a destinar una parte importante del ingreso a la mejora de sus instalaciones (con lo que estoy totalmente de acuerdo) y reduce la dedicada a potenciales incorporaciones de jugadores.

- Se extiende en los ingresos por la venta de otras nuevas líneas de negocio de LaLiga, activos digitales fundamentalmente, que supusieron 150 millones de euros para las arcas de la entidad, así como la inauguración del Museo Legends – Home of Football. Como ya dije en la charla con Kollins, a mí me interesa el fútbol, el deporte en sí, y muy poco estos añadidos en forma de aplicaciones, juegos, interacciones con gente que está en la India o Ecuador, pero LaLiga hace bien en explotar esta posible fuente de ingresos.
- Hay un párrafo en el que Tebas alaba el control económico de las ligas alemana y española, en contraposición con la normativa muy laxa de Francia, Italia y sobre todo Inglaterra, donde «el propio Gobierno británico anunciaba la creación de un organismo independiente supervisor del Control Económico en el fútbol profesional inglés, justificándolo por su preocupación de que el crecimiento desbordado de la actividad en aquel mercado es marcadamente deficitario y está alarmantemente sostenido por las aportaciones sistemáticas de recursos de sus propietarios». Este cuadro sobre las aportaciones de capital de algunos clubes europeos figura en el informe de la UEFA:

- Y después de este acierto de Tebas, pues sus denuncias no se limitan a este informe, sino que las ha expuesto ante la UEFA (la última, al PSG), al presidente de LaLiga le sale toda su rabia ante los clubes que no pasan por su aro (Real Madrid y Barça), a los que pide más generosidad con el Plan Impulso, y se despacha contra ellos porque «estas entidades persisten en su idea de poner en marcha la autodenominada Superliga, un proyecto que consumaría el mayor ataque directo que se haya perpetrado contra el modelo del fútbol profesional europeo en su historia, y que amenaza con dinamitar la viabilidad, incluso la propia existencia, del resto de Clubes que quedarían excluidos de la misma». Qué mal ha envejecido este párrafo de hace apenas cuatro meses. La Superliga es la solución frente a Arabia Saudí y los fondos podridos de petrodólares inyectados con patrocinios inflados en la Premier. La Superliga no atacaría las ligas nacionales y podría ser un escudo frente a una liga árabe que se ha llevado en cuestión de meses a Neymar, Cristiano, Benzema, Mané, Mahrez, Kanté, Fabinho, Koulibaly, Fofana, Brozovic…
- Concluye con «el fantasma de la irresponsabilidad», carga de nuevo contra la Superliga, «a veces se oculta en la máscara del egoísmo y la insolidaridad», y contra los clubes-estado, «estas entidades son en realidad verdaderos zombies, dopadas sistemáticamente a base de inmensas ampliaciones de capital por parte de sus propietarios, que permiten momentáneamente enmascarar su verdadera situación».
Coincido con muchas de las afirmaciones realizadas por Javier Tebas en su exposición. El control económico de LaLiga ha sido por lo general acertado (dejo aquí unos interesantes análisis de Juan Ignacio Muñoz y Álvaro Martin Gallego sobre el cálculo del límite salarial, la regla del 4×1 o el 2×1) y basta con comparar la situación de deudas con la Agencia Tributaria y la Seguridad Social no hace tantos años.

Se han hecho excepciones con el Barça, como en su día para que pudieran mantener a Leo Messi, con información privilegiada sobre CVC, o relajando las normas financieras. Normal, cuando Mediapro pone la pasta a LaLiga y su presidente es avalista del Barça, poseedor de las imágenes e inversor en palancas pseudoficticias, pero no vayan a pensar en conflictos de intereses. Sin embargo, no comparto con él que se haya realizado una buena gestión en la venta del producto. Y hablo más en términos de imagen o de reputación que en los ingresos por la venta de derechos de emisión, porque es un éxito haber logrado una venta superior a la de Alemania o Italia, países con mayor población y renta per cápita. La reputación es importante en el medio y largo plazo, y ojalá me equivoque, pero me temo que en futuros ejercicios costará mantener la posición actual y es muy posible que se sigan perdiendo posiciones.

El fútbol mueve el 1,37 por ciento del PIB español, genera 185.000 empleos, movilizó a casi 15 millones de personas a los estadios y se estima que tuvo una audiencia mundial de 2.800 millones de espectadores. Es una industria importante para la economía nacional, entonces, ¿qué falla, si es que falla algo? ¿Por qué Sevilla, Valencia, Atlético de Madrid, Villarreal y tantos otros equipos dan la sensación de estar más cerca de echar el cierre que de ser capaces de potenciar el campeonato? Aquí dejo algunas de «mis» razones como aficionado, y ojo, que son mías y seguramente esté equivocado (sé que no soy parcial por mi doble condición de aficionado y madridista):
- La pérdida de credibilidad del campeonato. No puede ser que salte un escándalo como el de los pagos a Negreira por parte del Barça durante al menos 17 años y todas las instituciones deportivas miren hacia otro lado. El presidente de LaLiga tardó menos de un día en decir que no podía hacer nada. No puede ser que el Comité Técnico de Árbitros mantenga a un tipo como Medina Cantalejo («Cantadelejos»), pringado hasta el cuello y sus Rólex, como si aquí no hubiera pasado nada y el arbitraje fuera un remanso de honorabilidad. No puede ser que haya una desconfianza como la actual sobre el sistema del VAR y los tipos que lo manejan (recordad Las rayas del VAR). No puede ser que el redactor de la Ley del Deporte que consintió la prescripción de los supuestos delitos fuera vicepresidente del Barça apenas unos meses antes. No puede ser que las imágenes de LaLiga, y por tanto, el relato manipulado que se ofrece, sean controladas por un socio y avalista del Barça. No puede ser que LaLiga inyecte millones de euros en publicidad en los medios de comunicación para contar con una prensa dócil y acrítica. La pérdida de credibilidad del campeonato italiano tras el Moggigate o el Calciopoli fue lo que provocó la caída de ingresos por patrocinios y la reducción de asistencia a los estadios. Algo parecido al descrédito del Tour de Francia, cuya recuperación ha costado años.


- Hay que mejorar la venta del producto. Y eso no se logra con cámaras en los vestuarios, que podría tener un interés puntual, sino con transparencia. En la toma de decisiones arbitrales, por ejemplo. Con las conversaciones entre el árbitro de campo y los del VAR, como hemos visto recientemente en Francia o esta misma mañana en la final del Mundial femenino (¡enhorabuena a las nuestras, por cierto!). Transparencia con los criterios y aquí ya he hablado varias veces del doble rasero o el Reglamento particular para uno («casualmente», para el paganini). Transparencia en la designación de los árbitros para cada partido o en la fijación del calendario (teóricamente LaLiga utiliza un desarrollo con Inteligencia Artificial, pero algunas franjas horarias para algunos clubes resultan sospechosas).



- Mejorar el espectáculo sobre el terreno de juego. Hay días que ver un partido de LaLiga española es un dolor de muelas. Sin ritmo, con constantes interrupciones, con leñazos consentidos, con perdidas de tiempo que se consienten, con protestas reiteradas… Mejorar el Reglamento y su implantación. Con instrucciones concretas, y ya sé que los árbitros no dependen de LaLiga, sino de Rubiales y la Federación, pero es una tarea de todos los organismos deportivos.
- La labor de los medios de comunicación. Que los Movistar, Marca, As, Mundo Deportivo, Sport, GolTV, etc. regalen tanto tiempo a los Raíllo, Maffeo, Iván Alejo, Chimy Ávila, etc. por su «intensidad», y que no protejan a los «peloteros» de verdad, logrará que esto se convierta en una liga de macarras y no de artistas del balón. Por si esto fuera poco, la prensa deportiva se ha convertido en un Salsa Rosa de cotilleos, rumores, inventos y exageraciones que no van a ningún lado bueno.



- El enfrentamiento de Tebas con el Real Madrid, no utilizar los mejores activos de marca. El Real Madrid es la institución más prestigiosa del mundo del fútbol a nivel mundial, campeón de cinco Champions en nueve años. Incluso el Barça es reconocido en todas partes. Y sin embargo los medios, esos mismos financiados por LaLiga para promocionar temas insustanciales, en lugar de vender una rivalidad sana, una competencia de la que se benefician ambos (la época Cristiano-Messi es su máximo exponente), se empeñan en transmitir una imagen infantil de Barça-jogo bonito-pureza-cantera, Madrid-malo-Franco-cartera, que, aparte de ser mentira, es demencial para el producto. Aquí dejo algunas imágenes elegidas a modo de versión orwelliana de asociación de imágenes al Mal absoluto (da igual que algunos jugadores no hayan vestido nunca la camiseta del Madrid, o menos de un diez por ciento de sus carreras, o no tengan nada que ver con el hecho luctuoso, es terrible, pero pasa continuamente):

- Reducir el número de equipos. Sé que es políticamente incorrecto decirlo, pero no hay lugar para 20 clubes en Primera División, ni siquiera creo que deban ser 18. En un calendario tan cargado como el actual, con competiciones absurdas o amistosos de selecciones, habría que reducir el número de jornadas ligueras. 16 equipos, 30 jornadas. Esa es mi propuesta. No lo veré nunca. Se da la circunstancia, además, de que hay un montón de partidos intrascendentes en los últimos meses del campeonato para aquellos equipos descolgados de las competiciones europeas y alejados del descenso. Reduzcan el número de equipos, aumenten el interés de todos los partidos.
- El peso de los derechos de televisión sobre el total de ingresos. Hay equipos que se han acostumbrado a vivir de los ingresos de televisión y no puede ser. Mas del 75 por ciento de sus ingresos en algún caso. Sus dirigentes no se plantean nada diferente en mejora de la cantera para futuros traspasos, en renovación de sus instalaciones y los ingresos los días de partido, en incrementar la venta de productos o ampliarlos… Nada, se limitan a extender la mano para cobrar el cheque y sobrevivir en Primera. Porque en Segunda los ingresos por esta partida caen drásticamente. Y cuando la diferencia es tan grande y hay tanto dinero en juego, el fantasma del amaño o la compra de partidos acecha.
- La entrada de inversos extranjeros. ¿Sí o no, Javier Tebas? Las experiencias actuales no han sido buenas (Peter Lim en el Valencia, Al Thani en el Málaga, por ejemplo), pero, ¿se cierra la puerta a otros como Turki Al-Sheikh en el Almería? El jeque tiene una fortuna estimada de 2.000 millones de euros, compró el club, canceló sus deudas, invirtió para subirlo y mantenerlo en Primera… ¿se le cierran las puertas? Javier Tebas argumentó que los patrocinios esperados por el club estaban inflados, pero no ha dicho lo mismo de operaciones dudosas como Barça Studios, por ejemplo, cuyo dinero no ha aparecido por ningún lado. Desconozco qué se pretende hacer, al margen de protestar en la UEFA ante el descontrol de otras ligas.

- La mejora de los estadios y los ingresos matchday, que dicen en Inglaterra, o fuera del matchday, añadiría yo. Me gusta la presentación que ha realizado el Betis, por ejemplo. El Plan Impulso tiene entre sus objetivos esa mejora (y hasta se promociona con una foto del Bernabéu, donde, curiosamente, no ha llegado un euro de CVC), pero es una mejora a largo plazo, que espero que no llegue muy tarde. Y ya puestos, es imperdonable un patatal como el que se vio ayer en Almería, ¿habría que sancionar a los equipos que presenten un terreno de juego impracticable?

En definitiva, hay mucho por trabajo por hacer. Depurar toda la mierda pasada, que hay mucha, y construir un futuro que sea sostenible desde un punto de vista financiero, que, a la larga, lo será también a nivel competitivo.
De todos estos asuntos y alguno más tratamos en el canal de Kollins:

