Un «let it be» como acompañante

LESTER, 11/05/2023

En la entrada Ahora más que nunca, publicada hace ya la friolera de cinco años, dejé un enlace a una curiosa web que te indicaba qué canción había sido la número uno en las listas Billboard americanas en una fecha determinada. El ejercicio que proponían los creadores de dicha aplicación (y que yo repetía) consistía en averiguar qué canción correspondía al momento de tu nacimiento. Y en mi caso concreto, abril del 70, aquella canción resultó ser el mítico Let it be de los Beatles, compuesta por Paul McCartney. Así que puedo afirmar, sin miedo a equivocarme, que el estribillo “letitbí” me ha acompañado toda la vida, y a lo mejor sin saberlo, sin ser consciente de ello, ha conformado parte de una filosofía de vida.

Se han dado muchas interpretaciones a la letra de esta canción. Una de ellas es la referida al consuelo, al alivio que supone saber que tras la tormenta llegará la calma: “when the night is cloudy”, cuando la noche esté nublada, “there is still a light that shines on me”, déjalo estar, o déjalo ser, porque todavía hay una luz que brilla sobre mí. Casi toda la canción es una oda a la aceptación. Aceptación de las circunstancias, aceptación frente a las adversidades, “When I find myself in times of troubles”, cuando me encuentro en momentos difíciles o repletos de problemas.

La melodía no está exenta de cierta tristeza, por la propia voz de McCartney y su tono lánguido, y por una letra que manifiesta que asume lo que le viene, aunque se trate de algún hecho poco agradable o apetecible. A esa tristeza acompañó el hecho de que esta canción fuera la última grabación realizada por los Beatles antes de su separación, y fueron muchos los fans que la interpretaron en esta clave. Los Beatles se separan, sí, es una pena, pero la vida sigue, déjalo estar, déjalo pasar.

Otra lectura que se hizo en su día de esta canción fue aquella que se refería al posible sentido religioso de la misma: “Mother Mary comes to me”, como si se refiriera a la Virgen María, que se nos presentaba para ofrecernos consuelo tras una experiencia incómoda o desagradable, «she is standing right in front of me». Sin embargo, el propio Paul McCartney explicó en su día a qué se refería este pasaje y no era por esa María universal, sino por su propia madre, que falleció cuando el bueno de Paul tenía catorce años y con la que conversó en un sueño. “Me encantó volver a conversar con mi madre y me sentí bendecido por ese sueño. Eso me hizo escribir Let it be”. Su Mother Mary es la que le susurraba unas reconfortantes palabras repletas de sabiduría, “whisper words of wisdom”, o como afirmó el propio Paul: “todo va a estar bien, déjalo estar”.

La canción fue grabada a finales de los sesenta, se publicó en el disco del mismo título y alcanzó el número uno, como decía al inicio, hace 53 años. Eran tiempos convulsos en la sociedad americana, de protestas contra la participación estadounidense en Vietnam, de luchas interraciales, y para muchos fans del cuarteto británico representaba un canto en favor de la paz mundial: “And when the brokenhearted people / living in the world agree / there will be an answer / let it be”. Es un mensaje que coincide plenamente con el del Imagine de John Lennon.

Sea por la razón que sea, o por cualquiera de sus interpretaciones, lo cierto es que todas ellas me valen como sintonía de acompañamiento en mi vida. ¿Que tengo dificultades en algún momento, preocupaciones que parecen irresolubles? Déjalo estar, déjalo pasar, “there will be an answer”, habrá una respuesta, llegará la calma y superaremos esos momentos. ¿Que se presenta un futuro complicado en el trabajo? No pierdas la calma, “There is still a chance that they will see”, habrá una oportunidad de sobrepasar ese momento. Mis compañeros de curro me preguntan a veces si no me pongo nervioso nunca, que no ven que la tensión me supere ni en esos momentos convulsos que tantas veces nos ha tocado vivir. Y creedme que han sido muchos. No es que tararee mentalmente Let it be, simplemente sé que ese nerviosismo no puede ocupar mis pensamientos, ni ser el centro de mi vida, pues como decía Nick Nolte en El guerrero pacífico, “hay que sacar la basura de la mente”. “La vida puede ser maravillosa”, que decía Andrés Montes (poco antes de suicidarse, vaya paradoja), está repleta de momentos únicos, personas especiales, veladas fantásticas, relaciones personales… que son aquellas en las que debo centrarme. Que puedo “dejar pasar” algunas cosas, o “dejarlo estar” porque no merece la pena que pierda el tiempo en “esas mierdas”.

Claro que para mí es fácil decirlo. Soy un privilegiado, siempre lo he sido y creo que siempre fui consciente de ello. Tengo salud, nací y crecí en una familia estupenda en la que nunca nos faltó nada. Luego formé otra familia con la mejor mujer del «mundo mundial» y tuvimos unos hijos que crecieron fuertes, sanos y “buenos chicos”. Nunca me faltó el trabajo y con esfuerzo logramos tener una estabilidad económica que nos permite soltar un “letitbe” a los obstáculos que la vida pone en nuestro camino. Si funciona todo lo mencionado, salud, familia, amor, bienestar económico, etc., es muy fácil dejarte acompañar por el mensaje de esta canción. Let it be, que le den morcilla al IPC, al dolor en el talón o al nerviosismo de los jefes.

Pero la vida, a veces, es muy cabrona también. Y cuando la vida es tan perra que se lleva por delante a otra amiga de manera prematura no hay consuelo, aceptación, ni mensaje reconfortante que valga por mucho empeño que pongas en el let it be. Y no habrá una respuesta, there will (not) be an answer cuando la enfermedad es tan injusta que deja a dos niños pequeños con toda la vida por delante. Y a un amigo destrozado. Me niego a pensar en “let it be, let it be”.