¿Qué pasó con…? (I)

No recuerdo de qué programa se trataba porque hace tantos años que lo vi (y yo no tendría muchos más de diez o doce), que ni sé de dónde era. Se trataba de una sección de un programa con este mismo título, ¿Qué pasó con…? o Parece que fue ayer, quizás dentro del Fantástico de José María Íñigo, en la que se preguntaban qué había pasado con tal o cual personaje, con ese artista, deportista o simplemente famosos a tiempo parcial que habían desaparecido de la escena. El ¿Qué pasó con…? se convirtió en una especie de cara B de los quince minutos de fama que todo hijo de vecino merecía tener (Andy Warhol dixit). Y de eso va el post de hoy, que sospecho que no será el último con esta temática.

El reto de cada uno de los amiguetes consiste en buscar a alguien que viviera su momento de fama, puede que incluso de mucha fama, hace más de veinte o treinta años, y tratar de averiguar por qué derroteros llevó su vida. En muchas ocasiones seguro que fue bien, se alejó de los focos mediáticos y se dedicó a otra cosa, puede que más placentera. En otros casos quizás fueron dando tumbos o su talento no daba para mantenerse en la actualidad, que de todo habrá.

Barney –  ¿Qué pasó con Antonio Peñalver?

Muchas cosas nos sorprendieron durante los Juegos Olímpicos de Barcelona 92, y no ya la buena imagen de la ciudad y el país a nivel internacional, o las 22 medallas que cosecharon los nuestros, sino algunas de las especialidades en las que fueron obtenidas. El equipo de tiro con arco, el salto con pértiga, las judocas Miriam Blasco y Almudena Muñoz, el kilómetro lanzado de José Manuel Moreno… cada uno tendrá sus sorpresas, pero yo particularmente y para bien, me quedé “flipao” con la plata de Antonio Peñalver en decatlón.

El decatlón era una especialidad que nos encantaba a mis hermanos y a mí, no solo por el juego “generacional” del Spectrum, el Daley Thompson’s Decathlon, sino también porque en los veranos del pueblo competíamos en nuestro particular decatlón, con carreras, saltos, lanzamientos, vallas y prácticamente todas las pruebas menos el salto con pértiga.

Desconocíamos que en España hubiera algún decatleta relevante y en esas, llegan los Juegos de Barcelona, y aparece un murciano de 23 años que va pasando prueba a prueba con buenas marcas, en segunda posición, no fue lejos del checo Zmelik, ni muy separado de sus perseguidores. Antonio Peñalver tenía una planta espectacular: 1,93 de altura, 90 kilos de puro músculo, una bestia parda.

Recuerdo que eran los años en que Miguel Induráin comenzaba a arrasar en el Tour y algunos periodistas establecieron un paralelismo sobre los cambios del “deportista español” típico. Se acababa lo del españolito bajito y peleón, como Pedro Delgado, Antonio Prieto, Emilio Butragueño… El deportista español era como ese Fermín Cacho en la recta de los 1500 metros que miraba hacia atrás incrédulo, «he dejado a Morceli atrás, he dejado a Morceli atrás, seguro que me pilla», como un Luis Miguel Dominguín de la vida que no se creyera que se acababa de cepillar a Ava Gardner. Todos esos «complejos» hispanos terminaban, comenzaba la era de “Supermanes”: Induráin, Peñalver, Abraham Olano, Kiko Narváez… Tallos, portentos físicos y técnicos.

No supimos mucho más de Peñalver en los años posteriores. Volvió a competir en Atlanta en 1996, donde no pasó del noveno puesto y mantiene aún varias de las mejores marcas del atletismo nacional en su especialidad, pero su pico fue aquel verano del 92. ¿Qué pasó con él? No volví a saber de su existencia hasta que saltó el escándalo de abusos sexuales del entrenador Miguel Ángel Millán en 2016. Esta entrevista del diario El País resulta estremecedora para tratar de entender lo que ocurrió. El titular escogido ya te revuelve:

Una historia de abusos en la adolescencia, sometimiento, crisis de autoconfianza… Posteriormente llegaron las depresiones, el abandono de los entrenamientos y las lesiones. No tuvo una carrera destacable después de aquella plata. A decir verdad,  ni siquiera tuvo una carrera. Una lástima todo lo que cuenta. Con el tiempo se quedó en Murcia como entrenador, y ahora, con 54 años, parece una persona que no recuerda con ningún cariño aquella etapa de su vida. El Supermán que veíamos por la tele en el 92 era un chico roto por dentro. El Tribunal Supremo ratificó la condena de 15 años y seis meses a Millán en 2020.

Travis – ¿Qué pasó con la novia de Marty McFly?

Han pasado casi cuarenta años desde el estreno de Regreso al futuro, en 1985, y puedo proclamar sin miedo a equivocarme que esta película es uno de los tres o cuatro clásicos más recordados de los ochenta. En este mismo blog ha salido numerosas veces (El futuro ya está aquí, Ensayos de un futuro distópico, y por supuesto, el 21 de octubre de 2015) porque el clásico de Robert Zemeckis siempre parece actual, que no pasa de moda.

Aunque el protagonismo de toda la trama recae en Marty McFly (Michael J. Fox) y en Doc Brown (Christopher Lloyd), a mí me encantó la novia de Marty, Jennifer Parker, una hermosa joven llamada Claudia Wells… de la que no volví a saber. Los menos aficionados a la saga se preguntarán: “¿pero no salía la novia de Marty en la segunda y tercera entrega?”, y sí, claro que tenía un papel, pero habían cambiado a la actriz. Las secuelas se rodaron en 1989 y 1990, pero en ellas el papel recayó en una de esas jóvenes que quedó como “novia de” en los ochenta: Elizabeth Shue. La que fuera novia del primer Karate Kid y del hombre Cocktail, Tom Cruise. Elizabeth Shue también pareció aquejada por una especie de maldición que hizo que su carrera se perdiera por papeles irrelevantes, salvo quizás su papelón en Leaving Las Vegas, por el que fue candidata al Óscar.

¿Pero qué pasó con Claudia Wells? La razón que la llevó a alejarse del cine fue la enfermedad de su madre, un cáncer que duró varios años. Cuando el equipo de Zemeckis contactó con ella para las continuaciones, que se rodaron sin descanso, sin esperar ni siquiera al estreno de la segunda para afrontar la tercera, la actriz declinó el ofrecimiento porque estaba dedicada al cuidado de su madre. No podía afrontar los meses de separación que dos películas exigen. Y eso le honra. Según su página de IMDb, la gran base de datos de artistas, apenas hizo alguna aparición en capítulos sueltos de series hasta que prestó su voz en 2010 para un videojuego basado en una célebre película. ¿De verdad necesita alguien que le diga de qué película se trataba?

Continuará:

Josean – ¿Qué pasó con Antonio Hernández Mancha?

Lester – ¿Qué pasó con Pedro Maestre?

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