Crímenes musicales contra la Humanidad (Vol. II), por Lester

crimen1

Para desenmascarar un plagio, decía el guardia civil magistralmente interpretado por Saza en Amanece, que no es poco que «¿no podía usted haber plagiado a otro?», y que cómo se le podía ocurrir copiar a Faulkner con la devoción que se sentía por él en ese escondido páramo de la Sierra del Segura. Aquello era una coña marinera, sin duda, pero a lo que sí somos verdaderos aficionados en este país es a versionar canciones, grandes clásicos de nuestra música o de la foránea. Sigue leyendo