Día 3 tras el Zero Day

Día 0. 28 de abril de 2025. España y Portugal se quedan sin electricidad por una súbita «desaparición» de 15 gigavatios de la red. Sin luz, sin móviles, sin televisión, sin vitrocerámicas ni microondas, la población queda desasistida y desinformada durante varias horas. El caos se gestiona como buenamente puede cada uno, con civismo por parte de casi toda la ciudadanía.

Día 3. 1 de mayo de 2025. Los comercios chinos comienzan a comercializar un kit de emergencia que incluye:

  • Transistor de bolsillo.
  • Cuatro pilas AAA.
  • Infiernillo con seis pastillas de encendido.
  • Mechero.
  • Linterna.
  • Pequeña navaja multiusos.
  • Funda de plástico con un compartimento para dinero y otro para documentos.
  • Raciones militares en sobres.

La radio sintoniza peor que en los ochenta y la linterna ilumina menos que la del móvil. De la navaja, el minicuchillo solo vale para partir el pan, porque el abrelatas tiene dificultades hasta con un sobre, pero el precio de 32 euros y la necesidad vital de hacerse con el mismo provoca que media España se haga con el suyo en tiempo récord.

-¿Cómo es que todavía no tienes tu kit de emergencia? -te preguntan en el vecindario.

-Pues en el chino de la plaza se han agotado, pero me han dicho que en el de la calle Tal y Pascual todavía quedan.

Durante el mismo día 3, la mitad del gobierno se encuentra en las manifestaciones por el Día del Trabajo. La ministra Yolanda Díaz se coloca tras la pancarta y junto a los líderes sindicales con una reivindicación por un trabajo más digno y con menos horas de trabajo. «Ojalá estar en el gobierno para poder atender estos frentes», piensa para sus adentros. A los elementos tan «propios» de la fecha, como la bandera republicana o los carteles de «Sanidad pública» y «Vivienda digna», se unen en esta ocasión numerosos letreros caseros y pegatinas con el lema «Nucleares no, gracias». Algún participante recicla una camiseta antigua y, bajo el eslógan «La nuclear mata», añade: «y te deja a oscuras».

El presidente Sánchez contempla todo desde su despacho en La Moncloa. Tenía previsto convocar a su gabinete de crisis y emergencias para proseguir con las acciones previstas (investigación de las causas, desvío de culpas, estrategia de comunicación), pero, tras consultar a una docena de ministros con las maletas ya preparadas para el puente, se ve obligado a retrasarlo hasta el lunes. Así que aprovecha para reunirse con su Director de Comunicación para seguir con la estrategia de ataque a «los malvados operadores privados que nos la han jugado».

-Presidente, la gente no habla de otra cosa que del kit de emergencia que ya está en los mercados.

Día 4. 2 de mayo de 2025. El presidente anuncia en rueda de prensa que el gobierno está preparando un decreto para la disponibilidad con carácter obligatorio de un kit de emergencia básico para toda la ciudadanía. Indica que ya ha iniciado las negociaciones con otros grupos parlamentarios para definir qué elementos deben incorporarse al kit, qué coste máximo debe tener y con qué partidas presupuestarias cuenta para financiar total o parcialmente el mismo.

Aprovecha que es el Día de la Comunidad de Madrid para soltar que pretendía contar con la colaboración de las comunidades autónomas gobernadas por el Partido Popular, pero que, para su desgracia, la señora Díaz Ayuso estaba ocupada en otros menesteres «más propios de la propaganda de la extrema derecha y de la derecha extrema». Durante la rueda de prensa, el presidente anuncia también que llevará su propuesta a la próxima cumbre de la Unión Europea para tratar de que se apruebe una normativa europea sobre el kit de emergencia y que parte de los fondos Next Generation puedan emplearse en este cometido, bien dentro de las políticas de transición justa, o bien, de seguridad energética.

Día 7. 5 de mayo de 2025. Se convoca el (no tan) urgente gabinete de crisis para combatir situaciones extremas como la del apagón «provocado por las operadoras privadas», y se acuerdan los elementos imprescindibles que deben incluirse en el kit de emergencia básico que se aprobará en el real decreto extraordinario que se presentará en breve al Congreso de los diputados. Se toma como referencia el adquirido por Óscar López «en el chino de la esquina de donde vive mi madre». Algunos ministros tienen informes de sus múltiples asesores que comentan que hay numerosos distribuidores españoles que se han ofrecido al gobierno para fabricar los kits de emergencia en pocas semanas, con proveedores mayoritariamente españoles, «ninguno israelí, espero», con criterios de sostenibilidad y a precios asequibles, «algo más caro que los chinos, pero con todas las especificaciones legales, presidente». Se incluye una referencia solicitada por Ione Belarra para que el kit tenga en cuenta la perspectiva de género en su configuración.

Entre todos acuerdan buscar un nombre atractivo para los ciudadanos, «el lenguaje es importante, porque lo de emergencia o supervivencia asusta a la población», indica Marlaska. «Una población asustada es más manejable», piensa el presidente para sus adentros, pero asiente a las palabras del ministro: «me parece bien, buscad algo que suene bien, como en su día las kelly finders, el impuesto de solidaridad o lo del Mecanismo de Equidad Intergeneracional, jojojo, qué grande fue aquello».

Día 10. El gobierno convoca una rueda de prensa en la que la portavoz, Pilar Alegría, presenta un vídeo sobre el KEPA (Kit de Emergencia Para Apagones). El lenguaje del vídeo resulta infantil y las imágenes parecen más propias de unos jóvenes excursionistas que se han perdido en el monte y organizan una fiesta alrededor de un pequeño fuego casero que de una crisis nacional. La portavoz concluye la presentación informando de otros dos asuntos relacionados con la situación vivida recientemente por el país:

  • Se crea un comité de expertos que investigará las causas del apagón, determinará la responsabilidad de lo acaecido y sancionará de manera importante a los operadores privados causantes, de manera especial si se aprecia que habido dolo o mala fe.
  • El gobierno estudia la creación de un impuesto que ayude a sufragar el coste del KEPA para hacerlo más accesible a la ciudadanía, un impuesto que deben soportar entre los comercios que lo distribuirán y las compañías eléctricas, dentro de la factura, junto a los costes de distribución, la moratoria nuclear, el carbón, los costes de transición a la competencia, la financiación del sistema y de las renovables. Se llamaría recargo por garantía del suministro.

Los medios afines alaban la rapidez del gobierno para afrontar una crisis como la sufrida, lo bien que suena Kepa, Broncano hace todo tipo de bromas sobre su nuevo amigo vasco… Mientras, el resto de medios critica la poca definición del propio kit: lo que falta, lo que sobra, el precio, quién asume el coste, si debe ser obligatorio o voluntario, si entra dentro de las competencias estatales o autonómicas… El nuevo impuesto pasa casi desapercibido.

Día 24. El primer borrador del decreto está casi completo, pero no es aprobado por el consejo de ministros hasta comprobar si va a contar con la aceptación de los socios de gobierno.

  • Esquerra y Bildu exigen que las instrucciones vayan en todas las lenguas cooficiales, también «en el resto de comunidades del estado español, por si hubiera ciudadanos vascos o catalanes residiendo allí de manera temporal».
  • Podemos considera que el primer borrador hace pocas referencias al diseño ecosostenible de los productos y que no se ha realizado el pertinente estudio de impacto de género, para lo cual ofrece un par de consultoras especializadas en la materia.
  • Sumar propone incluir una limitación al origen de fabricación de los productos, para asegurarse de que no vengan de países que no respetan los derechos humanos, como Israel o Estados Unidos.
  • Junts no está en desacuerdo con el KEPA, aunque no le gusta el nombre y plantea incluir un PAU: Programa de Acceso Universal al kit. Dicho programa se centra en la financiación del KEPA, que debe ser asumida por el Estado a través de un decreto que asigne partidas específicas del presupuesto que puedan ser reasignadas, como las aprobadas para emergencias nacionales o las fuerzas de seguridad, «ahora que van a tener menor peso en Catalunya». El grupo parlamentario de Junts devuelve el primer borrador con una Disposición Adicional Octava que apruebe la condonación de las multas de tráfico y sanciones tributarias de todos aquellos miembros del partido que de alguna manera pudieran demostrar su participación en los procesos electorales de los últimos diez años en la comunidad.

Día 28. En la cumbre europea, Pedro Sánchez presenta la propuesta para la creación de un kit básico europeo y una normativa que regule su uso en todo el territorio comunitario. Varios países como Polonia o Alemania proponen que el kit de emergencias no debe crearse pensando únicamente en crisis energéticas como la vivida por España y Portugal, sino que debe considerar otras posibles situaciones críticas como una invasión rusa de sus territorios.

Ursula von der Leyen anuncia en la sesión informativa posterior a la cumbre que se creará una comisión para el análisis de situaciones de emergencias provocadas por la falta de seguridad energética en la Unión Europea y por situaciones de conflicto bélico, formada por profesionales de reconocido prestigio (y larga trayectoria política en Bruselas, aunque eso se lo guarda).

Día 67. El decreto ha sido validado por el consejo de ministros y se enfrenta al trámite parlamentario de rigor. Ninguno de los partidos que conforman el gobierno está satisfecho con la redacción final que se presenta. Junts amenaza hasta última hora con votar en contra del mismo por no recoger la totalidad de las reivindicaciones «puigdemoníacas», pero decide abstenerse. El decreto sale adelante con el voto favorable de un diputado del Partido Popular, que, según parece, se ha confundido de botón. «Es que el procedimiento no estaba bien explicado», responderá. «Nos parece lamentable que no se repita la votación, vamos a presentar un recurso», añadirá la portavoz del principal partido de la oposición.

Día 74. La comisión de la UE para la configuración del kit presenta un primer borrador de conclusiones en el que se centra en:

  • Certificaciones ISO que deben incorporar los productos que se incluyan finalmente en el kit.
  • Aprobación de una norma comunitaria que garantice el espacio de radiofrecuencia necesario para que los transistores puedan funcionar en todo el territorio europeo sin afectar a emisoras nacionales.
  • Normativa de las pilas, mecheros y pastillas de encendido, que deben contar con unos certificados de origen, cumplir los estándares de sostenibilidad, presentar el cálculo de emisiones generados por su fabricación y distribución, y asegurar el completo tratamiento de los envases y la reciclabilidad de los elementos.
  • Se fomentará la fabricación de los elementos en industrias y empresas de la propia Unión Europea, aunque varios de ellos no podrán fabricarse al carecer de los materiales y la tecnología necesaria.

Día 384. Se descubre que no hubo tal comité de expertos para la investigación del apagón.

Días 422, 428 y 437. Aparecen noticias que relacionan a varios políticos con intermediarios que cobraron comisiones por la fabricación y distribución de los «kepas» por todo el territorio. Sale algún ministro del PSOE y, pocos días después, varios diputados regionales del PP, de Junts y del PNV. Cada partido niega sus casos y responde con «es un bulo», «fake news» o «propaganda de la ultraderecha».

Día 512. La Unión Europea presenta un informe de expertos para el desarrollo normativo del kit básico de emergencias y el fomento de la industria europea, y acuerdan un plazo de doce a veinticuatro meses para la trasposición de la regulación que finalmente se apruebe en la votación del pleno que debe celebrarse en los próximos seis…

Día 638. Se produce un nuevo apagón. Vuelta a empezar.

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