La teoría del todo y The imitation game, por Travis

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Pese a que se trata de dos películas distintas en su argumento y en el género, voy a hablar de las dos al mismo tiempo en esta entrada, porque me ha parecido encontrar algunos puntos en común entre ellas. Antes de empezar, diré lo cómodo que me resulta hablar de películas basadas en historias reales, porque eso me permite poder hablar libremente del final. A nadie le voy a fastidiar las películas si digo que el personaje de Stephen Hawking termina en una silla de ruedas con la cabeza más inclinada que la madre del Rey (del de los elefantes, no del consorte de la Leti) o que los aliados descifraron la máquina Enigma durante la II Guerra Mundial.

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La teoría del todo

El biopic se centra en la vida del astrofísico Stephen Hawking desde 1963 hasta finales de los 90, y no lo hace desde un punto de vista de su importancia como científico, para explicarnos lo importantes que han sido sus teorías o investigaciones, sino bajo el prisma de la que fue su mujer durante 25 años, Jane Wilde. La película es interesante, porque la propia vida de Hawking lo es. Resulta admirable su lucha contra la enfermedad de la neurona motora, relacionada con el terrible ELA por lo visto, por haber sido capaz de sobrevivir cincuenta años más de lo que le pronosticaron los médicos, y sobre todo, porque con esas limitaciones físicas que tan bien describe la película Stephen Hawking haya sido capaz de tener una vida extraordinaria y aportar tanto al conocimiento del universo. Y no menos importante, a su divulgación.

Reconozco que me documenté un poco antes de ir a ver esta película. No quería que me engañaran como ya lo hizo Una mente maravillosa, que se tomó algunas licencias para evitar los episodios más escabrosos de la biografía del matemático John Forbes Nash. Y creo que La teoría del todo pasa el examen. Es cierto que al estar basada en la biografía escrita por la que fue su mujer durante tantos años, Hacia el infinito (¡y más allá!, homenaje a Buzz Lightyear), la visión es sesgada y claramente generosa con la historia de amor de la pareja. Pareja durante muchos años, trío al final. La película es todavía más generosa con el trío, puesto que a lo largo de los años de relación se incorpora a la familia el profesor de música y director del coro de la parroquia, Jonathan Hellyer Jones. Da la impresión de que fuera el propio Stephen el que reclamaba su presencia en la familia, el que le pedía que estuviera allí en medio de su relación, hasta el punto de presenciarlo como espectador con una notable complacencia. Desconozco la realidad, y la verdad es que no me interesa demasiado, como los programas de cotilleos o los marujeos en la cafetería del trabajo.

Sin embargo, pese a esa complacencia o “buen rollito” que el trío transmitía, yo creo que todos los que estábamos en el cine levantamos la ceja cuando supimos que Jane estaba embarazada por tercera vez. “¿Eeeey?”, se oyó en el cine. El segundo hijo nació cuando Stephen todavía andaba y suponemos que el letargo de la neurona motora no le había afectado todavía a sus funciones reproductivas. Pero doce años después, y en su estado… Jane Hawking reconoce una sola infidelidad durante su matrimonio, y esta se produjo varios años después del nacimiento de su tercer hijo.

Hacia el final de la película Jane pone en boca de Stephen una frase que parece parte de su pliego de descargos. No me interesa en este caso la verdad, como decía antes. Jane se casó años después con Jonathan y puede que fuera cierta esa frase y puede que no (no la transcribo para los que vayan a ver la película).

Para mí lo interesante es la relación de más de treinta años luchando contra una situación tan complicada. Jane debió tener una paciencia casi ilimitada, una abnegación infinita, un “amor verdadero” como el de La princesa prometida. Stephen Hawking ha comentado recientemente que intentó suicidarse tras quedarse sin voz. La propia Jane ha reconocido durante la promoción de la película que Jonathan fue fundamental en su vida, porque ella también había tenido pensamientos suicidas. Sin embargo, a juzgar por la película (supongo que el libro será similar), parece que la autora necesita ese desahogo, necesita decírselo a todos los que dudaron de la paternidad de Hawking, gritar al mundo que no tuvo más remedio que separarse de ese hombre extraordinario por el que lo dio todo. Y necesita más, como mostrar lo buenas personas que eran Stephen, Jonathan y ella misma,… y lo mala malísima que era la terapeuta con la que posteriormente terminaría casándose Hawking. Sólo el aspecto físico, su vestuario y sus gestos ya indican que esta mujer va a ser “la mala de la historia”.

Como curiosidad, uno de los profesores que examina a Stephen Hawking su tesis doctoral es el astrofísico Kip Thorne, el asesor y principal artífice de Interstellar, con quien Stephen mantiene una divertida apuesta que no voy a contar. Una excéntrica apuesta entre mentes privilegiadas a las que no solemos asociar estas pasiones terrenales.

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The imitation game

La película transcurre entre 1939 y 1951 y trata la vida del matemático y criptógrafo Allan Turing, el hombre que encabezó el equipo británico que logró descifrar la máquina de comunicaciones nazi Enigma. No desvelo nada de la trama, porque el propio subtítulo con el que la promocionan ya lo dice casi todo: Descifrando Enigma. Y por si algún espectador poco informado no sabe de la importancia de la máquina, el cartel de promoción añade otra frase: «Descifrar el código. Ganar la guerra».

¿Queda claro entonces de qué va la historia? La trama gira especialmente en torno a la figura de Allan Turing durante la II Guerra Mundial, como responsable del equipo que logró la hazaña a base de desarrollar una máquina completamente nueva, distinta a todo lo existente, y que para muchos está en el origen del lenguaje informático sin el cual hoy no sabríamos hacer (casi) nada. Los veinteañeros nada. La película juega con saltos temporales y nos sitúa en otros dos momentos de la vida de Turing: su educación en el instituto, con referencias a su «especial» amistad con un compañero de clase, y su vida desordenada a principios de los 50, acosado además por la policía local de Manchester.

Este episodio de la II Guerra Mundial fue durante décadas uno de los menos conocidos, pues se mantuvo en secreto durante 50 años, hasta mediados de los 90. De todas las películas bélicas ambientadas en la II Guerra Mundial, y he visto bastantes, sólo recuerdo referencias a esta máquina de codificar en U-571, que realmente trataba de la obtención de la misma, no de su descifrado posterior. Esta película se estrenó en el año 2000, y al año siguiente se estrenó otra titulada Enigma, que no he visto. U-571 era una aceptable película de submarinos (casi todas son bastante más que aceptables) con Matthew McConaughey, Harvey Keitel y Bon Jovi, entre otros. ¡Bon Jovi en un submarino, por favor! Lo que me faltaba por ver, es como ver a Willy Toledo en una de gladiadores.

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Volviendo a The imitation game, la película resulta entretenida por sus historias de espionaje, investigación frustrada que deviene en desesperación, ingenios exprimidos al máximo en pos de un objetivo, y una vez que se alcanza el objetivo, llega lo más angustioso: el manejo de la verdad. El uso que se hace de la misma. Quién decide, qué decide, quién vive, quién muere,… La sensación de poder decidir sobre la vida de las personas y la terrible responsabilidad que supone ese poder.

Las historias personales o afectivas entre los diferentes personajes ayudan a la historia, como la relación de Turing con Joan Clark (personaje interpretado por Keira Knightley), pero tampoco aportan gran cosa a la trama central. Sólo en la última parte se centra en el drama personal vivido por Allan Turing, puesto que en aquellos años la homosexualidad estaba prohibida en el Reino Unido. «Conducta indecente» era el delito. Precisamente a raíz de esta película ha surgido una campaña de recogida de firmas para restituir el honor de 49.000 homosexuales que fueron condenados a mediados del siglo pasado en el Reino Unido por esa «conducta indecente».

Aspectos en común

¿Por qué he comenzado diciendo que veía elementos en común en ambas películas? Pues para empezar, por tratarse de dos películas históricas ambientadas en épocas cercanas en el tiempo, rodadas con el clasicismo propio de este tipo de historias (música, ambientación, diseño de producción, en la línea de El discurso del Rey), y con guiones alrededor de dos personajes dotados de mentes extraordinarias. Stephen Hawking, University College, de Oxford, por un lado, Allan Turing, King’s College, de Cambridge, por el otro. Hawking, por cierto, realizó sus estudios de posgrado en el Trinity Hall de Cambridge.

Los dos personajes son representados por actores ingleses poco conocidos en España hasta la fecha, de esta nueva hornada que recientemente han definido como actores pijos, de buena cuna y escuelas caras.

Eddie Redmayne (Mi semana con Marilyn, y poco más) interpreta a Stephen Hawking con acierto, pero creo que no tiene tanto mérito cuando te han plantado un par de prótesis y te dicen que lo único que tienes que hacer es mover los ojos. Eso sí, esos ojos son capaces de transmitir alegría (como cuando mira a sus hijos) o desesperación (cuando pierde la voz). Este tipo de papeles gustan en Hollywood, así que no debe extrañar que se lleve el Óscar al mejor actor. Como cuando el desconocido Daniel Day-Lewis se lo llevó por Mi pie izquierdo.

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Benedict Cumberbatch (Sherlock Holmes, y poco más) representa el papel de Allan Turing, un tipo maniático, acomplejado o cohibido, y totalmente insoportable. En esto sí difiere del personaje de Hawking, que es mostrado como una persona con un especial sentido del humor (¿inglés?) en La teoría del todo. Como suele ocurrir en este tipo de películas, los sabios superinteligentes como Turing son pintados como tipos excéntricos e inaguantables, totalmente asociales, como un Rain Man autista incapaz de comunicarse de modo normal con sus compañeros. Otro tipo de papel que tiene numerosos adeptos en Hollywood. Este año el Óscar está complicado porque Michael Keaton también ha recibido todo tipo de elogios por Birdman. Me voy a mojar y a decir que ganará Eddie Redmayne.

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Las actrices principales cumplen su papel y son guapas hasta cuando se las intenta hacer pasar por feas. Ambas son candidatas al Óscar, Felicity Jones como principal por La teoría del todo, y Keira Knightley como secundaria por The imitation game. Mi apuesta es que ganará Julianne Moore como principal y Emma Stone (Birdman) como secundaria. Como actor secundario apuesto por J.K. Simmons por Whiplash, que no he visto, aunque a mí el que me gustó de verdad fue el cabronazo engreído de Edward Norton en Birdman.

Los directores son dos desconocidos para mí, casi debutantes como directores de largometrajes. James Marsh (La teoría del todo) ganó un Óscar al mejor documental por Man on Wire, la historia de aquel zumbado funambulista que cruzó por un cable y sin seguridad de ningún tipo por las Torres del difunto World Trade Center.

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Morten Tyldum (The imitation game) es un director noruego con un puñado de películas (que desconozco completamente) rodadas en su país. La película es muy clasicona en su dirección, no arriesga como el Iñárritu de Birdman. Sin embargo, es candidato al Óscar, no como James Marsh, que se atreve a ir un poco más allá con planos cenitales, colores sepia para dar aspecto de documental o super 8 a las imágenes de la familia Hawking, imágenes desenfocadas,… y un plano brasa-ojo-agujero negro de lo más llamativo de toda la película, al estilo del ojo de Sauron.

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No tengo ni idea de quién ganará los Óscar a mejor director y mejor película. No he visto todas las candidatas, aunque El Francotirador caerá en breve. De las que he visto me quedo con Birdman y con Iñárritu, pero creo que ganarán Boyhood y su director, Richard Linklater, aunque no tengo ni idea, porque en estos premios cuentan más la inercia, la promoción y los lobbys que la calidad´.

Cara Travis

6 comentarios en “La teoría del todo y The imitation game, por Travis

  1. Llego a casa desde el cine de ver El Francotirador y me encuentro con estos comentarios de Travis. No me puedo resistir a enviarte este mío.
    Mira, Travis, ya sé que como cuasi profesional que eres de la cosa, tendrás que ir a ver El Francotirador. Pues te anticipo que no vale la pena, ni los euros de la entrada ni mucho menos las dos horas y pico que dura.
    La película vale muy poco. La dirección y las interpretaciones son vulgares. Los efectos especiales son buenos, pero del montón. Lo peor es el guión y ya sabes que, si el guión es malo, es milagroso, no imposible, una buena película. Los malos son muy malos y los buenos son muy buenos y tienen mejor puntería. ¿Alguna vez hemos visto algo así? La pequeña historia paralela de que el buen guerrero-héroe-americano tiene que dejar una y otra vez a su mujer e hijos porque él se debe a la tarea de salvar a la patria y dejar un mundo mejor para sus hijos a base de matar mucho y bien, es para echarse a llorar y no precisamente de emoción. En fin, que no hay por dónde salvarla.
    Entonces ¿por qué está nominada para algún Oscar? Yo creo que por dos razones. Una, porque es una exaltación de los valores patrios (imperialismo, prepotencia, hegemonía del wasp, y palo al que se resista) a lo que tan aficionados son los americanos, igual que, admirablemente, hacen lo contrario de vez en cuando. Y la otra: porque es una película de Clint Eastwood, wasp donde los haya, alto, guapo, duro, listo, famoso, hollywoodense… y reaccionario republicano, de los que hoy están en auge. Si no fuera por esta segunda razón, la película pasaría desapercibida.
    También me voy a mojar: espero, confío y deseo que no le den ningún Oscar.
    Por último, perdóname, Travis, casi te he hecho la crónica. Es broma. Espero la tuya con muchas ganas.
    ¡Ah! Sobre lo que cuentas ahí arriba de esas dos películas, estoy OK.

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    • Pues al final no se llevó nada El Francotirador, y pese a tus comentarios, seguramente iré a verla. Clint Eastwood siempre ofrece algo, por lo menos preguntas sin respuesta, veremos qué me encuentro. Respecto a los Óscar, me he alegrado por la victoria de Birdman e Iñárritu. La película es extraña, diferente, pero me gusta por su riesgo, por su historia desquiciada, por los actores, la recordaré en el futuro más que La teoría del todo y The imitation game, que están bien, son entretenidas, pero son películas más corrientes, más al uso. Lo de Eddie Redmayne me sigue pareciendo sorprendente, aunque ya apostaba antes de la ceremonia por su victoria. Parece que siempre que haya un papel de enfermo, esquizofrénico, parapléjico o personaje con una enfermedad psíquica, ese actor o actriz tendrá todas las de ganar. Y luego, leyendo un poco los periódicios, lo de Julianne Moore y JK Simmons parecía cantado. De Whiplash vi el típico tráiler que te cuenta media película y ya la veré en DVD. Bueno, ya comentaré sobre la de Harry Callahan Eastwood, que en el fondo lo que ocurre con Clint es que nunca ha dejado de ser Harry, aunque con los años haya moderado en parte su discurso.

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  2. Parece que fallaste bastante con tus pronósticos para los Oscar, de todas formas no es de extrañar viendo que a veces se premian pelis de mierda como Titanic, en la que el mejor momento llega cuando por fin se ahoga Di Caprio…

    Bueno, exageraciones aparte, lo que sí me extraña es que apostases por Boyhood, una peli que en sí misma no tiene nada aparte del experimiento de ver a la gente creciendo con los años. Lo único que realmente me produce cierta curiosidad en esa peli sería el saber qué clase de contratos firmaron Ethan Hawke y Patricia Arquette unos años antes, es decir: ¿ya sabían que iban a ser más famosos después? ¿qué clase de sueldos habrán cobrado, los estipulados en 2002 (o cuando fuese) o sus cachés de 2004, 2008, 2014? En fin, es curioso. En cualquier caso, la peli más allá de ver crecer al chaval y a la gente de alrededor, parece que se quede en un simple documental guionizado, cuando podría haber dado mucho más de sí.

    Sobre las pelis que comentas, de El Francotirador -que iré a ver por ser de Clint Eastwood y porque me gusta la temética pese a estar mil veces repetida- me gustaría decir a Manuel 😉 que si bien Eastwood puede parecer un wasp al uso, tiene películas muy buenas en que creo que se mete bastante con el «wasp statement» que rige en EEUU. La verdad es que seguir sus películas sobre todo las de los últimos años que ya está mayor pero lúcido es una interesante guía para ver cómo funcionan algunas cosas y algunas mentalidades en ese gran y a veces terrible país. Por ejemplo en Gran Torino, en que rememora cosas de aquella clase media en la época dorada de Detroit en comparación con el racismo e inmigración de hoy día, o en Million Dollar Baby que es una historia sobre gente «white trash» como dicen ellos, además con un desprecio tremendo que parece querer decir «eres blanco y lo podías haber conseguido todo en este país, pero ahí abajo sigues», digo un par de ellas como algunas que me vienen a la cabeza últimamente. A mí me encanta seguir la evolución de Clint Eastwood y por supuesto no dejaré de ver esta aunque leyendoos ya imagino que será más de lo mismo, a ver si escribo algo cuando vaya a verlas.

    La de Stephen Hawking tengo que ir a verla aunque me interesa mucho más lo que ha escrito y divulgado este señor, que su vida terrenal, atrapada en un cuerpo enfermo. Que sí, que es una putada y tal, las enfermedades largas además acaban sacando lo mejor y también lo peor de las personas, y reconozco que es una «materia», por decir algo, que me atrae más bien poco. Conozco varios episodios de la vida de Hawking debido a que a menudo en sus libros suele intercala algunas anécdotas o episodios de su impresionante historia personal con las ideas tan complejas que es capaz de elucubrar, pero como digo considero más interesantes los documentales, libros y teorías a los que ha dado origen este señor. Las reflexiones que hace siempre acerca de la existencia de Dios, al igual que las de Carl Sagan que hizo aquellos documentales maravillosos en los 90, no pueden dejar indiferente ni al más talibán de los religiosos.

    Y sobre Imitation Game, me gustó bastante, una historia muy interesante y una película muy bien contada y ambientada, aunque creo que al final se alarga y se ceba un poco con la circunstancia personal de la homosexualidad, que en la peli iba quedando un poco soslayada y al final del todo queda centralizando totalmente la atención, desviándola de lo verdaderamente importante de la historia, que es lo que ayudó a hacer este genio huraño, con empatía personal cero, un gilipollas de las relaciones sociales. La parte de cómo ocultar la información descubierta y el personaje del espía-político este me pareció que deberían haber sido más desarrolladas, hay un campo enorme ahí en la manipulación que en m,anos de un bue guionista siempre da buenas historias, y en esta peli simplemente se queda como una cosa más de entre todas, que al final no te quedas a gusto sabiendo si la peli va de cómo descifraron Enigma, o de las vicisitudes del típico «empollón gafotas acusica» del colegio que evoluciona en un ser igual de incomprendido o de imbécil, pero además adulto y marica. Aún así la peli está muy bien y que yo recuerde diría que es la mejor que he visto en lo que llevamos de 2015.

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    • Hombre, Andancio, tampoco fallé tanto. Acerté Eddie Redmayne, Julianne Moore y J.K. Simmons, y solo fallé Patricia Arquette en cuanto a los actores y actrices. En cuanto a mejor película decía que me gustaba Birdman y que ojalá ganara, pero que los medios hablaban de Boyhood y Linklater, por el experimento, así que apostaba por ellos. Yo no la he visto, así que no puedo opinar sobre su calidad, por eso ya advertía de que en estos premios se votan «otras cosas». Solo así se entiende que actorazos y superdirectores no lo ganaran nunca: Cary Grant, Montgomery Clift, Kirk Douglas, Hitchcock, Howard Hawks, Orson Welles, Ava Gardner o Annette Bening, entre muchos otros. Tampoco he visto El Francotirador, que espero ver en breve.
      Respecto a las películas de este post, coincido contigo en que lo mejor de The imitation game , aparte del espía pro-ruso, es la parte de la ocultación de la información, por eso comentaba lo de la responsabilidad que es tener ese poder. Decidir sobre la vida y la muerte de miles de personas, y acostarte cada noche pensando que seguramente te habrás confundido en muchas de tus decisiones. Y que esos errores son irremediables. Saludos.
      Travis

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