Mis teorías de la conspiración favoritas (1 de 2), por Lester

conspiración

No falla. Cada vez que ocurre una desgracia surge un “listo” que crea una teoría de la conspiración. Al principio estas teorías se generaban tras un atentado, un accidente de avión o una explosión repentina, pero últimamente vale casi todo, incluidos los desastres naturales o los lobos solitarios.

Recientemente, tras los atentados del semanario Charlie Hebdo en Francia, ha surgido su correspondiente “inventor conspiranoico”, el cual ha creído encontrar tras la masacre una “coreografía” o montaje cinematográfico pergeñados por oscuros gobiernos mundiales en la sombra para convencernos de la maldad del Islam y sus seguidores, y así manipular a la opinión pública, pues tras estos atentados se esconde un objetivo mucho más ambicioso de dominio geopolítico mundial. ¡Toma ya, con un par! El tipo en cuestión se llama José Alfonso Hernando, y este simpático sexagenario ha montado este vídeo de unos veinte minutos de duración en el que trata de convencernos de su teoría.

Como este vídeo era muy largo, tiene una versión reducida de poco más de ocho minutos, que os recomiendo, en el que, si sois capaces de pasar los dos primeros, veréis su teoría:

Lo más hilarante está en su explicación acerca del policía abatido a sangre fría por uno de los terroristas. Según este señor, esas imágenes terribles que todos hemos visto no son más que un montaje de cine. El policía tumbado en el suelo es un actor y el humo que vemos no proviene del cañón del terrorista, sino de un espray que el propio policía lleva oculto en su brazo. ¡Jua, jua, jua,…!

Me estuve riendo un buen rato, porque además lo parece, pero me reí menos cuando vi que estos vídeos llevan ya más de 120.000 visitas entre los dos. El poder de internet es la leche. Y el de las imágenes mucho más. Por hacer una comparación odiosa, los cuatro amiguetes llevamos casi seis meses dándole al coco, estrujándonos el cerebro para aportar ideas o entretenimiento en este blog, echándole dedicación y horas para dar una buena información, y acabamos de alcanzar las 6.000 visitas, mientras que un fulano se inventa una patraña como esta, la monta deprisa y corriendo, y en un par de semanas multiplica por veinte nuestra audiencia. ¡Olé, José Alfonso, qué arte tienes! Y lo digo en serio.

No debería extrañarnos, a la gente en general le cuesta leer un documento largo o un libro mientras que ver un vídeo es muy sencillo y mucho más rápido. Treinta segundos, ese es el tiempo máximo de atención que muchas personas están dispuestas a conceder. De ahí que tengan tanto éxito los tuits o los vídeos enviados por Whatsapp. Se convierten en lo que llaman “virales”, ¿no? Como un virus que se propaga a toda pastilla.

El avión de Malaysia Airlines

Hace unos meses se fantaseó con la idea de que el avión de Malaysia Airlines desaparecido en aguas del Pacífico había sido abatido por algún grupo terrorista que operaba en el sudeste asiático. O incluso llegó a decirse que no, que había sido secuestrado y estaba retenido en alguna isla en mitad del océano con sus más de doscientos pasajeros. “No es posible”, comentábamos los amiguetes, “¿te imaginas la logística que hay que montar para aterrizar el avión y luego tener secuestradas a 240 personas en una isla en mitad del océano? Hay que darles de comer, beber, que tengan para hacer sus necesidades, dormir, que no se te subleven,… Tener televisiones para entretener a los niños, medicinas para los ancianos y enfermos, compresas para las mujeres que tengan la regla, que si no, se te vuelven insoportables y te montan una rebelión en un minuto…”. Incluso surgió una teoría de la conspiración fantástica, según la cual, el avión de Malaysia Airlines era el mismo que el que se estrelló unos meses después en Ucrania. No un modelo similar, el mismo, con sus cadáveres y todo.

Para que todas estas teorías de la conspiración se extiendan y se conviertan en “virales” hace falta que haya muchas lagunas y secretismo en la versión oficial. Y difundir algún bulo, que eso es muy sencillo: “resulta que el piloto del avión tenía en su casa material del grupo terrorista yihadista yo-qué-sé-qué-del amanecer rojo o de la lluvia dorada, por ejemplo, y había dejado un escrito en el que amenazaba a Occidente con represalias por…”. O aportar algún dato técnico desconocido para el 99,9 por ciento de la población. Esto siempre funciona. Quizás no debería perder el tiempo con estas teorías, pero el caso es que me gusta leerlas y me entretienen, aunque unas más que otras, todo hay que decirlo. Yo creo que mi afición me viene de la adolescencia y de algunas películas que te sembraban la duda sobre la veracidad de la versión oficial.

capricornio

El montaje de la llegada del hombre a la Luna

Recuerdo especialmente la película Capricornio Uno (1978), en la que unos astronautas representaban en un decorado su supuesta llegada a Marte. Posteriormente la aeronave se desintegraba al llegar a la Tierra, de ahí que el Gobierno de Estados Unidos y la NASA tuvieran que eliminar a los testigos: los astronautas. Lógicamente la película cuestionaba la veracidad de la llegada del hombre, no a Marte, sino a la Luna, y el mensaje debió calar, hasta el punto de que hoy en día más de un tercio de los americanos sigue sin creer la versión oficial de la NASA, Armstrong y compañía. Tú buscas en Google páginas sobre la llegada del hombre a la Luna, y encuentras cientos que te “demuestran” que no, que es todo un montaje, y otros cientos que te explican lo contrario y hasta te dan razones pseudocientíficas para que te lo creas.

Olvídate de los super ordenadores y macroprocesadores de la NASA, pasa de los telescopios y de la tecnología de última generación. Un tío con un ordenador normalito desde su casa tiene más credibilidad para millones de personas.

Hubo otras películas a principios de los ochenta que contribuyeron a mi desconfianza por las versiones oficiales (mucho antes de ZP y Rajoy), como ET y Juegos de guerra, porque los tipos del gobierno o del Ejército o de la CIA, porque nunca se sabía muy bien quiénes eran, se pasaban todo el rato intentando ocultar las pruebas de algún suceso que escapaba a su control.

JFK

El asesinato de Kennedy

Yo, que por mi fecha de nacimiento, deduzco que fui gestado en los días de la misión Apolo XI a la Luna, estoy influido por estas teorías y por otra muy anterior a mi nacimiento: el asesinato de Kennedy. Mi padre tenía (y tiene) una costumbre, o una afición, que consiste en guardar los periódicos llamemos “históricos”, o que recojan acontecimientos de relevancia mundial, que pasarán a la historia (yo empecé hace unos años a hacer lo mismo, pero sólo tengo los del 11-M y la victoria en el Mundial de Sudáfrica). Pues bien, cuando salió la película de Oliver Stone, JFK, allá por 1991, no existía Google, y yo me leí los periódicos de noviembre del 63 que mi padre almacenaba cuidadosamente desde entonces. Me los leí antes de ver la película, y la verdad es que fue un acierto, porque los periódicos contaban la versión oficial, todo lo que se sabía en los días posteriores al magnicidio, lo cual me vino muy bien para contrastar con la versión del director americano, que se basaba casi exclusivamente en las teorías del fiscal Jim Garrison (papel interpretado por Kevin Costner) y en su ataque al Informe Warren.

Años después, en 2013, cuando se cumplían los 50 años del asesinato de Kennedy, estuve viendo un documental que desmontaba buena parte de las tesis narradas por Garrison-Costner-Stone. Con algunos datos muy claros, como la manipulación del coche para la representación en la película. En fin, la teoría del “lobo solitario” en la persona de Lee Harvey Oswald se mantiene cincuenta años después, y el hecho de que queden miles de documentos sin desclasificar hasta 2029 no ayuda a frenar las especulaciones. Oliver Stone deja en la película muchas sugerencias acerca de la supuesta autoría del crimen: los castristas, los anticastristas, los rusos, la CIA, la mafia,…

el otro

Para mí, la mejor teoría acerca de la muerte de Kennedy es la que apunta el detective privado de la película El otro lado de la cama, papel que nterpreta Ramón Barea. Para convencer a sus potenciales clientes de su habilidad o sagacidad como detective, les enseña un libro que ha escrito, cuyo solo título provoca la hilaridad: Kennedy se suicidó y Marilyn vive en Matalascañas.

Voy por las 1.400 palabras y todavía me queda hablar del 11-S, el 11-M, el maratón de Boston, el Ébola, y por supuesto, los Illuminati y su control del mundo. Mañana seguimos, si para entonces ese oscuro gobierno mundial en la sombra no ha acabado con mi voz.

Cara Lester

10 comentarios en “Mis teorías de la conspiración favoritas (1 de 2), por Lester

    • No hay de qué, al contrario. La verdad es que resultaba mucho más entretenido (y romántico, desde el punto de vista del viejo periodismo) buscar y rebuscar información en periódicos de papel o en hemerotecas que en Google. Claro que no hay color a la hora de comparar la cantidad de información que se puede obtener. Es más, con Google recibes incluso exceso de información, mucha morralla sin base real, o mucho copia-pega con el riesgo que tiene de que si el primero de la cadena comete un error, todas las referencias posteriores son erróneas igualmente. Tu colección de periódicos es otra cosa bien distinta, mucho más veraz, pese a que cientos de ellos se publicaron en plena época franquista, con todo lo que de manipulación llevaban.

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  1. Estimado lester,
    Existen fuerzas del universo que no puedes comprender. Deja de tomar la pastilla de la versión oficial y trata de tomar la pastilla de la desinhibición de los dogmas incrustados en tu cerebro por laS élites y quizás la perspectiva de la realidad comience a parecerte diferente. No es fácil y es un esfuerzo que requiere tiempo y paciencia. Y en muchos casos te llevará a conclusiones estrambóticas y absurdas pero en alguna ocasión te llevará a conclusiones acertadas y reales.

    No te preocupes que tu voz no será silenciada mientras sigas defendiendo y extendiendo laS versiones oficiales.
    No te preocupes, tu voz no será silenciada mientras sigas esparciendo las

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  2. Del asesinato de Kennedy no has dicho absolutamente nada. De todas maneras yo me quedo con la teoria de que una bala rebotaba sin parar de un cuerpo a otro para luego aparecer intácta y decir que fué la bala que mató a Kennedy. El señor Warren tenía mas imaginación que Kevin Costner, je, je.

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    • Buenas, Manuel. No es que no haya dicho nada sobre JFK, es que en un espacio tan corto no podría añadir nada a las decenas de tomos del Informe Warren, a la no menos exhaustiva investigación del fiscal Garrison, a la película de Oliver Stone y a los 10-20.000 documentos que siguen clasificados a día de hoy, quién sabe por qué. Me limitaba a hablar de lo fácil que es crear una teoría de la conspiración y lo complicado que resulta conocer la verdad en medio de tanta información. Yo nunca me creí la versión de la bala única que se movía en direcciones extrañas, pero hace un par de años, cuando se cumplían los 50 del asesinato, vi otro documental que desmontaba la teoría de Oliver Stone en la película. Te dejo el extracto que habla de la bala:

    • https://youtu.be/PfSXkfV_mhA

      No quiero decir que me lo crea, pero sí quiero demostrar una vez más nuestra incapacidad para entender una historia tan complicada, que nos llega además con información manipulada y distorsionada. Sigue habiendo cientos de lagunas en la versión oficial, y lo que más me sorprende es que sigan existiendo miles de documentos sin desclasificar. Saludos.

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  3. Tu pseudónimo (Lester) delata la clase de ciudadano alienado y adoctrinado eres. No sé quién es peor, los magufos que creen en la tierra plana, o los borregos que creen en sus gobiernos y medios de comunicación. Bueno, te dejo en busca de armas de destrucción masiva en Irak. ¡Felices sueños!

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    • No sé qué te hace pensar que creo en las versiones oficiales, desconfío de muchas de ellas. Como la de las armas de destrucción masiva en Irak, menuda patraña. El post va de todas esas teorías alternativas, algunas de ellas rocambolescas, que me resultan igualmente inverosímiles. Y sin embargo soy aficionado a leerlas, porque son pura imaginación, mayor incluso que la de nuestros gobiernos.

      Te deseo igualmente felices sueños.

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